01. Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo.
02. Quizá el amor sea simplemente eso: el gesto de acercarse y olvidarse. Cada uno permanece siendo él mismo, pero hay dos cuerpos que se funden.
03. Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre.
04. Y de repente busca una boca nuestra boca, y unas manos oprimen nuestras manos y hay una amorosa voz que nos dice: "Despierta. Estoy yo aquí. Levántate". Y vivimos.
05. Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven.
06. Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna éramos Dios. Y lo adoré.
07. Callad, amantes, y ocupad el labio con el beso. No pronunciéis palabras vanas mientras se busca vuestro corazón en otro pecho, jadeante y pobre como el vuestro, ya al filo de la aurora.
08. Te me escapabas, de cristal y aroma, por el aire, que entraba y que salía, dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera, en el dintel de siempre, prisionero de la celda exterior.
09. El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón.
10. La libertad hubiera sido herir tu pensamiento, trasponer el umbral de tu mirada, ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte, como una flor, la infancia, y aspirar su esencia y devorarla. Hacer comunes humo y piedra. Revocar el mandato de ser. Entrar. Entrarnos uno en el otro. Trasponer los últimos límites. Reunirnos...