Frases de Un avión sin ella

Un avión sin ella

22 frases de Un avión sin ella (Un avion sans elle) de Michel Bussi... ¿Cuál es la identidad del bebé de tres meses, único superviviente del accidente de avión del vuelo Istambul-París? Dos familias, una rica y una humilde, reclaman a la niña y se enfrentan en un juicio de interés nacional.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Michel Bussi son: búsqueda de la identidad, intrigas, accidente aéreo, secretos de familia, detective, supervivencia.

Frases de Michel Bussi Libros de Michel Bussi

Frases de Un avión sin ella Michel Bussi

01. De acuerdo, el destino es como los niños en el patio del colegio, se ceba con los más débiles. Pero ¡Hay límites!


02. La solución saltaba a la vista... Con una condición. Una única condición. Absolutamente alucinante. ¡Abrir ese periódico dieciocho años más tarde!


03. La mirada del juez Le Drian se perdía lejos por detrás del gran ventanal, por encima de las luces que formaban la constelación de la Torre Eiffel, en busca de un rumbo, de un lucero cualquiera al que seguir ciegamente esa noche de Navidad.


04. Ese tipo a la deriva no debía de sobrevivir más que a través de conversaciones entre náufragos, historias de tormentas, de supervivencia, de botellas en el mar...


05. Pensaban que no había que volverle la espalda a la suerte cuando por fin les sonreía. Deberían haber desconfiado, no hay que fiarse de las sonrisas...


06. Al fin y al cabo resulta agradable... Decidir así la vida y la muerte del prójimo, proteger para condenar mejor, dar esperanzas para sacrificar mejor. Jugar con el destino como un dios cruel e imprevisible...


07. Émilie crecía. Poseía todavía los ojos azules de los Vitral y los gustos refinados de los Carville. La amabilidad de los Vitral...Y el dinero de los Carville. Las apariencias engañan.


08. (...) La vida no les había sonreído ni a uno ni a otro. Unir dos desgracias provoca algunas veces una ecuación positiva, como cuando se suman dos signos de resta.


09. Se dice que, para los detectives privados, los casos de adulterio son una lata, lo alimenticio, la escoria del oficio... ¡Tonterías! Siendo sinceros, entrar mediante efracción en la vida sexual de los clientes sigue siendo uno de los lados buenos del oficio...


10. ¿Cómo habría podido adivinar, en aquel momento, que estaba cayendo en un pozo sin fondo? ¿Que la luz que me atraía entonces me iba a arrastrar hacia la nada? Un agujero negro. Un trampolín sobre el vacío.


11. - ¿Mariam? La dueña del bar, como si acechase sus actos y gestos, reaccionó de inmediato y al instante se encontraba frente a la mesa de Marc y Émilie. -Mariam, te confío una misión. Te dejo este paquete. Debes dárselo a Marc dentro de una hora, ¡Ni un minuto antes! Aunque te suplique, te pague o te haga cantar...Y, ahora que lo pienso, dentro de una hora también me lo envías a clase, aula B318, ¡Sin falta! La mujer se encontró con el paquete en la mano. -Confío en ti, Mariam. No tenía elección.


12. Al hablar de ciencia, los veo venir, se creen muy listos: ¿Y la genética, el ADN, el test de paternidad y todo ese tinglado? ¡Imaginen el contexto, estamos en 1980! En la época, los tests de ADN eran todavía ciencia ficción. El primer proceso judicial en el mundo en haber sido dilucidado a partir de un test de ADN data de 1987... ¿Se sitúan? Dicho esto, los tranquilizo, volveremos sobre ello más tarde, cómo no. Acerca de este asunto del test de ADN, es una cuestión que se debía hacer algún día...Pero la pequeña superviviente del milagro había crecido mucho entonces, y las circunstancias del problema habían cambiado totalmente. La ciencia no lo explica todo, lejos de eso, ya lo verán...


13. Las dudas valen más que las falsas certezas.


14. Para vivir, para sobrevivir, uno se las apaña con sus sentimientos.


15. La Torre Eiffel tintineaba en la niebla, apenas se distinguían sus patas húmedas en los charcos que una fina llovizna agrandaba lentamente.


16. Los dolores no se suman, se superponen, y eso es una gran suerte.


17. La piedad. Sí, se puede llamar así. La piedad. No hay vergüenza alguna en ello. La piedad. Y la sospecha también.


18. A los críos les gusta mucho escuchar a los adultos que hablan poco. Deben de compartir con ellos el mismo pudor.


19. Definitivamente no se acostumbraba a París, a su miseria, a su indiferencia, a sus soledades.


20. Una mano se posó en su hombro. Un tubo metálico se hundió en sus riñones. Un arma de fuego, sin ninguna duda.


21. Se sumergió en las olas azules de letras, palabras y líneas como uno se sumerge sin respiración en un mar de dudas.


22. Tenía que tomar una decisión. Hablar o callar. Era urgente, era consciente de ello, tenía que decidirlo antes de esa misma noche.

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