27 frases de Usos y abusos de la historia (The uses and abuses of history) de Margaret MacMillan... El pasado podemos usarlo casi para cualquier cosa... Con responsabilidad para obtener reafirmación o lecciones y para abusar de él, para crear mentiras sobre un pasado que nunca existió.
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Frases de Usos y abusos de la historia Margaret MacMillan
01. A lo largo de los años, los historiadores han intentado discernir grandes pautas, quizá una pauta única, que lo expliquen todo.
02. Si la historia es el juez al que apelamos, también puede fallar en nuestra contra. Puede poner de relieve nuestros errores recordándonos los de aquellos que, en otros momentos, se enfrentaron a problemas similares pero tomaron decisiones distintas, quizá mejores.
03. Los dictadores, quizá porque conocen muy bien sus propias mentiras, se han dado cuenta a menudo del poder que tiene la historia. En consecuencia han intentado reescribir, negar o destruir el pasado.
04. Aunque el estudio de la historia no consiga enseñarnos más que humildad, escepticismo y conciencia de nosotros mismos, ya habrá hecho algo útil. Debemos continuar examinando nuestras suposiciones y las de los demás y preguntarnos: ¿Cuáles son las pruebas? O bien: ¿Existe otra explicación? Deberíamos mostrar cautela ante las reivindicaciones grandilocuentes en nombre de la historia, o ante aquellos que aseguran haber descubierto la verdad de una vez para siempre. Al final, el único consejo que puedo dar es: úsela, disfrútela, pero trate siempre la historia con cuidado.
05. (...) Para aquellos que no tienen poder o que sienten que no lo tienen en la medida suficiente, la historia puede ser una forma de protestar contra su marginalidad, o contra tendencias o ideas que no les gustan, como la globalización. Los casos en que salen a la luz injusticias o crímenes del pasado se pueden usar para buscar una reparación en el presente. A todos, poderosos o débiles por igual, la historia nos ayuda a definirnos y reivindicarnos.
06. Las épocas doradas y perdidas pueden resultar herramientas muy útiles para motivar a la gente en el presente.
07. El nacionalismo dio el ser a Alemania e Italia, destruyó a Austria-Hungría, y más recientemente, desgarró Yugoslavia. Muchas personas sufrieron y murieron, hicieron daño y mataron a otras por su "nación".
08. Los recuerdos de la Gran Depresión y las lecciones que cabía aprender de ella volvieron a la palestra de nuevo en la segunda mitad de 2008, cuando el sistema financiero mundial y luego la economía se fueron precipitando de una crisis a otra.
09. La humildad es una de las lecciones más útiles que el pasado puede dar al presente.
10. Saber que la civilización clásica china valoraba a los eruditos más que a los soldados, o que la familia romana era muy distinta de la nuclear del Occidente moderno nos enseña otros valores y otras formas de organizar la sociedad. Eso no quiere decir que todos los valores sean relativos; más bien deberíamos estar dispuestos a examinar los nuestros propios y a no darlos por sentados sin más pensando que son los mejores.
11. Los historiadores profesionales no deberían rendir su terreno tan fácilmente. Debemos hacer lo que podamos para elevar la conciencia del pasado que tiene el público, con toda su riqueza y complejidad. Debemos enfrentarnos a los relatos históricos unilaterales, o incluso falsos, que ahora son del dominio público. Si no lo hacemos, permitimos a nuestros líderes y formadores de opinión que usen la historia para fundamentar reclamaciones falsas y justificar políticas absurdas.
12. La historia mal contada puede exigir demasiado de sus protagonistas; por ejemplo, esperar que tengan iluminaciones o tomen decisiones que era imposible que adoptaran en ese momento. ¿Podrían haber previsto los estadistas europeos en 1914 el estancamiento del frente occidental, cuando todos sus generales les aseguraban que la guerra debía acabar rápidamente?
13. La historia no nos ofrece respuestas definitivas para todos los tiempos. Es un proceso.
14. La historia, al dar contexto y ejemplos, ayuda cuando toca pensar en el mundo presente. Nos ayuda a formular interrogantes, y sin buenos interrogantes, es muy difícil pensar de una forma coherente. El conocimiento de la historia sugiere el tipo de información que se podría requerir para responder esas preguntas. La experiencia nos enseña cómo evaluar esa información.
15. Cuando miran hacia el pasado, los historiadores aprenden a comportarse como el magistrado instructor en el sistema judicial francés. ¿Qué ocurrió, y por qué? , pregunta el historiador.
16. La historia puede ayudarnos a desentrañar un mundo complicado, pero también nos puede advertir del peligro que representa asumir que sólo hay una forma posible de mirar las cosas, o un curso de acción determinado.
17. Siempre debemos estar dispuestos a considerar alternativas y a poner objeciones. No debemos dejarnos impresionar cuando nuestros líderes nos dicen, firmemente, "la historia nos enseña esto" o "la historia demostrará que tenemos razón". Pueden simplificar y forzar comparaciones inexactas, igual que podemos hacer cualquiera de nosotros.
18. Como afirmaba el historiador americano John Lewis Gaddis, es como mirar un espejo retrovisor: "si uno sólo mira hacia atrás, aterrizará en la cuneta, pero nos ayuda a saber de dónde venimos y quién más va por la carretera".
19. Aunque tanto la administración Bush como la de Blair intentaron retratar a Hussein como una amenaza para el mundo a medida que se aproximaba la invasión, las pruebas de que poseía armas de destrucción masiva, como bien sabemos ahora, eran muy endebles en el mejor de los casos. Y la afirmación de que Hussein estaba aliado de alguna forma con Osama bin Laden era absurda para cualquiera que supiera un poco de historia. Hussein era un secularista, Bin Laden un fanático religioso. No había buenas vibraciones entre los dos hombres, y en realidad Bin Laden había exhortado repetidas veces a los iraquíes a que derrocaran a Hussein. Podemos aprender de la historia, pero también engañarnos a nosotros mismos cuando buscamos selectivamente pruebas en el pasado para justificar lo que ya hemos decidido hacer.
20. En un mundo secularizado como éste en el que vivimos la mayoría en Europa y Norteamérica, la historia se encarga de enseñarnos lo que es el bien y el mal, las virtudes y los vicios. La religión ya no desempeña como antaño un papel importante en el establecimiento de las normas morales y la transmisión de valores. Las congregaciones de las viejas iglesias mayoritarias han declinado enormemente. Es cierto que sigue habiendo grandes iglesias evangélicas, pero en realidad tienen más de entretenimiento y socialización que de religión. Los millones de personas que se denominan cristianos renacidos suelen tener, según las encuestas, una idea muy esquemática de aquello a lo que se están adhiriendo. Y hasta los que siguen teniendo fe en un ser divino se preguntan cómo puede permitir ese ser las maldades que se han presenciado en el siglo XX. La Historia con H mayúscula es lo que viene a rellenar el hueco. Restaura una sensación no necesariamente de lo divino, sino de algo que está por encima y más allá de los simples seres humanos. Es nuestra autoridad: puede reivindicarnos y juzgarnos y condenar a aquellos que se nos oponen.
21. (...) Leemos que hay médicos que cometen errores, o profesores que dicen mentiras. Todo esto también ocurría en el pasado, por supuesto, pero no bajo los intensos focos que proporcionan hoy en día los medios e internet. La historia nos consuela aunque, paradójicamente, cada vez sabemos menos de ella.
22. A menudo se usa la historia como una serie de cuentos morales para aumentar la solidaridad del grupo o, cosa más defendible, según mi punto de vista, para explicar el desarrollo de instituciones importantes como los parlamentos y conceptos como la democracia, y de ese modo la enseñanza del pasado se ha convertido en algo fundamental a la hora de debatir la forma de inculcar y transmitir valores. El peligro es que ese objetivo, que puede ser admirable, acabe por distorsionar la historia, ya sea convirtiéndola en un relato simplista en el cual sólo hay personajes en blanco y negro, o bien representándola como si todo tendiese hacia una sola dirección, ya sea el progreso humano o el triunfo de un grupo en particular. La historia explicada de ese modo aplana la complejidad de la experiencia humana y no deja espacio para las distintas interpretaciones del pasado.
23. La historia es una forma de hacer valer la comunidad imaginada. Los nacionalistas, por poner un ejemplo, aseguran que su nación siempre ha existido en esa zona convenientemente vaga de "la niebla del tiempo". La Iglesia anglicana afirma que a pesar de la ruptura con Roma durante la Reforma, está integrada en una progresión sin interrupción alguna desde la primera Iglesia. En realidad, examinando cualquier grupo vemos que su identidad es un proceso, y no algo fijo. Los grupos se definen y se redefinen a sí mismos a lo largo del tiempo y como respuesta a procesos internos, un despertar religioso quizá, o a presiones externas. Si uno está oprimido y victimizado, como les ha ocurrido y sigue ocurriéndoles a los gays en muchas sociedades, esa situación se convierte en parte de la imagen que uno tiene de sí mismo. Y a veces incluso conduce a una competencia bastante indecorosa por el victimismo.
24. Los historiadores, sin embargo, no son científicos, y si no presentan lo que hacen al público de forma inteligible, otros acudirán corriendo a llenar ese hueco.
25. Los líderes, tanto políticos como de otro tipo, consiguen salirse con la suya haciendo mal uso de la historia o abusando de ella para sus propios fines, porque los demás no tenemos los conocimientos históricos suficientes para enfrentarnos a ellos.
26. Cada generación tiene sus propias preocupaciones y obsesiones, y por tanto busca nuevas cosas en el pasado y se interroga sobre aspectos distintos.
27. La causalidad y la secuencia son cruciales para comprender el pasado.