
5 frases de Todos nuestros ayeres (Tutti i nostri ieri) de Natalia Ginzburg... Libro de Natalia Ginzburg.
Frases de Todos nuestros ayeres Natalia Ginzburg
01. Qué difícil era ser marido y mujer, no bastaba con dormir juntos y hacer el amor y despertarse con aquella cabeza al lado, no era bastante eso para ser marido y mujer. Ser marido y mujer quería decir convertir los pensamientos en palabras, sacar continuamente palabras de los pensamientos, entonces podía llegar a no sentirse extraña una cabeza apoyada junto a la propia en la almohada, cuando existía un libre fluir de palabras que renacía fresco todas las mañanas.
02. Reinaba en la casa una gran libertad. Pero era una libertad que también daba un poco de miedo. Ya no había nadie que diera órdenes.
03. Todos los hombres daban pena cuando se los miraba un poco de cerca, y en el fondo uno necesitaba defenderse de aquel exceso de compasión que nacía de improviso al mirar un poco de cerca a la gente.
04. Recordaba cómo se había imaginado antes que tener un niño era algo que infunde tranquilidad, algo que nos hace querer mucho a todo el mundo y sentir un gran sosiego. Y ahora, en cambio, desde que había nacido el niño no pensaba más que en escapar para defenderlo de la guerra, no quería a nadie, estaba sola en la tierra con su niño y huía lejos.
05. Había vivido como un insecto en un enjambre de insectos...