18 frases de Todo lo que somos juntos de Alice Kellen... Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería. Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Alice Kellen son: temor al rechazo, falsas apariencias, decisiones, historia de amor, conflictos familiares, luchar por un sueño.
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Frases de Todo lo que somos juntos Alice Kellen
01. Y de repente necesité eso. Perderme para volver a encontrarme.
02. -No podemos cambiar lo que hemos sido, pero sí decidir quienes queremos ser.
03. - A veces los fuertes se escudan en esa apariencia para no mostrar todos sus miedos y debilidades.
04. Y daba igual cuanto corriese o intentase alejarme, porque al final del camino...Seguía estando él.
05. El recuerdo de las personas permanece en detalles que parecen poca cosa, pero que terminan siendo los que de verdad importan.
06. Te rechazo a ti. Rechazo follarte como si fueses una cualquiera, que es lo único que podría hacer en este momento.
07. Quizá no todas las historias estén destinadas a ser un "para siempre", pero no por ello el trayecto recorrido vale menos la pena
08. Saqué la caracola que había comprado, la pegué mi oreja y escuché el sonido del mar con los ojos cerrados. Lo escuché a él.
09. Quizá la vida sean momentos. Solo eso. Momentos. Y a veces llegas o no llegas en el instante apropiado. A veces un segundo lo cambia todo.
10. Me asustaba que la línea que separaba el odio del amor fuese tan fina y estrecha, hasta el punto de poder ir de un extremo al otro de un solo salto.
11. Me quede allí, flotando en la soledad de mi mar contemplando el rastro de espuma y la luz moteada que brillaba entre las olas mientras me preguntaba cuándo volvería a respirar.
12. Lo que ocurre cuando te abres en canal delante de otra persona es eso, que después pasas a ser transparente a sus ojos. Y cuando lo das todo, te vacías por dentro.
13. Hay heridas horribles, en carne viva, y hay otras peores, de esas que no sangran, esas que parece que han cicatrizado, pero que, si las rozas, duelen como el primer día. Axel era mi herida.
14. Años después entendí que hay sonrisas que esconden verdades. Que hay tardes cualquiera que se convierten en recuerdos importantes. Que los momentos determinantes ocurren cuando menos te lo esperas. Que el encanto de la vida reside en ese algo impredecible.
15. Porque la muerte es así, te pilla desprevenido, te zarandea y se va dejándote con una sensación de dolor y vacío tan inmensa que, en ese instante, uno ni siquiera es capaz de pensar en las personas que se han marchado.
16. El era la punta de las estrellas. Que pinchaba. Que dolía. Pero otros días...Era la curva de la luna, su sonrisa, su boca. Y el calor del sol. Su luz. Yo recorría todas esas líneas, perdiéndome entre sus vértices, temblando al encontrarme en él
17. Me di cuenta de que hay palabras que son besos y hay miradas que son palabras. Con Axel siempre era así. A veces me hablaba y lo sentía en la piel, a veces me miraba y casi podía oír lo que estaba pensando, y a veces...Me besaba sin besarme.
18. ¿Cuántos latidos hacen falta para reconocer a una persona? En mi caso, fueron necesarios seis. Dos en los que estuve paralizada, ese instante en el que el mundo parece quedarse en un completo silencio de repente. Otros tres para decidirme a darme la vuelta, porque me daba terror hacerlo. Y uno... , solo uno para tropezarme con esos ojos azules que iban a perseguirme toda la vida.
