
12 frases de Tierra de lobos (The loop) de Nicholas Evans... La bióloga Helen Ross Asumirá el difícil reto de defender a los lobos en un ambiente hostil, luchando contra depredadores más peligrosos y contra sus propios miedos.
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Frases de Tierra de lobos Nicholas Evans
01. Algunos creen que el olor de las matanzas persiste durante años en un mismo lugar. Dicen que impregna la tierra, de donde es absorbido poco a poco por un laberinto de raíces; con el tiempo todo lo que crece lleva su marca, desde el liquen más minúsculo al árbol más alto.
02. Cesaron los estertores y sacudidas del viejo alce. La luna, que ascendía por el firmamento, se reflejó en sus ojos, negros y sin vida. Sólo entonces soltó a su presa el macho dominante. Sentado en sus cuartos traseros, apuntó al cielo con su hocico empapado de sangre y aulló. Todos los miembros de su familia levantaron la cabeza y le imitaron, tanto los protagonistas de la caza como sus espectadores. La muerte había ocupado el lugar de la vida; y así, a través de la muerte, la vida veía garantizada su continuidad. En aquel todo sangriento, vivos y muertos quedaban unidos por un ciclo tan antiguo e inmutable como la luna que describía su órbita por encima de sus cabezas.
03. Pero los lobos no eran los únicos cazadores. Los depredadores humanos habían subido a cobrar sus piezas. Hacía un mes que hombres vestidos de verde y marrón merodeaban por los cañones, con rostros manchados de barro y espaldas cargadas con arcos y afiladas flechas. Dejaban a su paso montones de vísceras que los lobos comían a falta de presas propias, es decir, bastante a menudo. Faltaba poco para que llegaran otros hombres vestidos de naranja chillón, hombres con armas de fuego. Algunos recorrerían los bosques en sus vehículos, disparando a cuanto se les pusiera a tiro. Los más románticos se impregnarían con sustancias olorosas segregadas por glándulas de ciervo, o cual silvestres sirenas imitarían la brama para atraer a los animales en celo. Durante un mes todo sería una vorágine de apareamiento y muerte, mientras la vida era esparcida con ardiente desenfreno y cosechada a sangre fría.
04. (...) Siempre decía que el ser humano es un depredador, y que no debería olvidársele; según él, nuestro mayor problema en tanto que especie es que nos hemos alejado de nuestra naturaleza profunda.
05. Su madre había vuelto a casarse después de obtener el divorcio, pasando a vivir una vida de golf, bridge y, por lo visto, sexo volcánico con Ralphie, un agente inmobiliario bajito, calvo y sumamente amable. Resultó que Ralphie llevaba seis años siendo "el otro". "La otra" de su padre sólo duró seis meses, y desde entonces había sido sustituida por una serie de "otras otras", a cuál más joven.
06. ¡El lobo es una especie en peligro de extinción, idiota! -berreó. - ¡No, señora, la que está en peligro de extinción es usted!
07. Su única profesión había sido la muerte, y no le tenía ningún miedo. Cuando llegó, no fue con estridentes trompeteos e hirientes saetas de dolor, ni recitando sus pecados en vengadora letanía. Soñando despierto, vio una cara de bebé que lo miraba a la luz de una vela. Tal vez se tratase del de los Hicks, aunque no se parecía. Quizá fuera el hijo que no habían podido tener él y Winnie. De repente, el lobero supo que se estaba viendo a sí mismo; y justo entonces, la sombra de la madre que no había conocido se acercó a la vela y la apagó, soplando suavemente.
08. El espíritu independiente que permitía a los rancheros sobrevivir en tan duras tierras era el mismo que los volvía refractarios a todo intento de organización.
09. La adversidad... El ser humano daba la medida de sí mismo enfrentándose a ella sin ayuda.
10. ¿Qué desliz de la naturaleza era capaz de engendrar a dos hijos tan distintos a partir de la misma semilla?
11. La sumisión de Clyde lo irritaba. A veces le recordaba a un perro.
12. Nunca había entendido que se pudiera tener miedo a la nada perfecta de la muerte.