27. Tú querías contemplar la vida por ti misma... Y no se te ha permitido... Se te ha castigado por haberlo querido. Te redujeron a simple polvo en el molino de lo convencional.
28. (...) A ti te gusta mucho hacer lo que se te antoja. -Confieso que sí. Pero me gusta saber siempre las cosas que una no debe hacer. - ¿Para hacerlas? -preguntó su tía. -Depende -respondió Isabel.
29. La dominaba una gran ansia de saber, pero prefería a lo impreso cualquiera otra fuente de información directa, y era tal su curiosidad por las cosas de la vida que de todo se admiraba y todo la emocionaba.
30. La vida había echado hondas raíces en ella y, por lo mismo, su goce más intenso consistía en sentir dentro de sí la continuidad entre las agitaciones de su propia alma y las del mundo externo.
31. Confíe en mí como si estuviera a mi cargo. ¿Por qué no vamos a ser felices... Cuando la felicidad está aquí ante nosotros y es tan fácil alcanzarla? Yo soy suyo para siempre... Para siempre, por toda la eternidad.
32. Yo soy un excelente comprador, sé comprar muy bien, no hay duda, pero no puedo vender; tendría usted que verlo cuando quiero deshacerme de alguna de mis cosas. Se precisa mucha más habilidad para hacer comprar a los demás que para comprar uno mismo.
33. La verdad que más patente surgía ante sus ojos era la de que su vida había sido muy dichosa, de que ella era una persona verdaderamente afortunada. Había disfrutado lo mejor de todo y, en un mundo en que tantos individuos se desenvuelven en circunstancias nada envidiables, constituía una ventaja el no haber padecido nada desagradable.
34. Ver en acción a un carácter como ése -se decía-, a una pequeña pero auténtica y apasionada fuerza, es una de las más sabrosas delicias de la naturaleza, mejor que la más bella obra de arte, mejor que un bajorrelieve helénico, mejor que un cuadro de Ticiano, mejor que una catedral gótica.
35. No es un hombre importante... Desde luego, no lo es. Al contrario, es una persona a quien la importancia le tiene soberanamente sin cuidado. Si eso es lo qué quieres expresar cuando dices dé él qué es "poca cosa", entonces, de acuerdo, es todo lo "poca cosa" qué te parezca. Yo, en cambio, llamo a eso grandeza... Y no conozco nada de mayor grandeza.
36. Amor mío, no sé cómo decirte que la vida se ofrece ahora ante nosotros como una interminable tarde de estío, una de estas tardes de Italia, con esa especie de flotante neblina dorada y las sombras que comienzan a invadirlo todo con la divina delicadeza del aire y del paisaje que tanto he amado toda mi vida, y que ahora tú comienzas a amar igualmente.
37. El amarte me ha hecho mucho más bueno; me ha hecho más sensato y afable, e incluso, no cabe negarlo, más brillante y más fuerte. Antes quería muchas cosas y me disgustaba no poseerlas. Me sentía satisfecho en teoría y, creo habértelo dicho al principio, me enorgullecía de haber sabido limitar mis necesidades. Pero también es verdad que solía ser víctima de accesos de cólera; solían darme ataques morbosos, estériles y denigrantes de hambre, de deseo. Ahora me siento totalmente satisfecho porque no me es posible concebir nada mejor. Es como cuando uno trata de leer a la débil luz del crepúsculo y, de pronto, se encienden las luces. Hasta ahora yo había estado tratando de ver en el libro de la vida sin hallar en él nada que recompensase mis esfuerzos, pero ahora puedo leerlo con la máxima facilidad... Y veo que se trata de una historia maravillosa.