Frases de Rapsodia gourmet

Rapsodia gourmet

23 frases de Rapsodia gourmet (Une gourmandise) de Muriel Barbery... Libro de Muriel Barbery.

Frases de Muriel Barbery

Frases de Rapsodia gourmet Muriel Barbery

01. Se tiene muy poca idea de lo que es el deseo, el deseo verdadero, cuando nos hipnotiza, cuando se apodera de nuestra alma entera, engatusándola por completo, ¡Hasta el punto de convertirlo a uno en un demente, un poseso, dispuesto a todo por una migaja, por un poquito de nada de lo que allí se cuece, ante nuestra nariz subyugada por un aroma diabólico!


02. Rituales de vacaciones, sensaciones inmutables: un sabor a sal en los labios, arrugadas las yemas de los dedos, la piel caliente y seca, el cabello pegado a la nuca donde aún gotea el agua, el aliento corto, cuán agradable era, cuán fácil...


03. Comer no es la cuestión, tampoco vivir, sino saber por qué.


04. La gente se piensa que los niños no saben nada. Uno se pregunta si los mayores fueron niños alguna vez.


05. Sé que todos están tristes porque nadie quiere a quien debería y como debería y porque no entienden que sobre todo es consigo mismos con quien están enfadados.


06. La sola palabra "sorbete" encarna un universo entero. Hagan la prueba de pronunciar en voz alta: "¿Quieres un helado?", añadan, de inmediato: "¿Quieres un sorbete?", y constaten la diferencia. Viene a ser como, quien deja caer, al abrir la puerta y como quien no quiere la cosa, un "voy a comprar unos pasteles", cuando muy bien hubiera podido, sin desenvoltura ni banalidad, regalar a todos los oídos con un "voy a traer unos dulces" (articulando bien y alargando la ele) y, mediante la magia de una expresión algo anticuada, menos corriente, crear, sin gran dificultad, un mundo de armonías de otro tiempo.


07. Ya nadie tenía hambre, pero eso es precisamente lo bueno con los dulces: sólo se pueden apreciar en toda su sutileza cuando no se comen para saciar el hambre, y esa orgía de dulzura azucarada no colma una necesidad primaria sino que envuelve el paladar con la benevolencia del mundo.


08. Voy a morir, pero no tiene importancia.


09. Como decía mi abuela, un hombre que se tira pedos en la cama es un hombre al que le gusta la vida.


10. Lo crudo. ¡Cuán vano es creer que se resume en devorar sin más un producto no preparado! Labrar el pescado crudo es como labrar la piedra.


11. Los cocineros japoneses que conozco sólo se han convertido en maestros en el arte del pescado crudo tras largos años de aprendizaje, en los que la cartografía de la materia, poco a poco, se desvela en medio de la evidencia.


12. El criterio de todo buñuelo que se precie es el de la masa idónea. Hay que evitar tanto la blandura como la dureza. El buñuelo no debe ser ni elástico ni blando, ni friable ni agresivamente seco. Debe su gloria a ser tierno sin debilidad y firme sin rigor.


13. Las palabras: receptáculos que recogen una realidad aislada metamorfoseándola en un momento de antología, magas que cambian la faz de la realidad embelleciéndola con el derecho de ser memorable, conservada en la biblioteca de los recuerdos.


14. Sólo la cerveza y el whisky me gustan de verdad - aunque reconozco que el vino es divino.


15. Su talento no radica en inventar formas sino en hacer surgir aquellas que permanecían invisibles.


16. A menudo, en materia de vinos, los franceses son de un formalismo rayano en el ridículo.


17. El tomate crudo, devorado en el huerto, recién cogido, es el cuerno de la abundancia de las sensaciones simples, una cascada que se dispersa en la boca y reúne en ella todos los placeres.


18. Degustar es un acto de placer, escribir ese placer es un hecho artístico, pero la única obra de arte verdadera, en definitiva, es el festín ajeno.


19. (...) ¿Cómo puede uno traicionarse a sí mismo hasta ese punto? ¿Qué corrupción más profunda aún que la del poder nos conduce así a negar la evidencia de nuestro placer, a maldecir lo que nos ha gustado, a deformar hasta ese punto nuestro gusto? (...) Toda mi obra, que esta noche daría, sin inmutarme, sin la menor sombra de remordimiento ni el más mínimo atisbo de nostalgia, a cambio de un único y último buñuelo de supermercado.


20. ¿Qué hay en la confrontación entre el que abdica y el que conquista: filiación o renuncia? Abismos del misterio...


21. Hay en la carne del pescado a la brasa, desde la caballa más humilde hasta el salmón más refinado, algo que escapa a la cultura. Así debieron de sentir los hombres por primera vez que eran hombres, al aprender a asar el pescado, de esa manera en la que el fuego revelaba a un tiempo la pureza y el salvajismo esenciales del manjar.


22. He capturado la eternidad en la columna vertebral de mis palabras, y mañana moriré.


23. Un tilo que emana deliciosos efluvios al caer la tarde es un embeleso que se imprime en nosotros de manera indeleble y, en lo más hondo de nuestro gozo de existir, traza un surco de felicidad que la tibieza sola de una noche de julio no alcanza a explicar.

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