Frases de Plexus

Plexus

42 frases de Plexus de Henry Miller... Novela que recrea mediante flash backs la infancia del genial escritor, y, desde el presente narrativo, su abandono contra viento y marea de toda otra ocupación que no sea la escritura, librándose para ello de cualquier atadura con las convenciones.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Henry Miller son: frustración, obsesión por el tiempo, abandono, ser escritor, destreza, espíritu, vida cotidiana, oscuridad, envejecer.

Frases de Henry Miller Libros de Henry Miller

Frases de Plexus Henry Miller

01. ¿Qué tiene de extraño que muramos?


02. Su humildad estaba teñida de arrogancia.


03. Cuando me despierto, soy un recién nacido.


04. ¿Por qué no escribes como hablas?, me decían.


05. Hasta un santo necesita dinero de vez en cuando.


06. El pasado yace en ruinas, el futuro se abre incitante.


07. Sólo una mujer podía establecer conexiones tan estrafalarias.


08. Dar una expresión más musical a la vida...


09. Las Escrituras embriagan más que los vinos más fuertes.


10. Cuando se inicia la música inaudible, sabes con certeza que estás vivo


11. El sufrimiento es innecesario. Pero hay que sufrir antes de poder comprender que lo es.


12. ¿Se ha parado alguna vez el mundo entero a escuchar al unísono palabras sabias?


13. Para romper las ataduras de la muerte hay que impulsar el espíritu del hombre.


14. No es que me sintiese envejecer, era simplemente que comprendía haber perdido algo precioso.


15. (...) Tenía la impresión de estar pudriéndose en la tumba vacía de la democracia.


16. Supongo que ya sólo sirvo para trabajar como un burro. He dejado atrás mis sueños.


17. De mil formas diferentes dice: "Para mí no espero nada. Nosotros estamos condenados. Nosotros vivimos fuera de nuestro tiempo".


18. El trabajo de un hombre refleja lo que es, lo que piensa durante todo el santo día, ¿No crees?


19. Nadie que quiera conservar las manos limpias debe dedicarse a la abogacía. Si lo hace, se morirá de hambre...


20. Sólo tiene una seguridad: su riqueza. Es como decir a un ciego que puede disponer de un bastón blanco.


21. El hombre no cambiará en nada su destino final, que es el de regresar tarde o temprano a lo inconsciente y sin forma.


22. Hay ciudades que fueron proyectadas hace eones por hombres del mundo antediluviano que tenían el consuelo de saber que nunca iban a habitarlas.


23. Parecía considerar natural que yo fuese un narrador mejor que él, porque yo era escritor. La verdad es que era justo al revés.


24. Hemos entrado en otra era apocalíptica. El espíritu del hombre está en convulsión como la propia tierra en períodos geológicos antiguos.


25. Los ciegos y los sordos no nos abandonan nunca. Sólo ven, sólo oyen, sólo actúan quienes están henchidos del precioso espíritu santo.


26. En un vacío no se necesitan cosas nuevas, ni excitación, ni estímulos exteriores. Basta con mantenerse con vida, vegetar, como un feto en un frasco.


27. Cuando menos me ocupaba de las cuestiones prácticas, más sobre ruedas iba todo. Aquellas incursiones en el mundo lo único que hacían era enemistarme con la humanidad.


28. Su nostálgica memoria que era inagotable (tiempo, lugar, ritmo, ambiente, magnitud, temperatura), daban a su charla un carácter como el que los antiguos maestros lograban con el color.


29. El espíritu del hombre está en convulsión como la propia tierra en períodos geológicos antiguos. La muerte es lo que nos estamos sacudiendo de encima: la rigidez de la muerte.


30. Un pequeño exceso de luz, de energía (aquí en la tierra), y dejas de ser apto para vivir en la sociedad humana. La recompensa del visionario es el manicomio o la cruz.


31. Era un hombre que sabía hacer música de sus fallos y fracasos. En realidad, tenía ingenio y gracia para hacer creer que, después del éxito, lo mejor en la vida era ser un completo fracasado.


32. El universo nada en luz. Todo está vivo e iluminado. También el hombre es receptáculo de energía radiante e inagotable. Es extraño que sólo en la mente del hombre haya oscuridad y parálisis.


33. En verdad, el universo nada en luz. Todo está vivo e iluminado. También el hombre es receptáculo de energía radiante e inagotable. Es extraño que sólo en la mente del hombre haya oscuridad y parálisis.


34. No es necesario que nosotros repitamos sus sacrificios. Lo que debemos hacer es gozar los frutos. El pasado yace en ruinas, el futuro se abre incitante. ¡Tomad este mundo cotidiano y abrazadlo! Eso es lo que el espíritu insta a hacer.


35. El hombre justo es duro, despiadado, inhumano. El hombre justo es capaz de incendiar el mundo, de destruirlo con sus propias manos, si puede, en lugar de ver perpetuada la injusticia. John Brown fue esa clase de hombre. La historia lo ha olvidado.


36. ¿Qué mejor mundo puede existir que este en que tenemos plena responsabilidad, todos y cada uno de nosotros? ¡No trabajéis para los hombres del futuro! ¡Dejad de trabajar completamente y cread! Pues la creación es juego, y el juego es divino.


37. (...) De repente se te revela con claridad que, cuando Dios hizo el mundo, no lo abandonó para sentarse en contemplación...En algún lugar del limbo. Dios hizo el mundo y entró en el: ése es el significado de la creación.


38. Se familiarizó con todo lo común y cotidiano para poder más adelante, cuando hubiera adquirido la destreza y la técnica necesarias, representar ese mundo de lo ordinario, de lo vulgar, de lo cotidiano a la luz de una realidad divina.


39. Miramos hacia atrás y hacia adelante, pero nuestra mirada nunca penetra directa hasta el corazón de la realidad. Si en ocasiones adoramos al cuerpo solar que nos da calor y luz, no pensamos en los soles que han brillado desde la eternidad


40. La pasión dominante era la adquisición de conocimiento, destreza, dominio de la técnica, experiencia inagotable, pero, como un acorde subdominante en la parte posterior de mi cabeza, existía una vibración constante que significaba orden, belleza, simplificación, goce, apreciación.


41. El pasado era un sueño fabuloso que deformaba a su gusto. Nunca había que sacar conclusiones del pasado: era la forma menos válida de considerar las cosas. El pasado, en la medida en que significaba fracaso y frustración, pura y simplemente no existía.


42. La muerte no tiene sentido. Todo es cambio, vibración, creación y recreación. La canción del mundo, registrada en cada partícula de esa substancia engañosa llamada materia, surge en inefable armonía que se filtra por el ser angélico que yace dormido en la concha de la criatura física llamada hombre. Una vez que el ángel asume el dominio, el ser físico florece. Por todos los reinos se produce un florecer tranquilo y persistente.

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