31. La prudencia es la facultad de aplicar bien la habilidad.
32. La disciplina es meramente negativa, esto es, la acción por la que se borra al hombre la animalidad; la instrucción, por el contrario, es la parte positiva de la educación.
33. Los maestros no han de preferir a ninguno por su talento, si no solamente por su carácter, pues, de lo contrario, nace la envidia, contraria a la amistad.
34. El hombre ha de estar ocupado de tal modo que, lleno del fin que tiene a la vista, casi no se sienta a sí mismo; su mejor descanso es el que sigue al trabajo.
35. El juego de la pelota es uno de los mejores juegos infantiles porque origina una carrera saludable. En general los mejores juegos son los que, a más de desenvolver la habilidad, ejercitan también los sentidos.
36. Todos los deseos del hombre son formales (libertad y poder) o materiales (referentes a un objeto), deseos de opinión o de goces, o bien, finalmente, se refieren a la mera duración de ambos, como elemento de la felicidad.
37. (...) Tampoco deben ser meros juegos, sino que han de tener una intención y un fin. Cuanto más se fortifica y se curte de tal modo su cuerpo, se asegura tanto más contra los perniciosos resultados del mismo.
38. ¿El hombre es por naturaleza, moralmente, bueno o malo? Ninguna de las dos cosas, pues no es por naturaleza un ser moral; sólo lo será cuando eleve su razón a los conceptos del deber y de la ley.
39. Muchos padres rehúsan todo a sus hijos para ejercitar su paciencia, exigiéndoles mucha más de la que ellos mismos tienen: esto es cruel. Que se dé al niño todo lo que necesita y que se le diga después: ¡Tienes bastante!
40. Es un trabajo inútil hablar al niño del deber; acaban por verlo como algo a cuya infracción sigue la palmeta. El niño podría ser guiado por sus meros instintos; pero en cuanto crece hay que darle el concepto del deber.
41. El carácter significa que la persona deduce la regla de sus acciones a partir de sí misma y de la dignidad del género humano. El carácter es el principio, de vigencia universal en el hombre, de la utilización de los talentos y atributos de éste.
42. Los mismos niños ensayan sus fuerzas. Así se les ve frecuentemente trepar sin propósito alguno. El correr es un movimiento saludable y que robustece al cuerpo. Son buenos ejercicios también, el saltar, levantar, llevar, lanzar, arrojar hacia un objeto, luchar, correr y todos los de esta clase.
43. (...) La educación por la prudencia le hace ciudadano, porque adquiere un valor público. Aprende con ella, tanto a dirigir la sociedad pública a sus propósitos como a adaptarse a ella. Finalmente, por la formación moral adquiere un valor en relación con toda la especie humana.
44. Hay que tratar de unir lentamente en la instrucción del niño el saber y el poder. Las matemáticas parecen ser, entre todas las ciencias, el único medio de satisfacer este fin.
45. La formación física del espíritu se diferencia de la formación moral en que ésta no se refiere más que a la libertad y aquélla sólo a la naturaleza. Un hombre puede estar físicamente muy cultivado, puede tener el espíritu muy formado, pero estar moralmente mal educado y ser una mala criatura.
46. No se preste atención a los lloros de los niños, ni se acceda a sus deseos cuando quieran alcanzar algo por sus gritos; pero déseles cuando lo pidan amigablemente, si les conviene. El niño se acostumbrará por este medio a ser sincero, y como no importuna a nadie con sus gritos, cualquiera, en cambio, les será benévolo.