12 frases de Pasaje a la India (A passage to India) de Edward Morgan Forster... Historia de un juicio que deja en evidencia todas las tensiones raciales y los prejuicios entre los indios indígenas y los colonialistas británicos que gobernaban la India.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Edward Morgan Forster son: aislamiento, amistad, colonialismo, contrastes, crítica al imperialismo, cultura occidental, incomunicación, india, prejuicios, razón y pasión, cultura oriental, imposibilidad de la justicia, cultural colonial, discriminación.
Frases de Edward Morgan Forster Libros de Edward Morgan Forster
Frases de Pasaje a la India Edward Morgan Forster
01. Las aventuras llegan, pero no puntualmente.
02. La vida nunca nos da lo que queremos en el momento que consideramos adecuado.
03. Disculpe mis errores, dese cuenta de mis limitaciones. La vida no es fácil tal como la conocemos en la tierra.
04. Esa es la razón de que la India esté en una situación tan crítica: que siempre lo dejamos todo para más adelante.
05. Vamos, la India no está tan mal como todo eso -dijo una voz agradable-. El otro lado del mundo, si usted quiere, pero la luna sigue siendo la misma.
06. No me pueden echar de mi trabajo, porque mi trabajo es la educación. Creo en enseñar a la gente a ser individuos singulares y a entender a otras personas, también distintas.
07. (...) Si bien las personas son importantes, no sucede lo mismo con sus relaciones, y que, de manera más concreta, se hacían demasiadas alharacas en relación con el matrimonio; a pesar de siglos de abrazos carnales, el hombre no estaba más cerca que antes de entender a sus semejantes.
08. Se limitó a estar allí con la mente vacía, y cuando sus pensamientos, innobles en su mayor parte, volvieron a ocuparla, había en ellos una agradable frescura. El poema no había hecho "bien" a nadie, pero era una advertencia pasajera, un soplo de los divinos labios de la belleza, un ruiseñor entre dos mundos polvorientos. Menos explícito que invocar a Krishna, daba, sin embargo, expresión a nuestra soledad nuestro aislamiento, a la falta que nos hace el amigo que nunca viene, pero al que nunca se renuncia enteramente.
09. ¿Cómo es posible que la mente abarque un país de tales características? Generaciones de invasores lo han intentado, pero continúan en el exilio. Las ciudades importantes que construyen no son más que retiros; sus luchas encarnan la desazón de hombres que no encuentran el camino de casa. La India sabe cuál es su problema. Sabe cuál es el problema del mundo entero, en su realidad más profunda. La India dice "ven" a través de cien bocas, utilizando objetos ridículos y augustos. Pero ven ¿A qué? Nunca lo ha definido. La India no es una promesa, tan sólo una llamada.
10. ¿Por qué no podemos ser amigos ahora? -dijo el otro, sujetándolo afectuosamente-. Es lo que yo quiero. Es lo que tú quieres. Pero los caballos no lo querían: se apartaron bruscamente; la tierra no lo quería, y enviaba rocas junto a las cuales los jinetes tenían que pasaren fila india; los templos, el estanque, la cárcel, el palacio, los pájaros, los animales muertos y el Pabellón de los Huéspedes, que aparecieron al salir ellos del desfiladero y ver Mau a sus pies, tampoco lo querían, y lo dijeron con sus cien voces: "No, todavía no", y el cielo dijo: "No, ahí no".
11. La vida, en su mayor parte, es tan insípida que no hay nada que decir acerca de ella, y los libros y las conversaciones que quieran describirla como interesante se ven obligados a exagerar, con la esperanza de justificar su propia existencia. Dentro de su envoltura de trabajo u obligaciones sociales, el espíritu humano se dedica sobre todo a dormitar, advirtiendo la diferencia entre placer y dolor, pero mucho menos vigilante de lo que quisiéramos creer. Hasta en el día más emocionante hay períodos durante los que no sucede nada, y aunque seguimos exclamando "cómo me divierto" o "estoy horrorizado" no somos sinceros. "En la medida en que siento algo, eso que siento es placer, horror..." En realidad no se trata más que de eso, y un organismo perfectamente equilibrado guardaría silencio.
12. Había llegado a ese estado en que el horror y la pequeñez del universo se nacen visibles simultáneamente: ese crepúsculo de la doble visión en el que tantas personas de edad se ven envueltas. Si este mundo no nos gusta, bueno, en todo caso existe el Cielo, el Infierno, la Aniquilación, una u otra de esas realidades tan vastas, ese gigantesco escenario de estrellas, de fuego, de aire azul o negro. Toda empresa heroica, y todo lo que se conoce como arte, da por sentado que existe ese escenario, de la misma forma que todas las empresas prácticas, cuando el mundo sí nos gusta, dan por sentado que el mundo es toda la realidad. Pero en el crepúsculo de la doble visión aparece una confusión espiritual para la que no resulta posible encontrar palabras altisonantes; no podemos actuar ni prescindir de la acción, no podemos ignorar ni respetar la Infinitud.