
13 frases de Ni de Eva ni de Adán (Ni d'éve ni d'adam) de Amélie Nothomb... Una relación entre maestra y alumno dará paso a una hermosa historia de amor. Rica y peculiar visión de Tokio (Japón) y de Rinri, un ávido lector que sueña con entrar en la orden del Temple.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Amélie Nothomb son: historia de amor, ambientada en tokio (japón), orden del temple, autobiografía, viaje a japón.
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Frases de Ni de Eva ni de Adán Amélie Nothomb
01. Después del amor, ya no había reglas. Sobre la almohada, descubrí a alguien.
02. El concepto de libertad es un tema tan manido que las primeras palabras me hacen bostezar.
03. Existe una imposibilidad técnica de contar lo sublime. O no eres interesante, o resultas cómico.
04. -Sus abuelos son... Peculiares -observé. -Son viejos -respondió el joven con sobriedad. - ¿Les ha ocurrido algo? -insistí. -Han envejecido.
05. La parte de uno de la que huimos es la pequeña cárcel que el estado sedentario instala en cualquier parte.
06. ¿Por qué era necesario que el placer siempre se pagara? ¿Y por qué el precio de la voluptuosidad era, inevitablemente, la pérdida de la levedad original?
07. Los que huyen mueren perdidos en un exceso de espacio. Es la paradoja del infinito: presientes una libertad que no existe. Es una cárcel tan grande que nunca consigues salir de ella.
08. Decirle a alguien que se ha terminado es feo y falso. Nunca se termina. Incluso cuando ya no piensas en alguien, ¿Cómo dudar de su presencia dentro de ti? Un ser que ha contado para ti, siempre cuenta.
09. La experiencia física de la libertad es otra cosa. Uno debería tener siempre algo de lo que huir, para cultivar esa maravillosa posibilidad. De hecho, siempre hay algo de lo que huir. Aunque sólo sea de uno mismo.
10. Al parecer, huir es poco glorioso. Lástima, porque es muy agradable. La huida proporciona la más formidable sensación de libertad que se pueda experimentar. Te sientes más libre huyendo que si no tienes nada de lo que huir.
11. Me atraía la idea de no saber si iba a ver pintura, escultura o una retrospectiva de cachivaches varios. Uno siempre debería acudir a las exposiciones así, por azar, con absoluta ignorancia. Alguien desea mostrarnos algo: eso es lo único que importa.
12. Le quería mucho. Y eso no puedes decírselo a tu novio. Lástima. Por mi parte, quererlo mucho significaba mucho. Me hacía feliz. Siempre me alegraba de verlo. Sentía por él amistad y ternura. Cuando no estábamos juntos, lo echaba de menos.
13. Había tenido que enfrentarme a una elección entre dos riesgos enormes: uno se llamaba sí, que tiene como sinónimos eternidad, seguridad, consistencia, estabilidad y otras palabras que hielan el agua de espanto; El otro se llamaba no, que se traduce por desgarro, desesperación, y yo que creía que me querías, desaparece de mi vista, y tan feliz que parecías cuando, y otras palabras definitivas que hacen hervir el agua de indignación, porque son injustas y bárbaras. ¡Qué alivio haber encontrado la solución de los noviazgos! Era una respuesta líquida en tanto en cuanto no resolvía nada y posponía el problema para más adelante. Pero ganar tiempo es la gran cuestión de la vida.