34 frases de Mujeres del alma mía de Isabel Allende... Memorias de la autor, donde nos ofrece un emocionante recorrido sobre su relación con el feminismo y el hecho de ser mujer, al tiempo que reivindica que la vida adulta hay que vivirla, sentirla y gozarla con plena intensidad.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Isabel Allende son: alegría de vivir, brujas, condición de la mujer, conflictos con la religión, derechos de la mujer, erotismo, feminismo, humanidad, machismo, mujer independiente, paso del tiempo, ternura, virtudes y defectos, vivir dignamente, vivir la vida, voluntad de vivir, discriminación, autobiografía, memorias.
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Frases de Mujeres del alma mía Isabel Allende
01. El amor rejuvenece, de eso no hay duda.
02. Los cambios no llegan solos, se obtienen con mucha guerra.
03. Con la edad los defectos y las virtudes se exacerban.
04. La guerra es la máxima manifestación del machismo.
05. Mientras más sufrimos por amor, más nobles somos.
06. (...) Las madres, en cambio, son árboles de firmes raíces.
07. Cada año vivido y cada nueva arruga cuentan mi historia.
08. Ahora el erotismo me interesa bastante menos que la ternura y la risa.
09. La industria del romance compite con el narcotráfico en crear adicción.
10. Las mujeres debemos hacer el doble de esfuerzo para obtener la mitad de reconocimiento.
11. A muchas hijas nos ha tocado vivir la vida que nuestras madres no pudieron vivir.
12. Los hombres fueron muy hábiles al pintar a las feministas como brujas histéricas.
13. Los viejos no tienen remedio, simplemente hay que esperar que se vayan muriendo de a poco.
14. Debemos cuestionar todo, desde la religión y las leyes, hasta la ciencia y las costumbres.
15. Los grandes depredadores son los hombres. El 90 % de los crímenes violentos son cometidos por hombres.
16. El patriarcado se impone con agresión, exige obediencia y castiga a quien se atreva a desafiarlo.
17. Los hombres temen que las mujeres se rían de ellos. Las mujeres temen que los hombres las maten.
18. ¿Cómo iba a confiar en los hombres, que te quieren un día y se esfuman al siguiente?
19. Nada es permanente, todo cambia, se descompone, se desintegra o se muere, por lo tanto no me aferro a nada.
20. A los hombres los entrenan para reprimir las emociones, están limitados por la camisa de fuerza de la masculinidad.
21. (...) Incomodidad que sienten muchos hombres cuando las mujeres se reúnen. Creen que estamos confabulando y a veces tienen razón.
22. (...) Una visión clara, un corazón apasionado y una voluntad heroica para enfrentar la fatiga y las derrotas del camino...
23. ¿Quién determina lo que imponen la tradición y la cultura? Hombres, por supuesto, y las mujeres lo aceptan sin cuestionarlo.
24. La creatividad en las mujeres se llama artesanía y se vende barata; en los hombres se llama arte y se paga cara.
25. La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como la alegría o el placer; es silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de bienestar.
26. No podemos vivir sin amor. Por amor aguantamos a nuestros críos y a los hombres. Nuestra abnegación llega a ser una forma de servidumbre.
27. (...) Curiosidad y un cierto aleteo en la boca del estómago que antes me impulsaba a cometer imprudencias y ahora me advierte que vaya lento y con cuidado.
28. Era buena lectora y había aprendido en los libros que el mundo cambia constantemente y la humanidad evoluciona, pero los cambios no llegan solos, se obtienen con mucha guerra.
29. (...) Otra de las cosas que aprendí a los cincuenta años en terapia es que seguramente la falta de padre en mi infancia también contribuyó a mi rebeldía.
30. El feminismo, como el océano, es fluido, poderoso, profundo y tiene la complejidad infinita de la vida, se mueve en olas, corrientes, mareas y a veces en tormentas furiosas. Como el océano, el feminismo no se calla.
31. Si la palabra "feminismo" no te gusta por la razón que sea, busca otra; el nombre es lo de menos, lo importante es hacer el trabajo por ti misma y por tus hermanas en el resto del mundo, que lo necesitan.
32. Mi carácter obstinado y desafiante, que en mis hermanos se aprobaba como condición esencial de la masculinidad, en mí era una patología. ¿No es casi siempre así? A las niñas se les niega el derecho a enojarse y patalear.
33. La peor discriminación es contra los pobres -siempre lo es-, pero a mí me pesaba más la que soportaban las mujeres, porque me parecía que a veces se puede salir de la pobreza, pero nunca de la condición determinada por el género.
34. Se podría alegar que la Revolución rusa de 1917 fue la más notable, pero la del feminismo ha sido más profunda y duradera, afecta a la mitad de la humanidad, se ha extendido y tocado a millones y millones de personas y es la esperanza más sólida de que la civilización en que vivimos puede ser reemplazada por otra más evolucionada.
