24 frases de Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta... Historia de mujeres cuya felicidad estaba circunscrita a las paredes de su casa, pero que en algún punto reconocen la señal reservada para que cada una de ellas dé un giro a su vida y crezca.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ángeles Mastretta son: condición de la mujer, mujer independiente, realización personal, voluntad inquebrantable, luchar por un sueño, coraje ante la adversidad, casamiento, amas de casa, crecimiento espiritual.
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Frases de Mujeres de ojos grandes Ángeles Mastretta
01. ¿Quién investiga en tus ojos?
02. No me gusta desperdiciar. Menos los sentimientos.
03. Tengo la paz, ya no quiero la magia.
04. Dios te conserve la lucidez y la buena leche.
05. Creo que el amor, como la eternidad, es una ambición.
06. Te vas quince años y quieres regresar en dos minutos.
07. A los dieciocho años los amores de un día antes son ya viejos.
08. No arruines el presente lamentándote por el pasado ni preocupándote por el futuro.
09. Nunca acabaría de arrepentirse, como si uno pudiera arrepentirse de lo que no elige.
10. Uno es de donde es... Por más que no quieras, te regresan de allá.
11. La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota.
12. Ustedes no entienden nada y yo no me voy a tomar la molestia de seguir explicándoles.
13. -Yo no te quise por inteligente- dijo ella. -Pero me dejaste de querer por idiota- dijo él.
14. Cada luna es distinta. Cada luna tiene su propia historia. Dichosos quienes pueden olvidar su mejor luna.
15. Se ve mal tener menos de un marido, pero para tu consuelo se ve peor más de uno.
16. Le contó cuánto quería a un señor y cuánto al otro, cuánto a sus hijos, cuánto a su destino.
17. No llevaba más equipaje que el futuro y la temprana certidumbre de que el más cabal de los hombres tiene un tornillo flojo.
18. ¿Por qué no coincidimos en que si algo se destruyó es una lástima y me das un beso de buena voluntad para cambiar de tema?
19. Desde antes de que él se lo pidiera ella había comprometido su cuerpo lleno de luciérnagas con el hombre que se las había puesto en revuelo.
20. Me atravesó la vida con su vida y no habrá quién me lo quite de los ojos y el alma. Aunque se pretenda muerto. Nadie puede matar la parte de sí que ha hecho vivir en los otros.
21. Cuando lo imposible se quiere volver rutina, hay que dejarlo. Uno no puede meterse en el lío de ambicionar algo prohibido, de poseerlo a veces como una bendición, de quererlo por imposible, por desesperado, y de buenas a primeras convertirse en el anexo de una oficina.
22. Hay gente con la que la vida se ensaña, gente que no tiene una mala racha sino una continua sucesión de tormentas. Casi siempre esa gente se vuelve lacrimosa. Cuando alguien la encuentra, se pone a contar sus desgracias, hasta que otra de sus desgracias acaba siendo que nadie quiere encontrársela.
23. Hay muchas maneras de dividir a los seres humanos -le dijo-. Yo los divido entre los que se arrugan para arriba y los que se arrugan para abajo, y quiero pertenecer a los primeros. Quiero que mi cara de vieja no sea triste, quiero tener las arrugas de la risa y llevármelas conmigo al otro mundo. Quién sabe lo que habrá que enfrentar allá.
24. Una cosa es hacer sonar un instrumento y otra muy distinta hacer música. La música tiene que tener magia y la magia depende de algunos trucos, pero más que nada de los buenos impulsos. Mira -dijo, pasando un brazo por la cintura de la tía-: Tú quieres dar este Re con más énfasis, no sabes cómo. En apariencia no tienes más que un dedo y una tecla para hacerlo, pero con el dedo y la tecla no haces más que un ruido, lo demás tienes que sacarlo de tu cabeza, de tu corazón, de tus entrañas. Porque ahí es donde está, con toda exactitud, el sonido que deseas. Cuando lo sabes, no tienes más que sacarlo. ¡Sácalo!