Frases de Mi vida, mi libertad

Mi vida, mi libertad

29 frases de Mi vida, mi libertad (Mijn vrijheid) de Ayaan Hirsi Ali... Recopilación de ensayos que reivindican los valores de Occidente y piden una crítica ilustrada para el Islam.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Ayaan Hirsi Ali son: islam, autobiografía, condición de la mujer, sexualidad, exilio, matrimonio sin amor, religiones, fundamentalismo, terrorismo, derechos humanos, opresión.

Frases de Ayaan Hirsi Ali Libros de Ayaan Hirsi Ali

Frases de Mi vida, mi libertad Ayaan Hirsi Ali

01. Sé demasiado bien que lleva su tiempo aserrar las barras de una jaula mental.


02. Si eres musulmana, te desvaneces hasta que casi no queda nada tuyo dentro de ti.


03. (...) Empecé a darme cuenta de que en esos círculos extremadamente civilizados los conflictos se resuelven de una manera muy sofisticada e hipócrita.


04. El silencio de una virgen es la respuesta correcta a una proposición de matrimonio; expresa un consentimiento solemne.


05. (...) Se le podía ver la cara, dado que era somalí. Las mujeres saudíes no tenían cara.


06. Beber vino y llevar pantalones no era nada en comparación con la lectura de la historia de las ideas.


07. Me gustaría que se me juzgara por la validez de mis argumentos y no por ser una víctima.


08. Hay cosas que es necesario decir, y hay épocas en que el silencio es cómplice de la injusticia.


09. En el Islam, a diferencia del cristianismo y el judaísmo, la relación del individuo con Dios es de completa sumisión, como entre esclavo y amo.


10. Como lectora podía ponerme en la piel de otros y vivir sus aventuras, tomar prestada su personalidad y elegir alternativas que en casa no tenía a mano.


11. Los padres holandeses educan a sus hijas a confiar en ellas mismas; muchos, tal vez la mayoría de padres musulmanes, las educan a ser dóciles y sumisas.


12. En Arabia Saudí todo giraba en torno al pecado. Una no era traviesa, era pecadora. Una no era limpia, era pura. Escuchábamos la palabra haram, prohibido, todos los días.


13. Me pareció un hecho notable que tantos prestigiosos pensadores musulmanes hubieran filosofado tan largamente sobre cuántos centímetros de piel femenina podían destaparse sin hacer que eso provocara el caos general.


14. (...) Todas esas estrategias de grupo destinadas a evitar afrontar la realidad me deprimían. La realidad no es fácil, pero todas esas excusas y acusaciones no hacen que sea más fácil.


15. Las ilusiones en torno a una tolerancia pacífica del Islam no pueden ocultar esta realidad: todavía cortan manos, todavía lapidan y esclavizan a mujeres, tal como decidiera el profeta Mahoma siglos atrás.


16. Los adultos jamás daban explicaciones. Para ellos, los niños eran como animalillos, criaturas que había que arrastrar y empujar a golpes hasta la edad adulta antes de que merecieran ser informados y consultados.


17. Ahora creo que esa obsesión por denunciar el racismo -muy frecuente entre los somalíes-, en realidad era un mecanismo de acomodo por el que la gente dejaba de sentirse inepta y exteriorizaba las causas de su infelicidad.


18. Si uno cree que Alá lo tiene todo predestinado y que la vida terrenal no es más que una antesala del más allá, ¿Acaso esta creencia no guarda relación con el fatalismo que tan a menudo refuerza la pobreza?


19. Como mujer te irá mejor en la vida si te ganas tu propio dinero. No puedes impedir que tu marido te deje o tome a otra esposa, pero puedes salvar una parte de tu dignidad si no tienes que mendigar su apoyo económico.


20. Cuando me pidieron mi opinión, expliqué que el Islam era como una jaula mental. Primero, cuando abres la puertecilla, el pájaro enjaulado permanece dentro: tiene miedo. Ha interiorizado su cautiverio. El pájaro necesita tiempo para mentalizarse y escapar, por mucho que alguien haya abierto la puertecilla de la jaula.


21. El mensaje de este libro, si es que ha de tener un mensaje, es que en Occidente estaríamos equivocados si prolongáramos innecesariamente el dolor de esa transición elevando culturas llenas de fanatismo y de odio por las mujeres a la altura moral de un respetable modo de vida diferente.


22. En el Islam, convertirse en individuo no es un proceso necesario; muchas personas, sobre todo mujeres, jamás desarrollan una clara voluntad individual. Te sometes; ése es el significado literal de la palabra "Islam": sumisión. El objetivo es que en tu interior todo se quede quieto, de modo que nunca levantes los ojos, ni siquiera en tu mente.


23. Cuando la gente dice que los valores del Islam son la compasión, la tolerancia y la libertad, observo la realidad, las culturas y los gobiernos, y veo que eso, lisa y llanamente, no es así. En occidente muchos aceptan ese tipo de aseveraciones porque han aprendido a valorar las religiones o las culturas de un modo no demasiado crítico por miedo a que les llamen racistas.


24. En ocasiones, mi abuela trataba de razonar conmigo. "Un caballo salvaje que se desboca con cualquier cosa que se mueve tropieza y se rompe una pata -me contó-. Si sales corriendo por culpa de ese pequeño insecto puedes caer en ese arbusto y morir, pues es venenoso. Puedes caer en ese montón de piedras y morir, porque dentro se oculta una serpiente. Tienes que aprender a distinguir qué hay que temer y qué no".


25. Desde todos los puntos de vista, leer esos libros de historia de Occidente era pecado. Incluso la historia de la formación de los Estados modernos me confrontó con las contradicciones de mi fe en Alá. La separación europea entre el mundo de Dios y el Estado era haram en sí misma. El Corán dice que no puede haber gobierno sin Dios; el Corán es el libro de leyes de Alá que rige los asuntos terrenales.


26. Todos esos ataques personales eran en el fondo digresiones de la cuestión real, que no era yo; no importa quién soy yo, lo que importa es el abuso y cómo está consagrado en una religión que niega a las mujeres sus derechos como seres humanos. Lo que importa es que en Europa se cometen atrocidades contra mujeres y niños. Lo que importa es que los gobiernos y las sociedades dejen de escudarse tras una vana pretensión de tolerancia y reconozcan y aborden el problema.


27. Al declarar infalible a nuestro profeta y no permitirnos dudar de Él, los musulmanes habíamos establecido una tiranía estática. El profeta Mahoma había intentado regular todos los aspectos de la vida. Al adherirnos a Sus reglas sobre lo que está permitido y lo que está prohibido, los musulmanes hemos suprimido la libertad de pensar por nosotros mismos y de actuar según nuestras preferencias. Hemos fosilizado la perspectiva moral de miles de millones de personas con la mentalidad del desierto árabe propia del siglo VIII. No éramos solamente sirvientes de Alá, también éramos esclavos.


28. El Islam influye en todos los aspectos de la vida del creyente. A las mujeres se les niegan sus derechos sociales y económicos en nombre del Islam, y mujeres ignorantes crían hijos ignorantes. Los hijos que ven cómo sus madres son golpeadas aprenden a usar la violencia. ¿Por qué era racista formular esta pregunta? ¿Por qué era antirracista consentir el apego de la gente a sus viejas ideas y perpetuar esta miseria? ¿No es posible que la actitud pasiva que tanto prevalece en el Islam -el insh'Allah o "si Dios quiere"- afecte también a la energía de la población y su voluntad de cambiar o mejorar el mundo?


29. En el lugar donde crecí, la muerte siempre ronda por ahí. Virus, bacterias o parásitos, sequías y hambrunas, soldados y torturadores pueden traerla a cualquiera en cualquier momento. La muerte llegaba cabalgando sobre gotas de lluvia que se convertían en riadas. Invadía la imaginación de hombres con autoridad que ordenaban a sus subordinados que cazaran, torturaran y mataran a personas que ellos imaginaban que eran sus enemigos. Inducía a muchos otros a quitarse la vida para escapar de una realidad tenebrosa. A muchas mujeres, debido a la idea del honor perdido, les llegaba de manos de su padre, su hermano, su esposo. La muerte alcanzaba a mujeres jóvenes al dar a luz a una nueva vida, dejando al recién nacido huérfano en manos de desconocidos. Para aquellos que viven en la anarquía y la guerra civil, como ocurre en el país donde nací, Somalia, la muerte está en todas partes.

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