41. Siete iglesias he visitado, tan apasionadamente lo dice que, o fue la devoción mucha o mucha la falta de ella.
42. La reina murmuraba sus oraciones hasta el infinito, hasta que se queda dormida en medio de un Dios te salve María.
43. Ceñirse a la verdad...Pero, para que los hombres pueden ceñirse a la verdad, tendrán primero que conocer los errores.
44. Con una mujer como ésa, digo yo, se agarra uno a la vida y no la suelta, aunque sólo tenga una mano.
45. Cuando el santo no satisface las voluntades ni premia sus votos, lo castigan hundiéndolo cabeza abajo en las aguas del río.
46. En el paraíso no se requiere dinero, en el infierno tampoco, en el purgatorio es donde se pagan las deudas con oraciones.
47. Realmente, mejor que esto, que lo hay, sólo una mujer en la cama, y si la mujer es la que uno ama.
48. Ya decía mi madre que la matriz de las mujeres lo malo es que se llene una vez, que luego siempre quieren más.
49. Era como si el hambre acumulada en cuatro años de campaña militar saltara ahora los diques de la resignación y de la disciplina.
50. Al fin y al cabo, tanto hace rey como carbonero, y nada hay mejor que un buen revuelque, la verdad es que somos un pueblo de patanes.
51. El ladrón quedó allí, como si la mano de Dios los estuviera clavando en el suelo o la garra del diablo lo sostuviera desde las profundidades.
52. La verdad camina siempre en la historia por su propio pie, no hay más que darle tiempo, y un día aparece y declara, Aquí estoy.
53. Tanto trabajo tuvo Dios para abrir los cauces por donde las aguas habían de correr y viene ahora un rey portugués a cobrar un peaje ganancioso.
54. Tiran los huesos en el suelo, el rey, si aquí estuviera, haría lo mismo, en pequeñas cosas como éstas se ve que los hombres somos iguales.
55. La noche se está acercando, no es posible huir de ella. El sol está posado en el horizonte del mar como una naranja en la palma de la mano.
56. Los bueyes rumiaban, dejando caer un hilo de baba que devolvía al suelo los jugos de la tierra, adonde todo vuelve, hasta las piedras con tanto trabajo alzadas.
57. El mar está lejos y parece cerca, brilla, es una espada caída del sol, que el sol ha de ir envainando lentamente cuando baje en el horizonte para ocultarse.
58. El hombre iba tan contento como cuando de chiquillo, descubrió el primer huevo en un nido, cuando de hombre estuvo con la primera mujer en la cama, cuando el soldado oyó el primer toque de trompeta.
59. No se dan cuenta de que esta conversación sostiene al mundo en su órbita, que si no hablaran las mujeres unas con otras, ya habrían perdido los hombres el sentido de la casa y del planeta.
60. En definitiva, cuánto habrá costado todo eso, y nadie dará satisfacción del dinero gastado, ni facturas, ni recibos, ni cédulas de registro de importación, sin hablar ya de muertes y sacrificios, que éstos son baratos.