27 frases de Mal de altura: crónica de una tragedia en el Everest (Into thin air) de Jon Krakauer... El autor viajó al Himalaya en 1996 para escribir un reportaje sobre la creciente explotación comercial del Everest. Tras coronar la cima más alta de la Tierra, el descenso fue mortal para muchos. Su experiencia.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Jon Krakauer son: tragedia, alpinismo, basado en hechos reales, aventura, vida silvestre, himalaya, monte everest, autobiografía, montañas, exploración, supervivencia, muerte por accidente, crítica del consumismo.
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Frases de Mal de altura: crónica de una tragedia en el Everest Jon Krakauer
01. Este es el meollo de un dilema al que todo escalador en el Everest acaba enfrentándose: para tener éxito has de ser extraordinariamente decidido, pero si lo eres en exceso, tienes un pie en la tumba.
02. Existía el temor real de que sufrieran algún percance que obligara a otros a acudir en su ayuda, lo cual no sólo podía poner la vida de éstos en peligro, sino acabar incluso con las aspiraciones de alcanzar la cima.
03. La proliferación de escaladores inexpertos en el Everest presagiaba sin duda que podía producirse una tragedia de gran magnitud. Sin embargo, nadie imaginaba que en el centro de la misma iba a estar una expedición dirigida por Rob Hall, la más compacta y segura de cuantas expediciones se hayan aventurado en esa montaña. Hombre compulsivamente metódico, Hall había elaborado sistemas concretos para prevenir una catástrofe así. ¿Qué pasó entonces?
04. (...) Pero hay hombres para los que lo inalcanzable tiene un atractivo especial. Normalmente no son expertos: sus ambiciones y sus fantasías son lo bastante fuertes para arrinconar las dudas que hombres más cautos podrían abrigar. La determinación y la fe son sus mejores armas.
05. De los seis alpinistas del grupo de Hall que llegamos a la cima, sólo Mike Groom y yo bajamos sanos y salvos: cuatro compañeros de equipo...Perdieron la vida.... La mancha que ello ha dejado en mi conciencia no es algo que pueda borrar con unos meses de aflicción y remordimiento.
06. Los que sueñan con llegar a la cima del Everest deben tener presente que cuando las cosas van mal en la Zona de la Muerte -cosa que ocurre antes o después-, hasta los guías más fuertes pueden verse impotentes para salvar la vida de un cliente, e incluso, como demostraron los hechos de 1996, la propia.
07. Me di cuenta de que éramos un equipo sólo de nombre. Aunque dentro de unas horas dejaríamos el campamento en grupo, cada cual ascendería a su antojo sin estar atado a nadie por cuerda alguna ni por un sentido profundo de la lealtad. Cada cliente estaba allí, como quien dice, por su cuenta y riesgo.
08. Llegar a la cima de una montaña se consideraba mucho menos importante que la manera de conseguirlo: para ganar prestigio había que ser muy temerario, atacar las rutas más brutales con el mínimo equipo posible. Nadie era tan admirado como el visionario que ascendía absolutamente solo, sin cuerda ni pertrechos.
09. La cuestión de quién debe pisar el Everest y quién no debe hacerlo es más complicada de lo que pueda parecer a primera vista. El que un escalador haya pagado una gran suma de dinero para participar en una expedición guiada no significa necesariamente que no esté cualificado para moverse por la montaña.
10. En la escalada es muy importante que uno pueda fiarse de sus compañeros. Lo que haga un alpinista puede afectar a la totalidad del grupo... Pero la confianza en el compañero es un lujo que les está vedado a quienes se apuntan a una ascensión guiada; por el contrario, hay que confiar únicamente en el guía.
11. (...) Más arriba del campamento base la expedición se convirtió en una empresa casi calvinista. La desproporción entre sufrimiento y placer era mayor que en cualquiera de las montañas que había escalado; enseguida caí en la cuenta de que subir al Everest era sobre todo cuestión de aguante, y ver que semana tras semana nos sometíamos al esfuerzo, el tedio y el padecimiento, me hizo pensar que la mayoría de nosotros probablemente no buscaba otra cosa que cierto estado de gracia.
12. (...) Los momentos más gratificantes del alpinismo se derivan de la importancia que se da a la confianza en uno mismo, a tomar decisiones críticas y afrontar las consecuencias. Cuando alguien participa como cliente en una expedición se ve obligado a renunciar a todo eso y más. Por mor de la seguridad, un guía responsable siempre querrá tenerlo todo controlado, pues sabe que no puede permitirse el lujo de que cada cliente decida por su cuenta cosas importantes. Así pues, durante toda la expedición los clientes habíamos permanecido forzosamente pasivos...Pero para mí era muy poco satisfactorio.
13. Enfrentado a un aumento de la altitud, el cuerpo humano reacciona de diversas maneras.
14. Puedes encontrar un montón de explicaciones, pero en el fondo siempre hay un error humano.
15. La cultura montañera se caracterizaba por una competencia feroz y un machismo sin ambages, pero la mayoría de los escaladores sólo querían impresionarse los unos a los otros.
16. (...) El Everest ya no era sólo una montaña, sino también una mercancía...
17. (...) Fuimos obligados a tomar decisiones críticas bajo los efectos de la hipoxia. Es imprescindible tener presente que a 8800 metros de altitud es casi imposible pensar con lucidez.
18. El Everest siempre ha sido un imán para chalados, románticos irredentos, buscadores de publicidad o gente con un sentido de la realidad un tanto dudoso.
19. Mi avidez por escalar había quedado menguada por una serie de pequeñas satisfacciones que, en conjunto, sumaban algo parecido a la felicidad.
20. Su fuerza de voluntad era inmensa. No importaba el daño que hubiera sufrido, él hacía caso omiso y seguía adelante.
21. El mero hecho de estar en el campamento base era para mí todo un récord de altitud.
22. Por encima de los 8000 metros, la línea que separa el entusiasmo de la temeridad es fatalmente delgada. De ahí que las laderas del Everest estén pobladas de cadáveres.
23. Resultaba estimulante rozar el enigma de la mortalidad, atisbar en sus fronteras prohibidas. Escalar era algo estupendo, a mi modo de ver, y no pese a sus peligros intrínsecos, sino precisamente por ellos.
24. Escalar daba asimismo un sentido de clan. Ser escalador significaba formar parte de una sociedad rabiosamente idealista e independiente, que pasaba inadvertida y era del todo ajena a la corrupción del mundo en general.
25. Subir al Everest es un proceso largo y tedioso.
26. En nuestra cultura el dinero es el principal baremo del éxito.
27. Tras deducir que no había esperanzas, lo dejaron en la cornisa.