27. Cuando en el amor se han fundido y entremezclado dos seres en una unidad angélica y sagrada, ya han dado con el secreto de la vida; no son ya sino los dos elementos de un mismo destino; no son ya sino las dos alas de un mismo espíritu. ¡Amad, volad planeando!
28. Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, pelear a brazo partido con el destino, dejar asombrada a la catástrofe cuando ve qué poco miedo nos da, ora enfrentarse al poder injusto y ora rebelarse contra la victoria ebria, resistir, plantar cara: ése es el ejemplo que necesitan los pueblos y la luz que los electriza.
29. El amor participa de la propia alma. Es de la misma naturaleza que ella. Como ella, es una chispa divina; como ella, es incorruptible, indivisible, imperecedero. Es un punto de fuego que llevamos dentro y que nada puede apagar. Lo sentimos arder hasta en la médula de los huesos y lo vemos resplandecer hasta lo más hondo del cielo.