12 frases de Los amigos que perdí de Jaime Bayly... Manuel es un escritor cuyos amigos no lo quieren ver porque se inspiró en ellos para escribir unas novelas que le hicieron famoso. A modo de disculpa le escribe una larga carta a cada uno... ¿Lo perdonarán?.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Jaime Bayly son: ficción sobre escritores, ser escritor, ansiedad, amistades que se pierden, fama, cartas.
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Frases de Los amigos que perdí Jaime Bayly
01. La verdad ante todo, doctor. La verdad aunque duela.
02. No quería estudiar en la universidad. Me parecía una respetable manera de perder tiempo y dinero.
03. ¿Por qué diablos tenía que hacerme escritor en España? ¿No podía escribir también en Austin?
04. Cuando no merecemos la oportunidad de pedir disculpas, las cartas nos hacen creer que podemos recuperar a los amigos que perdimos.
05. Era lo que habías estado buscando tanto tiempo, una verdadera promesa de amor. No te voy a mentir: sentí celos.
06. La sola idea de verlo jugando conmigo... Despertaron en mí una verdadera ansiedad por vestirme de corto y saltar a la cancha.
07. Me preguntaste hace años: ¿Por qué siempre te vas cuando más te necesito? Yo te pregunto hoy: ¿Nunca me vas a perdonar?
08. No quiero ser impertinente. Si ya no me quieres y has decidido olvidarme, debo aceptar la derrota con dignidad. Viviré con el cálido recuerdo de tu amistad. Debo decirte, sin embargo, que doy gracias por haberte conocido. Aprendí muchísimo de ti. Tú me enseñaste a querer, a llorar, a besar. Tú hiciste que mi vida fuese más bonita.
09. Tú llenaste mi vida de ternura y esperanza. Por eso te digo gracias... Gracias por haberme salvado de los infiernos, por haber creído en mí cuando yo era una desgracia. Gracias por seguir siendo mi amiga del alma. Te pido por favor que me des una oportunidad más para demostrarte que te sigo adorando, que he aprendido a ser tu amigo.
10. Te lo decía: yo no he nacido para la universidad. Tú te reías y me decías: eres un vago, nadie ha nacido para la universidad, pero si no tienes un título, no eres nadie. Supongo que tenías razón. Hoy no tengo un título y soy nadie. Pero me he dado el gusto de hacer lo que he querido.
11. Hoy no soñé nada. Pero los días en que sí lograba rescatar fragmentos de esos viajes reveladores que son los sueños, ¡Qué bien me sentía, doctor! ¡De pronto crecía en mí el orgullo de sentirme un escritor prolífico! ¡Con qué pasión me entregaba a cultivar mi vocación por la literatura! Esos tres minutos que dedicaba cada mañana a la quijotesca tarea de batallar con mis demonios interiores y bucear en el oscuro mar de mis fantasías, ¡Con qué claridad advertía que mi vida no tendría ya sentido si no la dedicaba a escribir mis sueños más recónditos!
12. No somos amigos pero te sigo admirando... Con los años se han multiplicado la admiración y el respeto que siento por ti. Eres un escritor de verdad. Para mí, y no lo digo para halagarte, eres el mejor escritor de nuestra generación. Lo sé bien, a pesar de que apenas has publicado un par de libros de crónicas periodísticas. Sé que nos escondes libros geniales, que llevas adentro una novela perfecta que yo nunca podré escribir. No sé si la has escrito ya, la estás escribiendo hace años o algún día la escribirás: eso no importa, lo que importa es que tus amigos sabemos que eres un escritor genial. No digo que seas un escritor brillante porque no lo eres, a ti no te gusta brillar, tú prefieres las sombras, la discreción, el más riguroso anonimato.