Frases de Las leyes de la atracción

Las leyes de la atracción

24 frases de Las leyes de la atracción (The rules of attraction) de Bret Easton Ellis... Una pandilla de niños ricos gira frenéticamente en una ronda obsesiva de sexo, drogas y rock and roll... Reflejo elegante, irónico y descarnado de los universitarios de New Hampshire en los ochenta.

Frases de Bret Easton Ellis

Frases de Las leyes de la atracción Bret Easton Ellis

01. A nadie le gusta la persona adecuada.


02. Jamás pensé que moriría un viernes. Cualquier otra noche, pero un viernes...


03. ¿No os parece que el Rock'n'roll mató a la poesía?


04. La vida es como una errata tipográfica: constantemente estamos escribiendo y reescribiendo las cosas, una y otra vez.


05. No obraba con pasión. Simplemente obraba.


06. La semilla del amor ha prendido, y si no podemos arder juntos, arderé yo sola.


07. Se puso a contarme la historia de su vida, que no era muy interesante, y cuando Rockpile empezó a cantar "Heart" subí el volumen, ahogando la voz de ella...


08. El amor está por todas partes, no hay que fingir, puedes tener todo el que quieras, ¿Por qué no?


09. Me apetece gritar, pero no lo hago porque la idea me excita de verdad.


10. ¿Qué quieres decir? ¿Saber cómo soy? -le pregunto-. ¿Conocerme? Nadie sabe cómo es nadie, nunca. Jamás. Nunca sabrás cómo soy yo.


11. Pero ¿Qué se puede hacer en el college aparte de beber cerveza o abrirse las venas?


12. Y es una historia que te podría aburrir pero no tienes que escuchar, me dijo ella, porque ella siempre supo que iba a ser así, y lo fue...


13. Faltaba algo. Él no sabía qué. Confundido, siguió follándosela, y antes de correrse, pensó: no me acuerdo de la última vez que hice el amor estando sobrio...


14. Te espero en la cafetería...Lo que hace allí dentro me resulta tan dolorosamente obvio (¿Cocaína? , ¿O será crack?) que me avergüenza su falta de responsabilidad y su capacidad para fastidiarme.


15. Me digo: ten calma, porque me apetece gritar y me apetece acercarme a ti y besarte en la boca y apretarte contra mí y decir: "Te amo te amo te amo", mientras nos desnudamos, mientras empieza el sexo.


16. Por algún motivo pienso en aquella noche en el café cuando él me andaba buscando; ¿Todavía estaba enamorado de mí? ¿Tenía celos de las otras personas con las que yo estaba? Creo que tengo que pegar una cosa con la otra.


17. Sólo espero que llegue diciembre para dejar este sitio. Porque no sé cuánto más voy a seguir soportando el beber cerveza sin parar y ver la cantidad de puntos que consigue en Pole Position, un videojuego en el que es insuperable.


18. ¿Quién puede despertar al mundo con una sonrisa? ¿Quién es capaz de coger un día sin importancia y de repente convertirlo en un día que merezca la pena? Tú, chica, y deberías saberlo. Con cada movimiento y cada mirada lo demuestras.


19. La cocaína, extrañamente, no nos volvía habladores. Nos metíamos unas líneas y en vez de ponernos a hablar como locos, veíamos la televisión y fumábamos, sin decirnos nada, ni allí sentados, ni en el MG, ni en los cafés.


20. Cuando dos serpientes de cascabel luchan, lo hacen de acuerda con reglas estrictas ninguna usa los dientes venenosos, el objetivo consiste únicamente en obligar a que la otra tenga la cabeza pegada al suelo unos cuantos segundos, así se establece cuál es la que manda. Luego suelta la presa y la que ha perdido se aleja.


21. Luego volvía a acelerar y no paraba hasta encontrar un motel adecuado. Y en las habitaciones de estos moteles era donde esnifábamos la cocaína que llevaba, y debido a la cocaína los días, ya breves, parecían más breves, y conducía muy deprisa, tratando de llegar a un destino desconocido.


22. No sabía lo que le iba a decir una vez que la encontrara. Lo único que quería era verla. Y pensando en ella en ese plan, después de buscarla por todo el campus, volví a mi cuarto y me hice una paja, pensando en ella. Fue algo completamente espontáneo, algo que no pude evitar.


23. Miró a aquella chica tan fea del vestido rojo tratando de parecer indiferente. Yo miré las pintadas que había en la mesa: "Has perdido". "No hay gravedad. Es la Tierra la que chupa". "La Banda de la Tachuela durmió aquí". " ¿Qué fue del amor de los hippies?". "El amor apesta". "La mayoría de los taxistas son licenciados". Y me quedé allí sentado sintiéndome el amante desgraciado. Pero luego me acordé de que, claro, ahora tan sólo soy desgraciado.


24. ¿Cómo es?, pensaba. Las preguntas me desfilaban por la cabeza: ¿Enloquece en la cama? , ¿Se corre con facilidad? , ¿Le gusta el sexo oral? , ¿Le importa que un chico se le corra en la boca? Entonces comprendí que no iría a la cama con una chica si ella no quería. Yo tampoco me iría a la cama con una chica sí ella no podía o no quería tener un orgasmo porque entonces, ¿De qué servía? Si no consigues que una chica se corra, ¿Para qué molestarte? Eso siempre me pareció como hacer preguntas en una carta.

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