
47 frases de La sabiduría de la inseguridad (The wisdom of insecurity) de Alan Watts... Mensaje para una era de ansiedad... ¿Cómo vivir en un mundo de inseguridad? ¿En un mundo privado del consuelo de las tradicionales creencias religiosas?.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Alan Watts son: trastorno de ansiedad, budismo, filosofía oriental, resistencia al cambio, adaptarse al cambio, misticismo, religiones, zen, momento presente, dolor, obsesión por el tiempo, conciencia de la muerte, aprovechar cada momento, esencia de la vida.
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Frases de La sabiduría de la inseguridad Alan Watts
01. Solo las verdades dudosas necesitan defensa.
02. Los deseos humanos tienden a ser insaciables.
03. No es posible comprender la vida y sus misterios mientras uno trate de aferrarla.
04. Para comprender la seguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo.
05. La persona asustada o solitaria empieza en seguida a pensar: "Tengo miedo" o "estoy muy solo".
06. La vida no necesita ningún futuro para completarse ni explicación alguna para justificarse. En este momento está acabada.
07. Un régimen continuo de alimentos ricos, o bien destruye el apetito o bien enferma a la persona que lo sigue.
08. El amor es el principio organizativo y unificador que hace del mundo un universo y de la masa desintegrada una comunidad.
09. Si nos aferramos a la creencia en Dios, no podemos además tener fe, ya que la fe no es aferrarse sino abandonarse.
10. Sentir que la vida carece de sentido a menos que "Yo" pueda ser permanente, es como haberse enamorado desesperadamente de un centímetro.
11. Si mi conciencia del futuro y el pasado me hace menos consciente del presente, debo empezar a preguntarme si estoy viviendo de veras en el mundo real.
12. Parte de la frustración del hombre se debe a que se ha acostumbrado a esperar que el lenguaje y el pensamiento ofrezcan explicaciones que no pueden darle.
13. Cuanto más capaces somos de experimentar placer, tanto más vulnerables somos al dolor y, ya sea en segundo término o en primer plano, el dolor siempre nos acompaña.
14. (...) Esta inseguridad es el resultado del intento de seguridad, y que, por el contrario, la salvación y la cordura consisten en el reconocimiento más radical de que no tenemos modo de salvarnos.
15. Por mucho que luchemos, la "fijación" nunca dará sentido al cambio. La única manera de hacer que el cambio tenga sentido consiste en sumergirse en él, moverse con él, participar en el baile.
16. Parecemos moscas que han caído en un recipiente con miel. Como la vida es dulce, no queremos abandonarla, pero cuanto más participamos en ella, tanto más atrapados, limitados y frustrados nos sentimos.
17. Si la felicidad siempre depende de algo que esperamos en el futuro, estamos persiguiendo una quimera que siempre nos esquiva, hasta que el futuro, y nosotros mismos, se desvanece en el abismo de la muerte.
18. El cuerpo humano vive porque es un complejo de movimientos, de circulación, respiración y digestión. Resistirse al cambio, tratar de aferrarse a la vida, es, pues, como retener el aliento: si persistes, te matas.
19. Las palabras y las medidas no proporcionan vida, sino que se limitan a simbolizarla. Así, todas las "explicaciones" del universo envueltas en el lenguaje son circulares, y dejan las cosas más esenciales sin explicar ni definir.
20. Para que la vida tenga sentido, debe ser comprensible desde el punto de vista de las ideas y las leyes fijas, y estas, a su vez, deben corresponder a realidades inmutables y eternas detrás del escenario cambiante.
21. Es inútil decir que no deberíamos querer la seguridad. Hemos de descubrir que no existe la seguridad, que buscarla es doloroso y que cuando imaginamos haberla encontrado, no nos gusta. Lo principal es comprender que no hay ninguna seguridad.
22. El mismo diccionario es circular: define las palabras remitiendo a otras palabras. El diccionario se acerca un poco más a la vida cuando, junto con unas palabras, ofrece una imagen, pero obsérvese que todas las imágenes del diccionario van unidas a sustantivos en vez de verbos.
23. El significado y el objetivo de danzar es la danza. Igual que la música, se realiza plenamente en cada momento de su curso. No se toca una sonata para llegar al acorde final, y si el significado de las cosas estuviera simplemente en los finales, los compositores solo escribirían últimos movimientos.
24. Uno de los placeres más elevados es ser más o menos inconsciente de la existencia propia, estar absorto en vistas, sonidos, lugares y personas interesantes. A la inversa, uno de los mayores dolores es la conciencia de uno mismo, no sentirse absorbido y verse separado de la comunidad y el mundo circundante.
25. Definir es aislar, separar algún complejo de formas de la corriente de la vida y decir: "esto soy yo". Cuando el hombre puede darse un nombre y definirse, siente que tiene una identidad. Así comienza a sentirse, como la palabra, independiente y estático, en contraposición al mundo real, fluido de la naturaleza.
26. Para gozar de placeres intensos, también hemos de soportar intensos dolores. (...) Cuanto más capaces somos de amar a otra persona y gozar de su compañía, mayor debe ser nuestro dolor por su muerte o su separación. Cuanto más se aventura en nuestra experiencia el poder de la conciencia, mayor es el precio que hemos de pagar por su conocimiento.
27. El futuro carece por completo de sentido e importancia a menos que, más tarde o más temprano, se convierta en presente. Así, planear para un futuro que no va a convertirse en presente es tan absurdo como planear para un futuro que, cuando llegue, me encontrará "ausente", empeñado en mirar por encima del hombro en vez de mirarle a la cara.
28. El mañana y los planes para el mañana pueden carecer de significado absoluto, a menos que estemos en pleno contacto con la realidad del presente, dado que vivimos en el presente y solo en el presente. No hay más realidad que la realidad presente, de modo que, incluso si uno viviera indefinidamente, vivir para el futuro sería no entender las cosas durante toda la eternidad.
29. Todo el mundo puede amar, pero el amor solo puede salir al exterior cuando uno se convence de la imposibilidad y la frustración de intentar amarse a sí mismo. Esta convicción no se adquiere por medio de condenas, a través del odio a uno mismo y de insultar al amor propio; solo se adquiere con la conciencia de que uno carece de un yo al que amar.
30. Permanecer estable es evitar el intento de separarse del dolor, conociendo la imposibilidad de hacerlo. Huir del temor es temer, luchar contra el dolor es doloroso, tratar de ser valiente es estar asustado. Si la mente sufre, hay que aceptarlo así. El pensador no tiene más forma que su pensamiento. No hay escapatoria posible, pero mientras uno no sea consciente de la inseparabilidad del pensador y el pensamiento, tratará de escapar.
31. El pensador revolucionario debe ir más allá del pensamiento. Sabe que casi todas las mejores ideas se le ocurren cuando ha dejado de pensar. Puede haberse esforzado con denuedo para comprender un problema usando las maneras antiguas de pensar, solo para descubrir que es imposible. Pero cuando el cansancio hace que cese el pensamiento, la mente queda abierta para ver el problema tal como es -no como se verbaliza- y se comprende en seguida.
32. No podemos comparar la alegría con el pesar. La comparación solo es posible por la misma alternancia rápida de dos estados mentales, y no es posible pasar de uno a otro entre los sentimientos genuinos de alegría y tristeza, con la facilidad con que la mirada puede pasar de un gato a un perro. El pesar solo puede compararse con el recuerdo de la alegría, lo cual no es en modo alguno lo mismo que la alegría en sí.
33. Nada es realmente más inhumano que las relaciones humanas basadas en la moral. Cuando un hombre da pan a otro para ser caritativo, vive con una mujer para ser fiel, come con un negro para no tener prejuicios y se niega a matar para ser pacífico, es frío como una almeja. No ve realmente a la otra persona. Solo un poco menos fría es la benevolencia que surge de la lástima, que actúa para eliminar el sufrimiento porque su visión le parece repugnante.
34. Lo principal es comprender que no hay ninguna seguridad. Uno de los peores círculos viciosos es el problema del alcohólico. En muchísimos casos, sabe que se está destruyendo, que, para él, el licor es un veneno, que detesta realmente estar borracho y hasta le disgusta el sabor del licor. Y, sin embargo, bebe, puesto que, por mucho que le desagrade, la experiencia de no beber es peor, le sume en los "horrores", porque se encuentra cara a cara con la inseguridad básica y desvelada del mundo.
35. Mirar la vida sin palabras no es perder la capacidad de formar palabras..., pensar, recordar y planear. Permanecer silencioso no es perder la propia lengua. Al contrario, solo por medio del silencio podemos descubrir algo nuevo de qué hablar. Quien habla incesantemente, sin detenerse a mirar y escuchar, se repetirá a sí mismo ad nauseam. Ocurre lo mismo con el pensamiento, que es en realidad una manera de hablar en silencio. Por sí mismo no está abierto al descubrimiento de nada nuevo, pues sus únicas novedades no son más que nuevos arreglos de palabras e ideas antiguas.
36. (...) Esta es la actitud común del hombre hacia muchas de las cosas que ama, pues la mayor parte de la actividad humana tiene el propósito de hacer permanentes esas experiencias y alegrías que inspiran afecto porque son cambiantes. La música es una delicia debido a su ritmo y su flujo, pero en cuanto detenemos el flujo y prolongamos una nota o acorde más allá de su tiempo, el ritmo se destruye. Dado que la vida, de modo similar, es un proceso que fluye, el cambio y la muerte son sus partes necesarias. Esforzarse por su exclusión es esforzarse contra la vida.
37. Este es, pues, el problema humano: hay que pagar un precio por cada aumento de la conciencia. No podemos ser sensibles al placer sin ser más sensibles al dolor. Recordando el pasado podemos planear para el futuro, pero la capacidad de planear está compensada por la "capacidad" de temer el dolor y lo desconocido. Además, el crecimiento de una intensa sensación del pasado y del futuro se corresponde con una vaga sensación del presente. En otras palabras, parece que llegamos a un punto en el que las ventajas de ser conscientes son superadas por sus desventajas, en el que una sensibilidad extrema hace que no nos podamos adaptar.
38. Nuestro tiempo es una era de frustración, ansiedad, agitación y adicción a los narcóticos. De alguna manera hemos de aferramos a lo que podamos mientras podamos, e ignorar el hecho de que todo es fútil y carente de sentido. A esta manera de narcotizarse la llamamos nuestro alto nivel de vida, una estimulación violenta y compleja de los sentidos, que nos hace progresivamente menos sensibles y, así, necesitados de una estimulación aún más violenta. Anhelamos la distracción, un panorama de visiones, sonidos, emociones y excitaciones en el que debe amontonarse la mayor cantidad de cosas posible en el tiempo más breve posible.
39. Que podamos predecir y controlar el curso de los acontecimientos en el futuro será en vano, a menos que sepamos cómo vivir en el presente. Es en vano que los médicos prolonguen la vida si vamos a pasar ese tiempo adicional llenos de ansiedad porque queremos vivir todavía más. Es en vano que los ingenieros ideen medios de transporte más rápidos y cómodos si los nuevos panoramas que vemos son clasificados y entendidos desde el punto de vista de los viejos prejuicios. Es en vano que obtengamos el poder del átomo si vamos a seguir por el camino que puede llevar a la destrucción de la humanidad.
40. Estoy deprimido y quiero librar al "yo" de esa depresión. Lo contrario de la depresión es el júbilo, pero como la depresión no es júbilo, no puedo obligarme a sentirme jubiloso. Sin embargo, puedo emborracharme. Esto me proporciona un júbilo maravilloso, y así, cuando llega la siguiente depresión, dispongo de un remedio rápido. Las depresiones posteriores tienden a ser más profundas y sombrías, porque no digiero el estado de depresión y elimino sus venenos, y por ello tengo que emborracharme todavía más para ahogarlos. Muy pronto empiezo a detestarme porque me emborracho tanto, lo cual hace que me sienta aún más deprimido..., y así sucesivamente.
41. Cuando hay que emprender una acción creativa, es totalmente inútil discutir lo que deberíamos o no deberíamos hacer a fin de actuar correctamente. Una mente íntegra y sincera no se interesa por ser una, por dirigir las relaciones con el prójimo a fin de vivir de acuerdo con unas reglas, ni por otro lado, está interesada en ser libre, en actuar perversamente solo para demostrar su independencia. No se interesa por sí misma, sino por la gente y los problemas de los que es consciente y que son "ella misma". No actúa de acuerdo con las reglas, sino con las circunstancias del momento, y el "bien" que desea a los demás no es seguridad sino libertad.
42. Hay, pues, dos maneras de comprender una experiencia. La primera es compararla con los recuerdos de otras experiencias, y así nombrarla y definirla. Esto es interpretarla de acuerdo con lo muerto y el pasado. La segunda es tener conciencia de ella tal como es, como cuando, en la intensidad de la alegría, nos olvidamos del pasado y el futuro, dejamos que el presente lo sea todo y ni siquiera nos detenemos a pensar: "Soy feliz". Ambas maneras de comprender tienen su utilidad, pero corresponden a la diferencia entre conocer una cosa mediante palabras y conocerla inmediatamente. Un menú es muy útil, pero no puede sustituir a la cena. Una guía es un instrumento admirable, pero difícilmente puede compararse con el país que describe.
43. El hombre parece incapaz de vivir sin el mito, sin la creencia de que la rutina y el trabajo fatigoso, el dolor y el temor de esta vida tienen algún significado y un objetivo en el futuro. En seguida nacen nuevos mitos..., mitos políticos y económicos con promesas extravagantes de los mejores futuros en el mundo presente. Esos mitos proporcionan al individuo una cierta sensación de que existe un significado, al hacerle formar parte de un vasto esfuerzo social, en el que pierde parte de su propio vacío y soledad. Sin embargo, la misma violencia de estas religiones políticas revela la ansiedad que ocultan, pues no son más que el acurrucamiento de los hombres para gritar y darse ánimos en la oscuridad.
44. Lo que hemos olvidado es que los pensamientos y las palabras son convenciones, y que es fatal tomar las convenciones con una seriedad excesiva. Una convención es una conveniencia social, como, por ejemplo, el dinero. El dinero nos libra de los inconvenientes del trueque, pero es absurdo tomar el dinero demasiado seriamente, confundirlo con la auténtica riqueza, puesto que no sirve en absoluto para comer o para vestirse con él. El dinero es más o menos estático, puesto que el oro, la plata, el papel moneda o un saldo bancario pueden "permanecer quietos" durante largo tiempo. Pero la auténtica riqueza, como la comida, es perecedera. Así, una comunidad puede poseer todo el oro del mundo, pero si no cuida de sus cosechas se morirá de hambre.
45. Estimulamos nuestros órganos sensoriales hasta que se vuelven insensibles, de modo que para que continúe el placer, los estimulantes deben ser cada vez más fuertes. El cuerpo se defiende enfermando a causa de la tensión, pero el cerebro quiere seguir adelante sin detenerse. El cerebro va en busca de la felicidad, y como al cerebro le interesa mucho más el futuro que el presente, concibe la felicidad como una garantía de un futuro de placeres indefinidamente largo. Sin embargo, el cerebro también sabe que carece de un futuro indefinidamente largo, por lo que, para ser feliz, debe procurar la acumulación de todos los placeres del Paraíso y la eternidad en el espacio de unos pocos años. Este es el motivo de que la civilización moderna sea, en casi todos los aspectos un círculo vicioso. Tiene apetitos insaciables porque su forma de vida la condena a una frustración perpetua.
46. No hay alegría en la continuidad, en lo perpetuo. Lo deseamos solo porque el presente está vacío. Una persona que trata de comer dinero siempre está hambrienta. Cuando alguien dice: "¡Es el momento de parar!", se siente presa del pánico porque aún no ha comido nada, y quiere más y más tiempo para seguir comiendo dinero, confiando siempre en que hallará la satisfacción a la vuelta de la esquina. No queremos realmente la continuidad, sino más bien una experiencia presente de felicidad total. La idea de querer que semejante experiencia prosiga indefinidamente es el resultado de tener conciencia de nosotros mismos en la experiencia y, por lo tanto, una conciencia incompleta de esta. Mientras exista la sensación de un "yo" que tiene esta experiencia, el momento no lo es todo. La vida eterna tiene lugar cuando se ha disipado el último rastro de la diferencia entre "yo" y "ahora", cuando solo existe este "ahora" y nada más. En cambio, el infierno o la "condenación perdurable" no es la perdurabilidad del tiempo que prosigue eternamente, sino el círculo intacto, la continuación y la frustración de dar vueltas y más vueltas en busca de algo que nunca se puede conseguir. El infierno es la fatuidad, la imposibilidad perdurable, de amor propio, de conciencia de uno mismo y posesión del yo. Es tratar de verse los propios ojos, de oír los propios oídos y besarse los propios labios.
47. (...) Así, la economía "cerebral" ideada para producir esta felicidad es un fantástico círculo vicioso que o bien debe manufacturar más y más placeres o bien ha de derrumbarse, proporcionando una constante excitación del oído, la vista y las terminaciones nerviosas con incesantes corrientes de ruidos y distracciones visuales de las que es imposible librarse. El "sujeto" perfecto para el propósito de esa economía es la persona que escucha continuamente la radio, de preferencia los aparatos portátiles que pueden llevarse a todas partes. Sus ojos miran sin descanso la pantalla del televisor, el periódico, la revista, manteniéndose en una especie de orgasmo sin liberación a través de una serie de tentadores atisbos de brillantes automóviles, relucientes cuerpos femeninos y otras superficies sensuales, entremezcladas con restauradores de la sensibilidad -tratamientos de choque - como los documentos de "interés humano" que consisten en la caza a tiros de criminales, cuerpos mutilados, accidentes aéreos, combates de boxeo e incendios de edificios. La literatura o discurso que acompaña a esas imágenes está manufacturada de modo similar para atraer sin procurar satisfacción, para sustituir toda gratificación parcial por un nuevo deseo. Esta corriente de estimulantes está pensada para producir anhelos del mismo objeto cada vez en mayor cantidad, aunque con más estrépito y rapidez, y esos anhelos nos obligan a realizar un trabajo que no nos interesa por el dinero que produce...Para comprar más radios lujosas, automóviles más relucientes, revistas más vistosas y mejores receptores de televisión, todo lo cual conspirará de algún modo para persuadirnos de que la felicidad está a la vuelta de la esquina con tal de que compremos un artículo más.