
Disfruta de estas 14 frases de "La ruta interior"... Obra integrada por tres narraciones. Un magistral análisis del comportamiento y los estados de ánimo de un muchacho, historia de un empleado que se convierte en delincuente y un pintor obsesionado por el trabajo.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "La ruta interior", de Hermann Hesse son: sentido de la vida, búsqueda de la felicidad, paso del tiempo, amar y dejarse amar, irresistible, contemplación.
Frases de "La ruta interior"
01. Estaba loco, como lo está todo creador...
02. La tarde transcurrió como un año en el paraíso.
03. La felicidad no consiste en ser amado...¡Pero amar, eso sí es la felicidad!
04. ¡Oh, idea maravillosa; una vida sin miedo! Vencer el miedo, he ahí la felicidad, la liberación.
05. ¡No había objeto en la tierra que no mereciera ser pintado! ¡Ni mujer que no debiera amarse!
06. Ahora sabía que el destino no procedía desde fuera, sino que crecía en la propia alma.
07. ¿Cuales eran sus debilidades, sus, secretos? ¿Cómo era cuando reía, cuando dormía, cuando lloraba y cuando besaba?
08. ¿Porque existía el tiempo? ¿Por qué esa imbécil sucesión en lugar de una satisfactoria y ebria simultaneidad?
09. Había vivido un milagro al comprobar que la vida adquiere su mayor sentido precisamente cuando perdemos todos los sentidos y significados.
10. Lleno estaba el mundo de amigos cuando aún mi cielo era hermoso. Al caer ahora la niebla los ha borrado a todos.
11. El arte no era sino la contemplación del mundo en el estado de gracia y de iluminación; el arte revelaba a Dios detrás de cada objeto.
12. El hombre cree dirigir su vida y determinarse a sí mismo; pero en realidad es su destino el que atrae, de modo irresistible, a lo mas intimo de su ser.
13. No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos.
14. Siempre había habido dos Federico Klein, uno visible y otro oculto, un funcionario y un delincuente, un padre de familia y un asesino. En otro tiempo se había inclinado por el yo "mejor", por el funcionario y hombre honesto, por el esposo y buen ciudadano. Jamás había aprobado su oculta opinión interior, ni siquiera la había conocido. ¡Y sin embargo esa voz interna lo había guiado imperceptiblemente, convirtiéndole al final en fugitivo y proscrito!