20. Al empezar a bailar, se me ocurrió que tenía que hacer algo que sólo hacía la gente del cabaret, sin importarle demasiado el darle un sentido. Estaba en un lugar respetable, con un público ávido de novedades pero sin el coraje suficiente para frecuentar ciertos lugares en los que podían ser vistos.
21. Todo en este mundo tiene dos lados. Los que fueron abandonados por ese dios cruel llamado amor se sienten culpables porque miran al pasado y se preguntan por qué han hecho tantos planes para el futuro. Pero, si rebuscasen más lejos en sus recuerdos, recordarían el día en que aquella semilla fue plantada y cómo la abonaron y la dejaron crecer hasta que se convirtió en un árbol imposible de arrancar.
22. Era la primera vez en mi vida que viajaba sin equipaje; incluso cuando llegué a París llevaba alguna cosa. Por extraño que parezca, aquello me dio una enorme sensación de libertad. Iba a recuperar mis cosas pero, mientras tanto, le daba vida a otro de los personajes que había ido interpretando a lo largo de mi vida: la mujer que no tiene absolutamente nada, la princesa alejada de su castillo, cuyo consuelo es saber que pronto regresará.
23. (...) Nuestras vidas están planeadas hasta el más mínimo detalle: nacer, estudiar, ir a la universidad en busca de un marido, casarse, aunque sea con el peor hombre del mundo, para que los demás no digan que nadie nos quiere, tener hijos, envejecer, permanecer el resto de los días sentada en una silla mirando a la gente pasar, fingiendo que lo sabemos todo de la vida pero sin poder callar la voz de nuestro corazón, que dice: "Podrías intentar algo más".