
18 frases de La ciencia en la sombra de J. M. Mulet... Historia de cómo la ciencia se aplica a la investigación criminal, la realidad actual de la ciencia forense y cómo consigue descifrar crímenes y dar con los culpables.
Frases de J. M. Mulet Libros de J. M. Mulet
Frases de La ciencia en la sombra J. M. Mulet
01. Este es el primer golpe que debe superar alguien que se dedica a la investigación criminal. Los muertos no tienen glamur. En las series o películas la sangre es roja brillante, los muertos son guapos, están bien peinados y en posturas dignas, pero es mentira. Lo que ven las primeras personas que llegan al lugar de un accidente o de un crimen violento no se parece a nada que hayas visto.
02. La ficción es un recurso para liberar nuestra fascinación por el mal. Toda historia buena tiene un malo carismático.
03. La ciencia forense, como tal, y entendida como la aplicación del método científico para resolver delitos o causas legales es muy joven, lo que no quiere decir que desde antiguo no se utilizaran diferentes métodos, más o menos efectivos, para tratar de determinar la culpabilidad o la inocencia de alguien sospechoso de haber cometido un delito.
04. La realidad es que durante mucho tiempo, cuando la gente iba a juicio, la investigación sobre asesinatos se basaba únicamente en la declaración de testigos o se invocaba a poderes sobrenaturales.
05. Basarse únicamente en testimonios tiene su riesgo. La gente puede mentir, y de hecho lo hace. En la edad media, si tenías una vecina molesta o querías quedarte con su casa o con sus tierras a buen precio, siempre podías denunciarla por brujería para con toda probabilidad librarte de ella.
06. Lo que vemos no es la realidad, sino la interpretación que hacemos de ella.
07. Uno de los motivos de este desarrollo tardío de la ciencia forense es que, en muchos aspectos, la ciencia forense no es tal, sino una mera aplicación de diferentes ramas de la ciencia con un objetivo muy concreto: pillar al autor de un crimen o delito.
08. Las puntas de los dedos dejan huellas debidas al sudor aceitoso producido por unas minúsculas glándulas y a que no son lisas, sino que tienen un relieve formado por las llamadas crestas papilares. Estas huellas son propias de cada persona, e incluso diferentes entre dos gemelos idénticos.
09. El estudio de las huellas dactilares se basa en tres principios: 1) no hay dos dedos iguales con las mismas huellas, incluso en gemelos idénticos; 2) las huellas no cambian durante la vida; 3) existen unos patrones reconocibles que permiten su clasificación. El segundo principio puede ser matizable. Una quemadura profunda o ciertos ácidos como el sulfúrico pueden dañar la piel y borrar las huellas, aunque en lesiones leves estas se regeneran.
10. Las huellas dactilares son un sistema de individualización muy eficaz y las crestas papilares son una de las últimas partes del cuerpo en descomponerse, por lo que pueden servir a la hora de identificar cadáveres en descomposición.
11. En la filosofía del derecho, en la religión y en el sentido común la vida es el bien más preciado que existe, por eso los crímenes que implican su pérdida son los más graves. Si además de matar a una persona, se le ha causado daño o se ha abusado sexualmente de ella, tenemos los crímenes más horrendos con los que podemos encontrarnos.
12. El periodo que necesitan las bacterias para comerte es bastante irregular. En obesos y bebés es bastante más rápido porque, en proporción, hay más tejido blando. Si te has muerto por una enfermedad infecciosa, esas mismas bacterias pueden haber adelantado la faena mientras estás vivo y la descomposición será más rápida. Por el contrario, si antes de morirte has tenido un tratamiento con antibióticos o has muerto envenenado o intoxicado, esto puede haberse cargado las bacterias y la descomposición será mucho más lenta.
13. (...) Los huesos tienen una ventaja, son notarios incansables o amantes rencorosos que anotan todo lo malo acaecido en la relación con nuestro esqueleto, y lo dicen al primero que quiera escucharlos. Guardan memoria de muchos hechos pasados de diferentes formas y nos pueden ayudar a resolver crímenes cometidos mucho tiempo atrás.
14. ¿Qué podemos saber a partir de un hueso? La primera información que podemos leer en un esqueleto es el sexo y la edad del poseedor.
15. La dentadura es un rasgo distintivo de cada individuo, tanto como pueda serlo la huella dactilar, por lo que, en caso de catástrofes o de cuerpos muy deteriorados, una radiografía o una ficha dental pueden ser una herramienta de identificación muy valiosa.
16. El hecho de que los huesos, y sobre todo los dientes, sean tan difíciles de descomponer ha permitido atrapar a muchos asesinos.
17. Las drogas y venenos son los príncipes destronados en los asesinatos. Hace varios siglos eran la forma más habitual de asesinar a alguien, dado que muchos de ellos podían disimular sus efectos como producto de una enfermedad. Además, para su uso no se requería fuerza física ni mancharse las manos de sangre, y ejercían su acción aunque no estuvieras presente. Podías matar a alguien limpiamente solo con unos polvitos incoloros e inodoros o con un extracto de hierbas del campo. Dado que los métodos diagnósticos y de análisis de la época estaban muy distantes de los actuales, en muchos casos era fácil salir impune. Hoy en día, con los métodos de análisis químico existente y la experiencia acumulada sobre venenos, es muy difícil que un envenenamiento intencionado pase inadvertido.
18. Muchas sustancias utilizadas como veneno tienen otros usos y solo resultan letales en determinadas dosis. Consideramos veneno cualquier sustancia que, introducida en el cuerpo o al formarse dentro de él, destruye la vida o afecta a la salud. Hay que tener en cuenta que, como dijo Paracelso en el siglo XVI , la dosis hace un veneno, y cualquier sustancia, consumida en exceso, puede llegar a ajustarse a esta definición.