27 frases de En la orilla de Rafael Chirbes... Libro enfocado particularmente en las crisis económicas y sus consecuencias en la sociedad española, con frases sobre la desigualdad económica y social, la memoria histórica en España y el desencanto y la desilusión.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Rafael Chirbes son: ambientada en españa, crisis económica, decadencia social, conflictos familiares, memoria histórica, desesperanza, desilusión, relaciones personales, corrupción moral, desigualdades sociales, corrupción política.
Frases de Rafael Chirbes Libros de Rafael Chirbes
Frases de En la orilla Rafael Chirbes
01. Vivimos de lo que matamos.
02. Primero sobrevivir, y luego filosofar, o hacer arte.
03. Es la ideología la que pone los adjetivos.
04. Si no sabes adónde vas ningún camino es bueno.
05. Puedes construirte en el marjal tu propio mundo fuera del mundo.
06. Sólo sobreviven quienes consiguen creerse que son lo que no son.
07. Soy aquello de lo que carezco, soy mis carencias, lo que no soy.
08. A veces cargamos las cosas con una importancia que sólo existe en nuestra cabeza.
09. No se puede excluir el detalle si se quiere que la historia sea creíble.
10. El hombre no es nada que no sea la conciencia de sí mismo, se fabrica a sí mismo.
11. Gracias a la inteligencia y al trabajo, la fragilidad del hombre y del barro se convierte en resistencia.
12. El conocimiento convierte el trabajo en razonable, y a ti en un hombre que piensa, hombre es sólo el que piensa.
13. Se te encoge el corazón cuando ves a alguno de estos viejos solitarios pedaleando con dificultad en alguna de las cuestas.
14. Los hombres pegan por impotencia. Creen que pueden conseguir por la fuerza lo que no son capaces de conseguir con la ternura, con la inteligencia.
15. Imagino que sí, al final todo se borra, aunque pasará un tiempo hasta entonces, ya sabes que el rencor dura bastante más que el amor.
16. Seis mil millones de humanos sobre el planeta y sólo seis o siete mil tigres de Bengala, tú me dirás quién necesita más protección.
17. Está claro que los únicos matrimonios felices son los de conveniencia, funcionan bien engrasados, sin roces, cada uno percibe que sus aspiraciones progresan gracias a la alianza con el otro.
18. Si para algo sirve el dinero es para comprarles inocencia a tus descendientes. No está mal. No es poca cosa. Te saca del reino animal y te mete en el reino moral. Te humaniza.
19. A la gente le da todo igual; mientras no le tiren la basura del otro lado de la tapia, ni le llegue el olor de podredumbre a la terraza, se puede hundir el mundo en mierda.
20. No hay otro cielo que ese amontonar cosas, y ese cielo cuesta dinero, el dinero es la llave del cielo, y eso produce desesperanza si no tienes los euros que te hacen falta para los pagos...
21. Suele ocurrir, le pasa a mucha gente, : cree que vive una situación provisional y lo que está es simplemente viviendo su vida, la que le ha caído o la que se ha buscado: Olba hasta el último aliento.
22. Un pescador, un cazador, tienen que convertirse ellos mismos en las piezas que capturan, pensar como ellas. Por eso el verdadero cazador, el pescador de verdad, se enamora de su víctima: se está cazando a sí mismo. Y siente piedad por ella.
23. En la actualidad, las manos han perdido importancia, ha desaparecido ese concepto tan respetado antes, la habilidad; ahora, las cosas las hacen las máquinas, o se hacen de cualquier manera (...) las manos fueron sagradas: servían para trabajar, pero también bendecían, consagraban, se les imponían las manos a los enfermos para sanarlos.
24. Hace siglos que sabemos que no hay rico que sea generoso, los generosos encallan en el estadio previo a la riqueza, bracean, hacen señales en dirección a la costa durante algún tiempo y a continuación se ahogan. Sus cadáveres desaparecen para siempre sepultados en el mar de la economía, o en el mar de la vida, que vienen a ser lo mismo. Mueren en la indigencia.
25. Cómo se te va a ocurrir que tu infierno pueda ser quedarte fuera de la maldición de Yahvé, en un lugar que está en el exterior de las páginas del libro de anotaciones de pedidos, del bloc de albaranes, lejos de las máquinas y las herramientas, y que es inversa expresión contemporánea de la maldición bíblica: No podrás ganarte el pan con el sudor de tu frente.
26. Uno no es exactamente lo que come, como dicen los clásicos, y como yo mismo he dado por supuesto, sino que uno es, sobre todo, dónde come, y con quién come, y cómo nombra con propiedad lo que come, y el acierto con que elige en la carta lo más correcto y lo hace ante testigos, y uno es, muy especialmente, el que luego cuenta lo que come y con quién. Si sabes eso de alguien, sabes quién es el pájaro.
27. Los viejos ansiamos corregir, vivir de otra manera lo que erramos en la infancia o durante la adolescencia, como si eso fuera posible. Pensamos más de una noche que habrá sido de la niña que conocimos. Seguramente eso ocurre porque reconocemos ya nuestra incapacidad para corregir cuanto nos concierne en el presente. No quieres aceptar ya que la niña será una vieja con dientes implantados, o postizos como los tuyos. De noche te llegan recuerdos de gente que ya no está, historias que ya no tienes con quien compartir porque no queda nadie de los que las vivieron a tu lado.