Frases de El viento conoce mi nombre

El viento conoce mi nombre

25 frases de El viento conoce mi nombre de Isabel Allende... Las vidas de Samuel, un niño judío en la Viena nazi, y Anita, una niña salvadoreña en Arizona, entrelazan sus desafíos. Explora la resiliencia infantil, la inmigración y la lucha por la familia, tejiendo narrativas con frases luminosas.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Isabel Allende son: solidaridad, burocracia, esperanzas compartidas, inmigración, capacidad de sacrificio, pasado y presente, resiliencia en la infancia, luchar por un sueño, separación, redención, exilio, imaginación, holocausto, segunda guerra mundial, desarraigo, historias cruzadas.

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Frases de El viento conoce mi nombre Isabel Allende

01. El afecto no se regala, hay que merecerlo.


02. Ninguna mujer razonable desea un marido a jornada.


03. Aquí los niños son sagrados solo cuando son blancos.


04. No puedes vivir con la duda, eso es peor que el duelo...


05. El trauma no se supera, simplemente se aprende a vivir con él.


06. Nadie quiere dejar todo y salir escapando, lo hacen por desesperación.


07. El hecho de que algo no se pueda explicar, no significa que no exista.


08. Habíamos invertido tanto en nuestra pareja que valía la pena intentar salvarla.


09. En el aire había un zumbido de insectos y un susurro de almas perdidas.


10. La solución no es levantar muros y prisiones y mucho menos separar a las familias.


11. A ese hombre lo quiero hasta ahora y lo voy a querer hasta que me muera.


12. Todos tenemos miedo muchas veces. Los hombres valientes también tienen miedo, pero lo enfrentan y cumplen con su deber.


13. No puedo ser optimista en este mundo de porquería, pero ahora siento las ganas de cambiarlo que no tuve antes.


14. Me acuerdo de lo que me quiero acordar y no me acuerdo de lo que otra gente quiere que yo me acuerde.


15. Se puso en acción, sorprendida ante la tremenda huella que cada persona va dejando en el mundo a lo largo de la vida.


16. No quiero estar con personas que no conocemos y que ni siquiera hablan como nosotros, pero no podemos tener todo lo que queremos en esta vida.


17. Desde que había enviudado sentía que iban sumándose las pérdidas, ausencias, desapariciones, muertes, distancia, separación y olvido. También desamor: se le iban secando los sentimientos.


18. (...) Había trabajado durante un tiempo en una residencia de ancianos, donde comprobó que al final de la vida, cuando la soledad se apodera de la gente, los muertos llegan de visita.


19. Ella había trabajado durante un tiempo en una residencia de ancianos, donde comprobó que al final de la vida, cuando la soledad se apodera de la gente, los muertos llegan de visita.


20. Las únicas veces que su padre se enojaba con ella era cuando sacaba malas notas y la única vez que le pegó fue cuando ella robó un brillo de labios en el supermercado.


21. El viento conoce mi nombre y también el tuyo. Todos saben dónde estamos. Yo estoy aquí con vos, sé donde estas y vos sabes dónde estoy yo...No hay que tener miedo.


22. Hay que reformar el sistema de inmigración y ayudar a resolver las causas por las cuales la gente sale de sus países de origen. Nadie quiere dejar todo y salir escapando, lo hacen por desesperación.


23. Entendió las razones por las cuales tanta gente, incluso niños solos, emprendían el peligroso viaje al norte en busca de asilo en Estados Unidos. Los riesgos del camino y la hostilidad con que eran rechazados no lograban disuadislos, porque peores eran la pobreza irremediable y la violencia impune de las que huían.


24. Su gente había sido discriminada, perseguida y expulsada de todas partes durante siglos, por eso le daba mucho más valor a la educación que a los bienes materiales. Podían ser despojados de todas sus posesiones, como había ocurrido constantemente a lo largo de la historia, pero nadie podía quitarles la preparación intelectual.


25. Fueron con ella a la casa del horror. En el auto con patente diplomática pudieron pasar los cordones de seguridad y acercarse. Era una vivienda de buena factura, en un terreno grande, en las afueras de la ciudad. Eduvigis les dijo que no era cierto que se tratara sólo de crímenes antiguos, como había sugerido el Gobierno, la mayoría eran víctimas de violencia reciente.

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