
17 frases de El vampiro Armand (The vampire armand) de Anne Rice... Libro que explora la historia personal y el viaje emocional del vampiro Armand a lo largo de los siglos. Sus fragmentos hablan sobre aceptarnos como somos, del amor después del amor, de la pérdida, la redención y la búsqueda de significado.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Anne Rice son: antigua maldición, monstruo, reencarnación, aceptarnos como somos, pérdida de un ser querido, volver a enamorarse, vampiros, relación entre amor y muerte, búsqueda de significado.
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Frases de El vampiro Armand Anne Rice
01. Si soy un ángel, píntame con unas alas negras.
02. Somos una maldición de las sombras; somos un secreto. Somos eternos.
03. ¡Qué dulce pensar en ello! , saber que cuando nos cansemos de este mundo siempre existe el sol.
04. La vida es una tragedia, se mire como se mire. La única certeza es que todos moriremos.
05. La bondad consistía ante todo en amabilidad, gentileza. Significaba no desperdiciar nada. Significaba pintar, leer, estudiar, escuchar...
06. Soy un monstruo que he venido a cobrar la deuda que habéis contraído conmigo, un insulto a vuestros inocentes ojos.
07. ¿Por qué tenía que verlo en aquel lamentable estado cuando me había llevado tantas dolorosas décadas cimentar mi amor eterno hacia él?
08. En ese infernal purgatorio, al enfrentarse a todos sus actos, aprendían una lección insoportable, las infinitas consecuencias de cada acto que habían cometido.
09. La naturaleza de este mundo establece que todas las cosas serán devoradas por el tiempo, que constituye una boca tan voraz como la que más.
10. (...) Y yo, que en la fabulosa tierra de la que acababa de regresar había contemplado una luz celestial infinitamente más portentosa, anhelé que él la eclipsara para siempre.
11. Mi escuela es el corazón humano, pero en lo referente a ese poder yo soy el mago; me convierto en el brujo o el hechicero. Es un poder seductor, capaz de esclavizarte.
12. En mi alma febril, en mi flamante corazón vampírico, tuve la certeza de que los Reyes Magos habían acudido no sólo para asistir al nacimiento de Jesús, sino para asistir también a mi reencarnación.
13. Era un hombre hermoso, muy hermoso. Yo necesitaba los ojos de un monstruo para percatarme de ello. Necesitaba la vista de un demonio para apreciar la fuerza que había en sus ojos junto con la potencia de su corpulenta figura. Sólo los ojos inyectados en sangre delataban su debilidad.
14. Un inmortal en la ciudad estaba pensando en mí, alguien que se hallaba lejos, a muchas manzanas de la catedral, que estaba cerrada. Presentí de inmediato la remota presencia de dos poderosos vampiros, unos vampiros que yo conocía, los cuales se habían enterado de mi muerte y se lamentaban de ella con amargura mientras llevaban a cabo una importante tarea.
15. Esta historia no puede relatarse sin que un eslabón esté unido a otro, y nosotros, pobres huérfanos del tiempo que transcurre inexorablemente, no conocemos otro sistema de medirlo sino a través de la secuencia. Arrojado a un abismo nevado, a un mundo peor que el vacío, alargué la mano en busca de una cadena a la que aferrarme.
16. No sé nada por que sé demasiado,no comprendo muchas cosas y jamás las comprenderé. Pero tú me enseñaste más que todos los seres que he conocido, que el amor es necesario, tan necesario como la lluvia y las flores y los árboles, como la comida para el niño hambriento, y la sangre para los depredadores y carroñeros que somos los de nuestra especie. Necesitamos el amor, y sólo el amor puede hacernos olvidar y perdonar todas las salvajadas.
17. En cuanto a las visiones, y esos colores que dices ver, trata de sacar provecho de ello. Deja que la víctima en su agonía te revele cuanto pueda sobre sí. Si percibes unas imágenes en su trayectoria vital, obsérvalas, saboréalas. Sí, saboréalas. Devóralas lentamente, al igual que su sangre. En cuanto a los colores, deja que penetren en ti. Deja que toda la experiencia te inunde. Es decir, muéstrate a la vez activo y pasivo. Haz el amor a tu víctima. Y permanece atento para percibir el momento en que su corazón deja de latir. En esos momentos experimentarás una innegable sensación orgiástica, pero prescinde de ello.