8 frases de El puente de los asesinos de Arturo Pérez-Reverte... El capitán Alatriste, acompañado del joven Íñigo Balboa, interviene en una trepidante conspiración para asesinar al dogo de Venecia durante la misa de Navidad del año 1627... ¿Podrá culminar esta misión imposible?.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Arturo Pérez-Reverte son: conjura, golpe de estado, asesinato, ambientada en venecia (italia), ambientada en nápoles (italia), supervivencia, navidad, corona de españa.
Frases de Arturo Pérez-Reverte
Frases de El puente de los asesinos Arturo Pérez-Reverte
01. Recuerda que más aprovechan al sabio sus enemigos, que al necio sus amigos...O eso dicen.
02. Hizo una pausa lo bastante larga para que sus palabras, sobre todo las últimas, calasen en los espíritus.
03. Con hierro, cuerda y fuego. Hijo de su tiempo y de su mundo, sabía a costa propia que no era fácil sobrevivir con escrúpulos.
04. Que una cosa eran los reyes en sus palacios, los teólogos en sus púlpitos y los filósofos en sus libros, y otra ganarse la vida con cinco cuartas de acero en una mano.
05. (...) Sólo el teatro, al que como español era aficionado, y los libros, que ayudaban a sufrir con paciencia los malos trances, movían su interés y le proporcionaban ciertas blanduras al espíritu.
06. No era nuestro amigo hombre de muchos verbos, aunque sí de esos observadores y sentenciosos que, a manera de viejos campesinos, son capaces de resumir complejos pensamientos en breves dichos, fruto de una experiencia que no está en los libros sino en la vida, el paisaje y el corazón del hombre.
07. (...) Pues nada define mejor la España de mi siglo, y la de todos, que la imagen del hidalgo pobre y miserable, muerto de hambre, que no trabaja porque es rebaje de su condición; y aunque ayuna a diario sale a la calle con espada, dándose aires, y se echa migas de pan en la barba para que sus vecinos piensen que ha comido.
08. El resto de las cosas las ordenaba en función de su utilidad práctica, elemental. Casi espartana. Educado a sí mismo en el despojo de la guerra y los desastres, se aderezaba con poco: cama si la había, una mujer en ella cuando era posible, y una espada con la que labrar el sustento. Lo demás, si llegaba, lo era por añadidura, sin ansias, ambición ni esperanzas.