Frases de El abogado del diablo

El abogado del diablo

23 frases de El abogado del diablo (The devil's advocate) de Morris West... Historia de un sacerdote que a finales de la Segunda guerra mundial debe enfrentar una particular canonización. A través de ella, el sacerdote encuentra su propia identidad y el camino a la santidad.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Morris West son: crítica a la religión, culpabilidad, fascismo, corrupción política, el bien y el mal, católicos, segunda guerra mundial, ambientada en calabria (italia), persona que sufre una enfermedad terminal, vaticano, inquisidor canónico, investigador, ficción con abogados.

Frases de Morris West

Frases de El abogado del diablo Morris West

01. El razonamiento era sencillo, pero compleja su realización, porque nada se resolvía esgrimiendo los mandamientos sobre las cabezas como una porra. No tenía sentido amenazar con la condenación a un hombre que se encaminaba al infierno por sus propios pies.


02. Creo en los santos y en la santidad. Creo en los milagros y creo en Dios, que puede suspender sus propias leyes. Pero también creo que la mano de Dios escribe claramente y con sencillez, para que lo lean todos los hombres de buena voluntad.


03. Designar bienaventurado a un hombre es declararlo siervo heroico de Dios, alzarlo como un ejemplo y un intercesor de los fieles. Aceptar sus milagros es admitir más allá de toda duda el Poder Divino que ha operado por su intermedio para suspender o abolir las leyes de la naturaleza. Un error en tal materia es inconcebible. La maquinaria maciza de la Congregación de Ritos ha sido proyectada para impedirlo. Pero una acción prematura, una investigación torpe, podrían causar un escándalo grave y debilitar la fe de millones en una Iglesia infalible que reclama para sí la guía directa del Espíritu Santo.


04. ¡Cáncer! -El dedo romo del cirujano se había detenido un momento en el centro de la mancha gris y después había continuado hacia fuera, delineando la difusión del tumor-. Un carcinoma de crecimiento lento, pero bien establecido. He visto demasiados para equivocarme con éste.


05. Usted ha llegado a mi vida en un momento de crisis. Yo soy un obispo de la Iglesia, pero me opongo a mucho de lo que dicen y hacen mis colegas de Roma, no en materia de fe, sino de disciplina, de política, de actitudes. Creo que tengo la razón, pero sé que es peligroso seguir el propio camino: puedo tropezar con el orgullo y arruinar todo lo que espero hacer.


06. Pero aun en el pecado, el acto de amor, hecho con amor, tiene una sombra de divinidad. Su conformidad puede estar errada, pero su naturaleza no se altera, y su naturaleza es creadora, comunicativa, espléndida en la entrega...Fue en este esplendor de mi entrega a Nina y de ella a mí, cuando empecé a comprender cómo puede un hombre entregarse a Dios, si existe un Dios. El momento del amor es un momento de unión, el acto de fe es mutuo e implícito.


07. Cuando llega el dolor, grito, pero en eso no hay oración, sólo miedo. Me arrodillo y recito el oficio y el rosario, pero las palabras están vacías; son calabazas secas que hacen ruido en el silencio. La oscuridad es terrible y me siento muy solo. No veo signos, sino símbolos de contradicción. Trato de disponerme a la fe, la esperanza y la caridad, pero mi voluntad es una caña sacudida por los vientos de la desesperación...


08. (...) De los dos, el Abogado del Diablo era el más importante. Su título oficial lo describía exactamente: Promotor de la Fe. El hombre que mantiene pura la fe a cualquier costo de vidas rotas y corazones destrozados. Tendría que ser docto, meticuloso, desapasionado. Tendría que ser frío en el juicio, implacable en la condenación. Podría faltarle caridad o compasión, pero no podía carecer de precisión.


09. El sueño había sido fresco y hermoso doce años antes. Ahora sabía que era una tétrica ilusión. Su error fue el de todos los liberales: creer que los hombres están preparados para reformarse, que la buena voluntad atrae a la buena voluntad, que la verdad se basta a sí misma. Sus planes naufragaron en la venalidad de los funcionarios, en el espíritu conservador de una Iglesia feudal, en la rapiña y la desconfianza de un pueblo ignorante y primitivo.


10. Me desvelo por las noches sintiendo que la vida se me escapa (...). Cuando llega el dolor, grito, pero en eso no hay oración, sólo miedo. Me arrodillo y recito el oficio y el rosario, pero las palabras están vacías; Son calabazas secas que hacen ruido en el silencio. La oscuridad es terrible y me siento muy solo. No veo signos, sino símbolos de contradicción. Trato de disponerme a la fe, la esperanza y la caridad, pero mi voluntad es una caña sacudida por los vientos de la desesperación...


11. Estuve perdido mucho tiempo, sin saberlo. Despojado de la fe uno es libre, y al principio la sensación es agradable. No hay cuestiones de conciencia ni restricciones, excepto las restricciones de la costumbre, la convención y la ley, pero éstas son bastante flexibles en la mayoría de los casos. Sólo más tarde comienza el terror. Uno es libre, pero libre en el caos, en un mundo inexplicado e inexplicable. Uno es libre en un desierto, del cual no hay otra retirada que el camino hacia el núcleo vano de uno mismo. No hay más fundamento sobre el cual construir que la pequeña roca de la propia estimación, que es una nada basada en la nada...Pienso, luego existo. Pero, ¿Qué soy? Un accidente del desorden, que no va a parte alguna...


12. Él sabía que otros sacerdotes experimentaban un placer intenso al escuchar el dialecto crudo y sabroso de la conversación de los campesinos. Descubrían perlas de sabiduría y experiencia en la mesa de una finca o bebiendo una copa de vino en la cocina de un obrero. Hablaban con la misma familiaridad con las prostitutas deslenguadas de Trastevere que con los remilgados señores de Parioli. Gustaban lo mismo del humor procaz de la pescadería que de la agudeza del comedor de un cardenal. Además, eran buenos sacerdotes y hacían mucho por su pueblo, con singular satisfacción para ellos mismos. ¿Cuál era la diferencia entre él y ellos? La pasión, según le dijera Marotta. La capacidad de amar y de desear, de sentir el dolor ajeno, de participar en la alegría de los demás. Cristo comió y bebió vino con publicanos y mozas de taberna, pero Monseñor Meredith, su seguidor profesional, había vivido solitario entre los tomos polvorientos de la biblioteca del Palacio de las Congregaciones. Y ahora, en ese último año de su vida, seguía solo, mientras una pequeña muerte gris crecía en su vientre, sin tener un alma en el mundo que le hiciera compañía.


13. Salir del pecado es fácil, basta un acto de arrepentimiento.


14. No creo en los milagros; sólo en hechos no explicados.


15. Aun a través de los vapores espesos del licor lo veía todo con demasiada claridad. Le habían vencido. Se había derrotado a sí mismo. Y ya era tarde para enmendarlo.


16. El acto de amor es como el de fe: una entrega; y creo que el uno condiciona al otro.


17. La función de la Iglesia no es sólo imponer la creencia, sino también limitarla, fomentar la piedad y desalentar a los piadosos.


18. (...) Me gustaría que todo quedara arreglado antes de que usted muera. Cuando los abogados meten mano en una herencia, ¡Se acabó! Sólo queda alpiste para el canario.


19. Hasta un infiel sabe que esperar milagros sin tratar de hacer algo es pecado. No pueden tirar los remedios y esperar que los santos los curen.


20. Cada uno de nosotros sólo puede caminar por la senda que ve bajo sus pies. Cada uno de nosotros está sujeto a las consecuencias de su propia fe.


21. Somos hormigas en la carcasa del mundo, salidas de la nada, encaminándonos afanosamente a ninguna parte. Uno de nosotros muere y los otros se echan encima para devorar sus restos.


22. Su error fue el de todos los liberales: creer que los hombres están preparados para reformarse, que la buena voluntad atrae a la buena voluntad, que la verdad se basta a sí misma.


23. Pero aun en el pecado, el acto de amor, hecho con amor, tiene una sombra de divinidad. Su conformidad puede estar errada, pero su naturaleza no se altera, y su naturaleza es creadora, comunicativa, espléndida en la entrega...

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