Frases de De los amores negados - 2

20. Siempre había creído que todos los seres humanos debían guardarse para sí un espacio íntimo, por pequeño que éste fuera; una zona donde sólo reinara la individualidad; donde se guardaran aquellos anhelos imposibles de compartir con ningún otro ser, para preservarlos del tiempo y el rumbo que pudiera tomar la vida.


21. Durante todo este tiempo mi cobardía muda se había extraviado entre dudas oscuras, pero de pronto, en el negro cielo de mi alma ha empezado a brillar una estrella luminosa que encandila mis deseos... Me está quemando con su luz. Quiero empinarme hasta alcanzarla con mis manos y ponerla en mi pecho como escudo... ¿Me dejas alcanzarte?


22. Cayó en cuenta porque en el mundo había tantos amores negados. Sabía que los hombres que negaban su feminidad se estaban negando su capacidad de sentir, su capacidad de disfrutar la vida. Entendió porque potenciando el sentir se potenciaba la sensualidad y esta podía llegar a desbordarse en una sexualidad completa, una experiencia divina de amor absoluto.


23. Siempre había creído que los sueños eran presagios negativos disfrazados de alegría. Se levantó con desgana y empezaron a escurrirle pensamientos entre el agua y el jabón que le lavaban. Se dio cuenta que mientras frotaba la piel, en realidad estaba tratando de quitar una mancha que de repente había descubierto en su mente.


24. El mar de Garmendia del Viento nunca había vivido olas más bellas. Subían y bajaban creando un ballet de lujurias perezosas, en una cadencia de murmullos mínimos que confirmaban la placidez interior que estaban viviendo en ese instante. Susurrando infinitos síes. Como si el agua estuviera reafirmando la promesa que acababan de regalarse, concediéndoles ese vals de compases despeinados que él le había recitado el día que la conoció.


25. Habían cambiado la alegría de saborearse a solas por la necesidad de la masa acompañada, pero como vieron que las otras parejas eran iguales que ellos, pensaron que habían entrado en la natural decadencia de los años matrimoniales, tan rica en pasados, tan vacía en presentes. No se dieron cuenta cuando el corazón dejó de cabalgarles desbocado entre sus brazos para ir a dormir taciturno entre la almohada; ni notaron el quejido tenido, ni el medio luto que les insinuaba su muerte. Dejaron de mirarse con el alma y comenzaron a verse con los ojos.


26. ¿Cuántas cosas hacemos por nosotros y cuantas por los demás? ¿Cuantos pesares lloramos por lastima a nosotros mismos, más que por verdadero dolor al hecho en sí? ¿Porque nunca nos prepararon para asumir la muerte, cuando es tan natural como la vida? ¿Por qué nos aferramos tanto a la vida si no nos pertenece? ¿Por qué en lugar de disfrutarla y exprimirla hasta la última gota nos quedamos contemplándola de lejos sin participar en ella? ¿Por qué estamos esperando el día menos pensado para vivirla en plenitud? ¿Por qué somos tan inconscientes de la vida, mientras se nos escapa entre los días? ¿Viviríamos más intensamente un día, si supiéramos que es el único que nos queda? ¿Por qué nos cuesta aceptar que la confirmación de haber muerto, pasa por haber vivido? ¿Por qué hay quien muere sin haber vivido? ¿Porque hay gente que vive solo esperando la muerte?

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