Frases de Ciudad de cristal

Ciudad de cristal

34 frases de Ciudad de cristal (City of glass) de Paul Auster... Las frases de "Ciudad de cristal" abordan temas como la identidad, la obsesión, la escritura y la ambigüedad, explorando las complejas capas de la realidad y la ficción.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Paul Auster son: poder de las palabras, detective, nueva york, misterio, búsqueda de la identidad, crítica social, lenguaje, construcción de nuestra identidad, obsesión, ambigüedad, escritura, realidad y fantasía.

Frases de Paul Auster Libros de Paul Auster

Frases de Ciudad de cristal Paul Auster

01. Nada era real excepto el azar.


02. Si nuestra amistad ha terminado, él es el único culpable.


03. Una mentira nunca puede deshacerse. Ni siquiera la verdad es suficiente.


04. Siempre estará conmigo. Y se encuentre donde se encuentre, le deseo suerte.


05. Si puedo darle las palabras que necesita tener, será una gran victoria.


06. El mundo del libro toma vida, bulle de posibilidades, de secretos y contradicciones.


07. Su impulso fue arrancarle el libro de las manos y salir corriendo de la estación.


08. Podría correr cien años y seguiría llegando justo cuando las puertas se cerraban.


09. No puedes odiar algo tan violentamente a menos que una parte de ti lo ame también.


10. ¿Quién eres tú? Y si crees que lo sabes, ¿Por qué insistes en mentir al respecto?


11. La buena novela de misterio no tiene desperdicio, no hay ninguna frase, ninguna palabra que no sea significativa.


12. ¿Qué mejor retrato de un escritor que mostrar a un hombre que ha quedado embrujado por los libros?


13. Aquí soy del aire, una cosa hermosa para que la luz brille sobre ella. Quizá recordará usted eso.


14. (...) Sus palabras no habían sido simplemente añadidas a las cosas que veía, sino que revelaban su esencia, literalmente les daban vida.


15. Antes o después me quedaré sin palabras, ¿Comprende? Todo el mundo tiene solamente cierto número de palabras dentro. Y, entonces, ¿Dónde estaré?


16. Ya no deseaba estar muerto. Al mismo tiempo, no se puede decir que se alegrara de estar vivo. Pero por lo menos no le molestaba.


17. Se preguntaba qué aspecto tendría el mapa de todos los pasos que había dado en su vida y qué palabra se escribiría con ellos.


18. No sólo era la letra "i", inicial de "investigador", era "I", con mayúscula, el diminuto capullo de vida enterrado en el cuerpo del yo que respira.


19. Quinn anheló tener un cuerpo de ameba, deseó dividirse por la mitad y correr en dos direcciones a la vez. "Haz algo", se dijo, "haz algo ahora mismo, idiota".


20. La utilización más eficaz del tiempo sería dormir treinta segundos cada cinco o seis minutos. Eso reduciría casi a cero las probabilidades de perderse algo.


21. Y recuerda también que no debes poner todos tus huevos en la misma cesta. A la inversa, no debes contar los huevos antes de que estén puestos.


22. Un padre siempre debe enseñar a su hijo las lecciones que ha aprendido. De esa manera el conocimiento pasa de generación en generación y nos volvemos sabios.


23. El detective es quien mira, quien escucha, quien se mueve por ese embrollo de objetos y sucesos en busca del pensamiento, la idea que una todo y le dé sentido.


24. Estaba vivo, y la persistencia de este hecho había empezado poco a poco a fascinarle, como si hubiera conseguido sobrevivirse, como si en cierto modo estuviera viviendo una vida póstuma.


25. En efecto, el escritor y el detective son intercambiables. El lector ve el mundo a través de los ojos del detective, experimentando la proliferación de sus detalles como si fueran nuevos.


26. En sus mejores paseos conseguía sentir que no estaba en ningún sitio. Y esto, en última instancia, era lo único que pedía a las cosas: no estar en ningún sitio.


27. Nueva York era un espacio inagotable, un laberinto de interminables pasos, y por muy lejos que fuera, por muy bien que llegase a conocer sus barrios y calles, siempre le dejaba la sensación de estar perdido.


28. Leía muchos libros, miraba cuadros, iba al cine. En verano veía los partidos de béisbol en la televisión; en invierno iba a la ópera. Más que ninguna otra cosa, sin embargo, le gustaba caminar.


29. La única tarea de Adán en el Edén había sido inventar el lenguaje, ponerle nombre a cada criatura y cada cosa. En aquel estado de inocencia, su lengua había ido derecha al corazón del mundo.


30. Su ambición era comer lo menos posible, y de esta manera retrasar su hambre. En el mejor de todos los mundos, tal vez habría podido aproximarse al cero absoluto, pero no quería ser excesivamente ambicioso en sus actuales circunstancias.


31. Si hubiera podido ser diferente o si todo estaba predeterminado desde que la primera palabra salió de la boca del desconocido, no es la cuestión. La cuestión es la historia misma, y si significa algo o no significa nada no es la historia quien ha de decirlo.


32. Una comida no era más que una frágil defensa contra la inevitabilidad de la siguiente comida. El alimento en sí mismo nunca podía ser la respuesta a la cuestión del alimento: solamente retrasaba el momento en que habría que plantear la cuestión en serio.


33. El teléfono no era su objeto favorito y más de una vez había considerado la posibilidad de deshacerse del suyo. Lo que más le desagradaba era su tiranía. No sólo tenía el poder de interrumpirle en contra de su voluntad, sino que inevitablemente obedecía sus órdenes.


34. Baudelaire: "Il me semble que je serais toujours bien la oú je ne suis pas". En otras palabras: me parece que siempre seré feliz allí donde no estoy. O, más directamente: dondequiera que no estoy es donde soy yo mismo. O bien, cogiendo el toro por los cuernos: en cualquier parte fuera del mundo.

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