
16 frases de Brooklyn de Colm Tóibín... Libro de Colm Tóibín.
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Frases de Brooklyn Colm Tóibín
01. Algunas personas son amables y si les hablas adecuadamente pueden serlo incluso más.
02. Creyó que estaba a punto de llorar y casi tuvo una sensación de culpabilidad por haberle cargado con parte de su dolor; después se sintió cerca de él por su disposición a tomarlo y soportarlo, en toda su crudeza, en toda su dolorosa confusión.
03. Aunque dejaba que tales pensamientos fluyeran sin cesar, se detenía cuando su mente se acercaba al miedo o al terror real, o peor, al pensamiento de que iba a perder aquel mundo para siempre, que nunca volvería a vivir un día corriente en aquel lugar corriente, que el resto de su vida sería una lucha con lo desconocido.
04. Le pareció extraño que la mera sensación de saborear el futuro inmediato la hubiera remitido a la idea del hogar.
05. Tratamos a todo el mundo igual. Para nosotros son bienvenidas todas y cada una de las personas que entran en este establecimiento. Todos tienen dinero que gastar. Mantenemos los precios bajos y los buenos modales. Si a la gente le gusta el sitio, vuelve. Tratarás a cada cliente como a un nuevo amigo. ¿De acuerdo?
06. Allí no era nadie. No se trataba tan solo de que no tuviera amigos ni familia, sino más bien de que era un fantasma en aquella habitación, en las calles que recorría de camino al trabajo, en la planta de ventas. Nada significaba nada.
07. (...) Era una sonrisa cálida, sincera, que indicaba que era una persona estable, casi madura y que, le pasara lo que le pasase en aquel momento, iba en serio.
08. El trabajo era sencillo porque los términos estaban claros y, si se concentraba y no cometía errores en la suma, pensó, podría llevar a cabo su tarea.
09. Parecía parte de un sueño del que había despertado por la fuerza hacía algún tiempo y, ahora que estaba despierta, su presencia, antes tan sólida, carecía de sustancia y forma; era una mera sombra en el linde de cada momento del día y de la noche.
10. Con tiempo y paciencia, hasta un caracol llega a América.
11. Durante unos instantes se resignó silenciosamente a la idea de que nada iba a cambiar, pero no sabía qué consecuencias tendría ni qué forma adquirirían.
12. Era como el infierno, pensó, porque no podía verle el final ni el de los sentimientos que traía consigo, pero era un tormento extraño, estaba todo en su mente, era como cuando llega la noche y sabes que jamás volverás a ver nada a la luz del día.
13. Puede que no nos gusten, pero los hombres negros lucharon en la guerra de ultramar, ¿No es así? ..Y murieron igual que nuestros hombres. Siempre lo digo. A nadie le importó su color cuando los necesitaron.
14. -En Irlanda la gente no te mira. Sería de mala educación. -En Italia sería de mala educación no mirar.
15. (...) Tiene una voz horrible, Dios la ayude. Si vuelve a chillar, tendré que llamar al médico o al veterinario para que le dé algo que la calme.
16. No tardó en ver, a medida que fueron con más regularidad al cine, que las películas tristes o las escenas duras podían sumirlo en el silencio y la melancolía, encerrarlo en un abatido ensueño del que costaba hacerlo salir. Y si ella le contaba algo triste, su rostro cambiaba, dejaba de hacer bromas y quería hablar sobre lo que le había contado. Nunca había conocido a nadie como él.