31 frases de A sangre fría (In cold blood) de Truman Capote... Historia del brutal asesinato de cuatro miembros de la familia Clutter en Kansas y como los asesinos son capturados y sentenciados a la pena de muerte.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Truman Capote son: pena de muerte, asesinos, crímenes, basado en hechos reales, crueldad, detective, misterio, ex convictos, el bien y el mal, hechos sin sentido aparente.
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Frases de A sangre fría Truman Capote
01. Es fácil no hacer caso de la lluvia si se posee un impermeable.
02. El individuo rigurosamente supersticioso es también casi siempre un creyente ciego en el destino.
03. Las cosas no salen siempre como uno quiere, a veces salen al revés.
04. A los ricos no los ahorcan nunca. Sólo a los pobres y sin amigos.
05. (...) No se atrevería a matarle las pulgas a un perro. Se limitaría a atropellarlo.
06. Es imposible que un hombre que goza de libertad imagine lo que representa estar privado de ella.
07. No es ninguna vergüenza tener la cara sucia, la vergüenza es no lavársela nunca.
08. Claro que la imaginación siempre puede abrir cualquier puerta, girar la llave y dejar paso al terror.
09. Pocas personas son capaces de demostrar un principio de ética común cuando su deliberación está envenenada de emociones.
10. Enemigo suyo era todo aquel que fuese lo que él hubiera querido ser o que tuviese algo que él hubiese querido hacer.
11. El estado de ánimo del hombre que firma un seguro de vida es semejante al del que firma su testamento: por fuerza piensa en la muerte.
12. Somos libres de hacer y decir lo que individualmente queremos, siempre que esta libertad de palabra y acción no perjudique al prójimo.
13. Se rio y me dijo que no creía ni en el cielo ni en el infierno, sólo en polvo sobre polvo.
14. Porque mientras estás en esta vida, siempre tienes algo esperándote y aunque lo sepas y sepas, además, que es algo malo, ¿Qué le vas a hacer? No puedes dejar de vivir.
15. Los militares no pierden el sueño. Asesinan y encima les ponen medallas. Las buenas gentes de Kansas quieren matarme y algún verdugo habrá que este encantado de hacer el trabajo. Matar es muy fácil.
16. En el colegio sólo aprendemos a reconocer las palabras y a escribirlas; Pero la aplicación de esas palabras a la vida real es algo que sólo la vida y la experiencia nos pueden enseñar.
17. ¿Qué es la vida? Es el brillo de una luciérnaga en la noche. Es el hálito de un búfalo en invierno. Es la breve sombra que atraviesa la hierba y se pierde en el ocaso.
18. Es penoso para mí y penoso para ellos. Cuando hay en juego asesinatos, no se pueden tener muchas consideraciones con el dolor personal. Ni con la intimidad. Ni con los sentimientos personales. Hay que hacer preguntas. Y algunas hieren profundamente.
19. Nada es tan común como creer que los demás tienen parte de culpa de nuestros fracasos, del mismo modo que es también una reacción corriente olvidarnos de aquellos que han tenido algo que ver en nuestros éxitos.
20. ¿Qué más da? En la eternidad todo es lo mismo. Porque recuerda esto: si un pájaro llevara la arena, grano a grano, de un lado a otro del océano, cuando la hubiera transportado toda, eso sólo sería el principio de la eternidad.
21. Hay, en el convencionalismo, una dosis considerable de hipocresía. Toda persona que piense, se da cuenta de esta paradoja, pero cuando hay que tratar con gentes convencionales se sale con ventaja tratándolas como si no fueran hipócritas. No es cuestión de fidelidad a los propios conceptos, es cuestión de compromiso para poder seguir siendo un individuo sin la constante amenaza de las presiones convencionales.
22. Como la corriente del río, como los conductores que pasaban por la carretera, como los trenes amarillos que bajaban por los raíles de Santa Fe, el drama, los acontecimientos excepcionales nunca se habían detenido allí.
23. (...) Si un pájaro llevara en el pico un grano de arena de un lado al otro del océano, y volviera a hacer lo mismo, uno por uno, con cada uno de los granos de arena del mundo, cuando los hubiera llevado todos apenas habría empezado la eternidad.
24. Otra razón, la más simple, la más desagradable, era que aquella tranquila comunidad de buenos vecinos y amigos de toda la vida, se vio de pronto enfrentada con la insólita experiencia de tener que desconfiar unos de otros.
25. (...) Se creía tan equilibrado, tan cuerdo como el que más. Sólo que quizás un poco más listo que la mayoría.
26. Yo no lo quise en casa. No había más que mirarle para saber qué clase de tipo era. Con aquel perfume. Y el pelo gomoso de brillantina. Era claro como el día dónde lo había conocido Dick.
27. Compartían un destino común contra el que la virtud no era defensa.
28. No quería hacerle daño a aquel hombre. A mí me parecía un señor muy bueno. Muy cortés. Lo pensé así hasta el momento en que le corté el cuello.
29. Sólo quería fingir que le tomaba la palabra, obligarlo a disuadirme, forzarlo a admitir que era un farsante y un cobarde. ¿Sabe? Era algo entre Dick y yo. Me arrodillé junto al señor Clutter y el daño que me hizo me recordó aquel maldito dólar. El dólar de plata. Vergüenza. Asco.
30. No me di cuenta de lo que había hecho hasta que oí aquel sonido. Como de alguien que se ahoga. Que grita bajo el agua.
31. El crimen era un accidente psicológico, un acto virtualmente impersonal; las víctimas podían haber sido muertas por un rayo. Salvo por una cosa: las habían sometido a un prolongado terror, habían sufrido.