Frases de William Beckford - Página 2

01. (...) Me apetecería mucho ver el palacio subterráneo, lleno de objetos interesantes para gente de nuestra condición; nada me complace más que las cavernas; tengo un gusto decidido por los cadáveres y las momias, y apuesto a que encontrarás la quintaesencia de este género.

+ Frases de Palacio


02. Como primer plato se sirvió un pescado extraído de un arroyuelo que corría sobre arena dorada, al pie de una colina bastante alta. El pescado era asado a medida que lo iban capturando y se sazonaba luego con finas hierbas del monte Sina; ya que en la mansión del Emir todo era tan piadoso como excelente.

+ Frases de Pescado


03. La noche cayó antes de que el cortejo llegase a la cima del más alto roquedal. Entonces, un viento impetuoso hizo jirones las cortinas de los palanquines y las literas, y dejó a las pobres damas entregadas a todos los furores de la tempestad. La oscuridad del cielo acentuó el terror de aquella noche desastrosa.

+ Frases de Tempestad


04. La tórtola lloraba la pérdida de placeres más reales mientras la alondra saludaba con sus trinos la luz que reanima la naturaleza: allí, más que en ningún otro lugar del mundo, el gorjeo de los pájaros revelaba sus diversas pasiones; los deliciosos frutos que picoteaban a placer parecían darles una doble energía.

+ Frases de Alondra


05. Entérate que tengo mucha sed y que sólo podré abrir cuando la haya saciado. Necesito la sangre de cincuenta niños: tómalos de entre los hijos de tus visires y los grandes de tu Corte... Ni mi sed ni tu curiosidad estarán satisfechas. Regresa, pues, a Samarah; tráeme lo que deseo; arrójalo tú mismo a este abismo; entonces verás.

+ Frases de Sed


06. El hombre, o mejor dicho, el monstruo, en vez de responder a estas preguntas frotó tres veces su frente, más negra que el ébano, se golpeó tres veces el vientre, cuya circunferencia era enorme, abrió de par en par unos ojos que parecían dos ascuas y se echó a reír con una risa horrenda, mostrando grandes dientes de color ámbar estriado de verde.

+ Frases de Monstruo


07. Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.

+ Frases de Vanguardia


08. La tierra estaba salpicada de violetas; matas de alhelíes embalsamaban el aire con sus suaves aromas. Cuatro fuentes claras, y tan abundantes que hubieran podido saciar la sed de diez ejércitos, parecían fluir en aquel lugar sólo para mejor imitar el jardín del Edén, regado por ríos sagrados; en sus verdeantes orillas el ruiseñor cantaba el nacimiento de la rosa, su bienamada, y se lamentaba de la poca duración de sus encantos.

+ Frases de Edén


09. (...) Al oír estas palabras, los padres de los cincuenta niños lanzaron desgarradores gritos, que las madres repitieron una octava más alta; mientras, los demás, sin saber de qué gritaban, intentaban sobrepasarles con sus aullidos. Pronto se dijo por todas partes: – ¡Es una jugada que nos ha hecho el Califa para complacer a su maldito Giaour! Castiguémosle por su perfidia, venguémonos, venguemos la sangre inocente. Arrojemos a este cruel príncipe en la catarata y que incluso su memoria sea aniquilada.

+ Frases de Inocente


10. Todos se confundieron con la muchedumbre maldita para errar con ella en una eternidad de penas. Este fue, éste debe ser, el castigo de las pasiones desenfrenadas y de las acciones atroces; éste será el castigo de la ciega curiosidad, que desea penetrar más allá de los límites que el Creador puso a los conocimientos humanos; de la ambición que, deseando adquirir ciencias reservadas a más puras inteligencias, sólo adquiere un insensato orgullo y no ve que el estado del hombre es ser humilde e ignorante.

+ Frases de Insensato


11. Agotado por tantas preocupaciones, el Califa perdió por completo el valor; la fiebre se apoderó de él, el apetito le abandonó y, en vez de seguir siendo el mayor comedor de la tierra, se convirtió en el más decidido bebedor. Una sed sobrenatural le devoraba; y su boca, abierta como un embudo, recibía noche y día torrentes de líquido. Entonces aquel desgraciado príncipe, al no poder saborear ningún placer, ordenó cerrar los Palacios de los cinco sentidos, dejó de aparecer en público, de mostrar su magnificencia, de impartir justicia a su pueblo y se retiró al interior del serrallo.

+ Frases de Sobrenatural


12. Aquella noche, cuando la princesa conversaba con Dilara, a la que había hecho venir y que le complacía mucho, Bababalouk vino a decirle que el cielo se veía muy iluminado en dirección a Samarah y parecía anunciar algo funesto. Ella tomó inmediatamente sus astrolabios y sus instrumentos mágicos, midió la altura de los planetas, hizo sus cálculos y vio, con gran descontento, que había en Samarah una formidable revuelta; que Motavekel, aprovechando el horror que su hermano inspiraba, había amotinado al pueblo, se había apoderado del palacio y estaba sitiando la gran torre a la que Morakanabad se había retirado con un pequeño número de hombres que permanecían fieles todavía.

+ Frases de Horror

Autores relacionados

Ann Radcliffe Charles Maturin Matthew Gregory Lewis

William Beckford

William Beckford
  • 1 de octubre de 1760
  • Londres, Gran Londres, Inglaterra
  • 2 de mayo de 1844
  • Bath, Somerset, Inglaterra

Arquitecto, escritor, novelista, crítico de arte y político inglés célebre por su novela de estilo gótico "Vathek" y constructor de la Abadía de Fonthill y la torre de Beckford.

Sobre William Beckford

William Beckford nace en el seno de una familia de clase alta, de padre antiguo alcalde de Londres William Beckford, por lo que se educó en los mejores lugares de la época.

En 1770 heredó una fortuna en libras esterlinas, tierras y una gran plantación de azúcar en Jamaica, lo que le permitió vivir holgadamente para dedicarse al arte, la arquitectura y la escritura.

Por su condición de bisexual, William Beckford fue acusado en 1779 de corromper al IX Conde de Devon, William Courtenay, aunque nunca pudo probarse.

En 1782 realizó un viaje por toda Italia, que le sirvió de inspiración para escribir su obra "Sueños, pensamientos e incidentes", además de regresar con varios cuadros italianos de pintores famosos.

En 1783 contrajo matrimonio con Lady Margaret Gordon, la hija del cuarto conde de Aboyne, pero nuevos cargos de corrupción hicieron que William Beckford se exiliara con su mujer por toda Europa durante varios años.

En 1786 William Beckford publica la novela gótica "Vathek", escrita originalmente en francés e inspirada por "Las mil y una noches", la célebre recopilación de cuentos árabes del Oriente Medio medieval.

Entre 1784 y 1793 fue miembro del Parlamento, para luego trasladarse a Portugal, donde permaneció mucho tiempo y retornar a Inglaterra para integrar nuevamente el Parlamento entre 1806 y 1820.

Marginado por sus excentricidades, William Beckford se encerró en sus terrenos de Fonthill, donde construyó una muralla alrededor de su propiedad y la Abadía de Fonthill, lugar elegido para ubicar su inmensa colección de arte.

Tiempo después construyó también la formidable torre de Beckford de 90 metros de altura, que se desmoronó en 1825.

Enlaces

Síguenos