01. Para un niño pequeño, la violencia es una experiencia abrumadora, incontrolable y terrible, y sus efectos emocionales pueden permanecer durando toda la vida. El trauma se interioriza y se apodera de nosotros al no poder empatizar con el prójimo.
02. La mayoría de nosotros nos hemos sentido atrapados por las cosas que no descubrimos pensando o haciendo, atrapados por nuestros propios impulsos o decisiones insensatas; cautivos de cierto miedo o infelicidad; prisioneros de nuestra propia historia.
03. Tenemos que investigar el pasado y el presente como si fuéramos detectives. Tenemos que interpretar las palabras de los pacientes y traducir su inconsciente. Y somos también guías porque tenemos que llevarlos a sitios donde no quieren ir, ayudarles a ver lo que menos ganas tienen de ver.
04. El cambio involucra la pérdida... De hecho, todo cambio implica pérdida, y sin embargo, la vida misma es el cambio. Siempre estamos dando algo por otra cosa y el punto es que nos perdemos a nosotros mismos cuando tratamos de negar esos cambios, cuando nos negamos a que la vida conlleva la pérdida.
05. Muchos lectores no se pueden permitir pagar estas sesiones. Muchos son gente de éxito, pero tienen problemas personales, o con sus hijos, o quieren vivir mejor. Nosotros no los juzgamos. La empatía es el núcleo central del análisis, lo que permite a la gente hablar desde el corazón y contar lo que no cuentan a nadie.
06. Hemos reflexionado mucho sobre la confidencialidad porque es nuestra primera obligación. Sabiendo eso, podemos trabajar para comunicarnos con otros a través de casos anónimos, escondiendo la identidad real bajo nombres y datos supuestos. En mi caso, les pregunté a algunos pacientes qué les parecía que utilizara su caso, y a todos les gustó que publique sus historias.
07. Veo mucha gente que habla sola porque tiene miedo de hablar con otros. Paradójicamente, un obstáculo para amar es que son incapaces de odiar. Otros problemas son el miedo a decepcionar y a elegir a la persona inadecuada. La envidia es otro obstáculo. Mucha gente vive en un duelo permanente y no siente agradecimiento por lo que tiene o recibe. La gratitud nos lleva hacia el amor. Si no apreciamos a alguien, es imposible quererlo. Pero muchos sienten miedo de rendirse al amor.
08. Muchas cosas vienen de la infancia, pero yo trato sobre todo a adultos, y también estos sufren traumas. Decepciones, enfermedades, embarazos indeseados, crisis... La infancia prefigura nuestra personalidad, pero lo importante sucede en el presente, no en el pasado ni en el futuro. Mi trabajo consiste en influir sobre el presente. No puedo cambiar lo que fue o lo que será. Aunque muchas veces es necesario entender el pasado, sin obsesionarse, y reducir las fantasías sobre el futuro para poder cambiar.
09. Un amigo mío dice que los amigos son los dioses que vienen a pedir perdón por nuestras familias. Y un paciente me dijo una vez: el hogar es el sitio más peligroso que existe. Puede que sea verdad. Aunque algunos padres son maravillosos. A menudo, los problemas donde más ayuda necesitamos son suprimidos por la familia, que siente vergüenza y se convierte así en peligrosa porque te hace sentir culpable. Generalmente las familias nos quieren, pero menos veces nos aceptan tal como somos. Casi siempre son una mezcla de peligro y cariño.
10. Estamos siendo transformados por la tecnología y por la crisis económica: se diría que tenemos que estar en un estado de alegría permanente, dispuestos a vendernos a cada momento. El que es triste y callado parece enfermo, aunque sea normal estar triste. Mucha gente se construye un sistema de defensa antidepresivo: bebida, pornografía, prostitutas, deporte, demasiado trabajo, demasiada comida. Intentan no sentir. Muchos vienen para reconstruirse o a pedir que los mantenga arriba. Y no puedo, claro. En realidad es una forma de automedicación. Ese estilo antidepresivo ha aumentado en los últimos años.