01. Un viejo dormitaba en el ascensor, sentado en un taburete desvencijado, en el que había un cojín desgarrado. Tenía la boca abierta y le brillaban las sienes con aquella luz débil...Pasé delante con cuidado, impulsado por el clandestino aire del edificio; encontré la puerta para caso de incendio y la abrí. La escalera de incendios no había sido barrida por lo menos en un mes. Habían dormido vagabundos en ella y también comieron, dejando migas y trozos de periódicos grasientos, fósforos, un libro de bolsillo encuadernado en imitación a piel, destrozado. Total: un edificio precioso. "El sueño eterno" (1939)