Frases de Raymond Thornton Chandler - Página 2

01. La parte más difícil de su técnica era la capacidad de crear situaciones que estaban en el límite de lo inverosímil, pero que en la lectura parecían lo bastante reales.

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02. Me gusta la gente con modales, algo de intuición social, una educación ligeramente por encima del Readers Digest, gente cuyo orgullo de vivir no se exprese en sus aparatos de cocina o sus automóviles.

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03. ¿Qué hago en mi vida cotidiana? Escribo cuando puedo y no escribo cuando no puedo; siempre por la mañana o en la primera parte del día. De noche, uno tiene ideas muy brillantes, pero no se sostienen. Esto lo descubrí hace mucho.

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04. La mortal repetición de palabras favoritas hasta que a uno le hacen gritar de impaciencia. Y las palabras favoritas son siempre pequeñas palabritas a medias arcaicas como jejuney umbrage y vouchsafe, ninguna de las cuales la persona de educación media podría siquiera definir correctamente.

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05. Es horrible admirar el libro de un hombre y después conocerlo, y destruir todo el placer que causó su obra con unas pocas posturas egocéntricas, de modo que no sólo a uno le disgusta su personalidad, sino que nunca puede volver a leer nada de él con una mente abierta. Su pequeño ego malo siempre está espiándolo a uno detrás de las palabras.

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06. Otros escritores están haciendo cosas todo el tiempo (charlas en ferias del libro, giras de firmas de autógrafos, conferencias, difusión de sus personalidades en tontas entrevistas) que, no puedo evitar pensarlo, los hacen parecer un poco baratos. Para ellos es parte del oficio, para mí, es lo que lo vuelve un oficio.

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07. Cada cosa que uno alcanza elimina un motivo para querer alcanzar algo más. ¿Quiero ser un gran escritor? ¿Quiero ganar el Premio Nobel? No si es demasiado trabajo. Qué diablos, les dan el Premio Nobel a demasiados mediocres para que me interese. Además, tendría que ir a Suecia y ponerme un frac y pronunciar un discurso. ¿El Premio Nobel vale todo eso? Diablos, no.

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08. ¿Por qué diablos esos idiotas editores no dejan de poner fotos de escritores en sus sobrecubiertas? Compré un libro perfectamente bueno... Estaba dispuesto a que me gustara, había leído sobre él y entonces le echo una mirada a la foto del tipo y es obviamente un completo imbécil, una basura realmente abrumadora (fotogénicamente hablando) y no puedo leer el maldito libro.

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09. No puede planearse una buena historia; tiene que destilarse. A largo plazo, por poco que uno hable sobre el tema, lo más durable en lo que se escribe es el estilo, y el estilo es la más valiosa inversión que puede hacer un escritor con su tiempo. Las ventas se demoran, el agente se burla, el editor no entiende, y se necesitará gente de la que uno nunca ha oído para convencerlos poco a poco de que el escritor que pone su marca individual en lo que escribe siempre dará ganancia. No basta sólo con intentarlo, porque la clase de estilo en la que estoy pensando es una proyección de la personalidad y es preciso tener una personalidad antes de poder proyectarla. Pero si uno la tiene, sólo puede proyectarla en el papel pensando en otra cosa. Esto es irónico en cierto modo. Es el motivo, supongo, por el que en una generación de escritores "hechos". Sigo diciendo que no se puede hacer un escritor. La preocupación por el estilo no lo producirá. Ninguna cantidad de corrección y pulido tendrá ningún efecto apreciable sobre el sabor de lo que un hombre escriba. Es un producto de la cualidad de su emoción y percepción; es la capacidad de transferirlos al papel lo que hace de él un escritor, en contraste con la gran cantidad de gente que tiene emociones igualmente buenas y percepciones igualmente agudas, pero no lleva mi un millón de kilómetros de ponerlas sobre el papel. Conozco a varios escritores hechos. Hollywood, por supuesto, está lleno de ellos; sus libros a menudo tienen un impacto inmediato de habilidad y sofisticación, pero por debajo están huecos, y uno nunca vuelve a ellos.

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10. Pienso que algunos escritores se sienten obligados a escribir en frases rebuscadas como compensación por una carencia de alguna clase de emoción animal natural.

+ Frases de Emoción


11. Declarando audazmente que harían a un lado todo optimismo ficticio, eligen automáticamente el aspecto oscuro de las cosas para no correr riesgos; como resultado, lo desagradable se asocia en sus mentes con la verdad, y si quieren producir un retrato sin defectos de un hombre, todo lo que tienen que hacer es pintar sus debilidades y después, aunque no sea más que para propiciar el instinto de bondad remanente por descuido en sus corazones, explicar que sus defectos son la consecuencia inevitable de un plan de vida equivocado.

+ Frases de Defectos


12. Un personaje en primera persona tiene la desventaja de que debe ser mejor persona para el lector que lo es para sí mismo. Demasiados personajes en primera persona dan una impresión ofensivamente engreída. Eso está mal. Para evitarlo, no siempre deben darle a él la réplica de impacto o la réplica final. Ni siquiera con frecuencia. Que otros personajes se lleven los aplausos. Que él se quede sin chistes, en la medida de lo posible.

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Autores relacionados

Dashiell Hammett James Ellroy

Raymond Thornton Chandler


Escritor, novelista, guionista y periodista estadounidense de novela negra, autor de "El sueño eterno" (1939), "La dama del lago" (1943), "Cinco asesinos" (1944), "La hermana pequeña" (1949) y "El largo adiós" (1953).

Sobre Raymond Thornton Chandler

Cuando era pequeño fue llevado a Inglaterra, donde recibió una sólida formación literaria.

Viajó a Francia y Alemania entre 1905 y 1907 y se nacionalizó británico ese mismo año.

Fue soldado en los Gordon Highlander de Canadá, empleado de banco, periodista, ejecutivo de una empresa de petróleos y reportero para el "London Daily Express" y para la "Bristol Western Gazette" entre 1908 y 1912.

Raymond Thornton Chandler no fue un escritor rápido, y su estilo es muy cuidado y laborioso, frecuente en característicos rasgos de ingenio cáustico que dieron a la novela negra una dignidad literaria desconocida hasta entonces.

Su personaje más recordado fue el detective privado "Philip Marlowe".

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