02. Es verdad, y este es el consuelo del justo, del héroe y del sabio; el destino sólo tiene imperio en ellos por el bien que ellos hacen. Los demás hombres son ciudades de cien puertas abiertas por las cuales cualquier cosa puede penetrar; pero el justo es una ciudad cerrada que sólo tiene una puerta de luz, y el destino no puede abrirla más que cuando logra que el amor llame a esta puerta.
03. Si es una aventura miserable, todo el pueblo, toda la ciudad acude; pero si es un rayo de hermosura que viene a herir nuestro ojo, o un rayo de amor que viene a iluminar nuestro corazón, nadie se ocupa de ello.
Abogado, dramaturgo y ensayista belga, principal exponente del teatro simbolista y Premio Nobel de Literatura 1910.
Sobre Maurice Maeterlinck
Los primeros estudios de Maurice Maeterlinck fueron en un colegio de Jesuitas, continuando luego en la Universidad de Gante, estudiando leyes.
En 1885 publica sus primeros poemas y un año después renuncia a la profesión de abogado para consagrarse a la literatura, viajando a París (Francia), donde conoce a los poetas simbolistas de la época que influyen notablemente en él y lo hacen reaccionar contra el naturalismo predominante en la literatura francesa, escribiendo poesía simbolista.
En 1902 escribe "Monna Vanna" obra teatral que interpretará Georgette Leblanc, actriz a la que conoció en 1895 y que será su compañera hasta 1919, año en el que contrae matrimonio con la joven Renée Dahon.
En 1911 es premiado con el Premio Nobel de Literatura, además de ser nombrado conde por el rey Alberto I de Bélgica y condecorado por franceses y belgas como recompensa por los servicios prestados a los aliados en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Más tarde viaja a Estados Unidos y trabaja como profesor, viviendo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en ese país, donde continúa escribiendo y publicando.
Terminada la guerra regresa a Europa, afincándose en Niza (Alpes Marítimos, Francia). Las obras de Maurice Maeterlinck se caracterizan por su estilo claro y sencillo para expresar ideas y emociones.
Sus primeros escritos están marcados por una actitud profundamente melancólica y pesimista que luego cambia por la creencia en el poder redentor del amor.