01. Le gustaba recordar con la esperanza de mejorar su vida, y trataba a su destino como un ser vivo y culpable, al que se le podían lanzar reproches y recriminaciones, insatisfacciones y dudas.
02. Y otra vez la estaba cantando y no sabía por qué: quería negarse que aquella melodía era la bandera de sus nostalgias por un pasado donde todo fue simple y perfecto.
03. El mundo se estaba deshaciendo, las gentes se cambiaban de partido, de sexo y hasta de raza mientras se iba deshaciendo el mundo, su propio país cada vez le resultaba más ajeno y desconocido...
04. (...) Pasamos de la era analógica a la era digital, pasamos de la época moderna a la época digital. Es un salto tan grande como el descubrimiento de la imprenta y el Descubrimiento de América.
05. Tú ni te imaginas cómo me enamoré de ti, las veces que soñé contigo, las cosas que imaginé que íbamos a hacer juntos... Pero ya nada de eso tiene sentido.
06. Muchas personas tienen la experiencia, pero no tienen la capacidad de comunicar esa experiencia y de hacerlo de la mejor forma posible. Y eso se logra únicamente con mucho trabajo.
+ Frases de Relaciones públicas
07. La imprenta y América redondearon el planeta. Ahora la era digital lo está cambiando todo, y ningún país puede vivir de espaldas.
08. [Sobre el periodismo militante] El militante obedece al Partido. El Partido decide y manda. El periodista entonces desaparece.
09. Todo es resultado de una serie de conocimientos, de vivencias, de encuentros, de aprender de las propias torpezas cometidas en un momento determinado.
10. El viento había decretado una tregua y un sol decididamente veraniego ponía reflejos de charol en las calles de la ciudad.
11. (...) Aquel caso que venía del pasado dispuesto a romperle la tranquilidad de la abulia soñada para el fin de semana.
12. No fue agradable leer las esquelas publicadas en varios periódicos y comprobar cómo eran muchas más de las previsibles las gentes que no lo querían, sobre todo en su propio país. Pero asumió aquellas reacciones malvadas como un reflujo inevitable de su relación con el mundo y como reflejo de una vieja costumbre humana: no perdonar el éxito ajeno. Al fin y al cabo, aquella falsa muerte le reportó un sentimiento de libertad con el cual podría vivir hasta su muerte verdadera.