Frases de Leonardo Padura - Página 2

01. ¿Qué has hecho con tu vida, Mario Conde? Se preguntó cómo cada día, y como cada día quiso darle marcha atrás a la máquina del tiempo y uno a uno deshacer sus propios entuertos, sus engaños y excesos, sus iras y sus odios, desnudarse de su existencia equivocada y encontrar el punto preciso donde pudiera empezar de nuevo. ¿Pero tiene sentido?

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02. Yo no soy una puta porque no me acuesto por dinero, pero si viene uno con dinero y la invita a comer en el Laiglon, y a tomar cervezas en la piscina y descargar en un cabaret y subir a una habitación que da al Malecón, pues no se averigua nada más. Se disfruta, compañero. Las cosas están muy malas y juventud hay una sola, ¿Verdad?

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03. No era imprescindible ser policía, detective privado y ni siquiera escritor para darse cuenta de que a nadie, en aquellas calles, debía de importarle si Hemingway había matado o no a un tipo empeñado en joderle la existencia: la vida -y la muerte- andaban por otros rumbos más empedrados y arduos, demasiado alejados de la literatura y de la paz irreal de Finca Vigía.

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04. (...) El anciano volvió a secarse las lágrimas que le mojaban el rostro, pero con un movimiento cansado. El Conde se sintió un miserable: ¿Tenía algún derecho a robarle a un anciano los mejores recuerdos de su vida? Pensó entonces que, entre otras razones, había dejado de ser policía para no verse obligado a realizar actos infames como ése.

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05. En la carrera de un escritor, cada nuevo libro también es consecuencia del texto que escribió anteriormente. El proceso de creación de una cultura, de una profesionalidad, de un oficio, de un estilo literario o narrativo, es el resultado de la acumulación de las experiencias de un género u otro, que conforman la carga que llevamos.

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06. El totalitarismo es una actitud eterna de las formas de poder, que puede llegar a ser, digamos, un totalitarismo más total en determinadas sociedades y sistemas. Y la libertad individual es una condición o necesidad por la cual debemos luchar todos los días en todas las sociedades, incluso en las que han proclamado ser más libres y abiertas.

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07. En aquel tiempo de juventud, luego de una noche de muchos tragos, (...) una punzada en la rodilla debido al golpe que se había propinado con el borde afilado de la cama en cuya reputa madre solía cagarse tras cada colisión: más todo era pasajero y curable con una ducha y un par de duralginas.

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08. Se sentó en la cama, junto al teléfono, y observó la danza solitaria y circular de Rufino, su pez peleador. Miró entonces su cuarto vacío y sintió que él también daba vueltas, tratando de buscar la tangente que lo sacara de aquel infinito círculo angustioso.

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09. Uno no puede creerse que sabe escribir, ni periodismo ni literatura. Se debe enfrentar el texto con la humildad del aprendiz, si no te quedas en un nivel de retórica, de una solución formal -que puede ser muy eficiente- lejos de descubrir tus potencialidades, tus necesidades, tus propias evoluciones.

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10. Si realmente queremos que Cuba cambie y que sea de Cuba y de los nuevos tiempos no puede ser solo a través de decretos o de medidas económicas, la sociedad cubana en pleno tiene que entender que debe cambiar y que estamos viviendo una época diferente.

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11. Mis intereses realmente nunca están en quién mató a quién, sino en por qué alguien mató a otro, por qué alguien robó, cómo lo hizo. El quién es lo menos importante, el cómo y por qué son los que más me interesan.

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12. Era Miércoles de Ceniza y con la puntualidad de lo eterno un viento árido y sofocante, como enviado directamente desde el desierto para rememorar el sacrificio del Mesías, penetró en el barrio y revolvió las suciedades y las angustias.

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Leonardo Padura

Leonardo Padura
  • 9 de octubre de 1955
  • Mantilla, La Habana, Cuba

Escritor, novelista, ensayista, guionista y periodista cubano, autor de "Pasado perfecto" (1991), "Vientos de cuaresma" (1994), "Adiós Hemingway" (2001), "La neblina del ayer" (2005), "El hombre que amaba a los perros" (2009) y "Herejes" (2013).

Sobre Leonardo Padura

Leonardo Padura nació en el barrio de Mantilla (La Habana), donde transcurrió su infancia y adolescencia.

Finalizada su educación secundaria, estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de la Habana.

En 1980 comenzó su carrera periodística en la revista literaria "El Caimán Barbudo" y en el periódico "Juventud Rebelde".

En 1988 editó su primera novela, "Fiebre de caballos" y tiempo después "Pasado perfecto" (1991), primera obra de la tetralogía conocida como "Las cuatro estaciones" donde lanza a la vida literaria el peculiar personaje del teniente Mario Conde.

"Vientos de cuaresma" (1994), "Máscaras" (1997), y "Paisaje de otoño" (1998), son las tres obras restantes que forman la tetralogía.

En 2009 Leonardo Padura publica "El hombre que amaba a los perros", novela basada en la historia de Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky que vivió sus últimos años en La Habana.

Destacan además los libros "Adiós Hemingway" (2001), "El hombre que amaba a los perros" (2009) y "Herejes" (2013).

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