01. ¿Cómo no amarte, madre, si me enseñaste a hablar tu lengua? ¿Si soy viento nacido de tu roca?
02. Mi estrella: tú, tan partida, y tan única, y tan total como mi vida, y mi muerte: tú eres la llama que sale de mis ojos.
03. Seré bueno. Diré la verdad sustancial a la justicia. Me bañaré en el mar, y seré puro árbol que da su sombra a los pastores.
04. Víctima del desorden que impide el desarrollo de mi mundo, no me lamento de esto ni lo otro. Sufro, velo y trabajo como si cada noche tuviera que morirme, porque debo ganarme la vida para siempre.
05. Estoy perdido para el mundo, aunque mi reino sean todos los mundos posibles, porque yo soy el testigo de mi propia creación. Mi creación es mi pasión. Por eso hago soplar los vientos para que den testimonio de mis llamas.
06. Sin tener qué decir, pero profundamente destrozado, mi espíritu vacío llora su desventura de ser un soplo negro para las rosas blancas, de ser un agujero por donde se destruye la risa del amor, cuyos dos labios son la mujer y el hombre.
07. Las personas son máscaras, las acciones son juegos de enmascarados, los deseos contribuyen al desarrollo normal de la farsa, los hombres denominan toda esta multiplicidad de seres y fenómenos, ¡Consumen el tesoro de sus días disfrazándose de muertos!
08. Vivo en la realidad. Duermo en la realidad. Muero en la realidad. Yo soy la realidad. Tú eres la realidad. Pero el sol es la única semilla. ¿Qué eres tú? ¿Qué soy yo sino un cuerpo prestado que hace sombra? La sombra es lo que el cuerpo deja de su memoria.
09. Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada, sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca, aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.
10. ¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
11. Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, tus grandes pies hermosos, tu espinazo de yegua de Faraón, y es tan difícil este resuello, tú me entiendes: asma es amor.