01. Ya no llores, Verano! En aquel surco muere una rosa que renace mucho...
02. Hoy me gusta la vida mucho menos, pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
03. ¡Llegué a confundirme con ella, tanto! Por sus recodos espirituales, yo me iba jugando entre tiernos fresales, entre sus griegas manos matinales.
04. Pero para las lágrimas de amor, los luceros son lindos pañuelitos lilas, naranjos, verdes, que empapa el corazón.
05. Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga, porque, como iba diciendo y lo repito, ¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos años, y siempre, mucho tiempo, siempre, siempre!
06. Evadirse de la prisión de la forma poética y de la sintaxis.
07. ¿Es para eso que morimos tanto? ¿Para sólo morir, tenemos que morir a cada instante?
08. ¡Tus pies son dos heráldicas alondras que eternamente llegan de mi ayer!
09. ¡Oh! Escándalo de miel de los crepúsculos. Oh, estruendo mudo.
10. ¡Pupitre, sí, toda la vida; púlpito, también toda la muerte!
11. Mi dolor es el viento del norte y del viento del sur.
12. Y hembra es el alma de la ausente. Y hembra es el alma mía.