Frases de Carmen Laforet - Página 3

01. Porque entonces era lo suficientemente atontada para no darme cuenta que aquél era uno de los infinitos hombres que nacen sólo para sementales y junto a una mujer no entienden otra actitud que ésta. Su cerebro y su corazón no llegan a más. "Nada" (1945)

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02. ¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia que habían transcurrido desde mi llegada me pesaban encima, cuando arrastraba los pies al volver de la Universidad. Me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro. "Nada" (1945)

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03. Me estaba dando cuenta yo, por primera vez, de que todo sigue, se hace gris, se arruina viviendo. De que no hay final en nuestra historia hasta que llega la muerte y el cuerpo se deshace... "Nada" (1945)

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04. Yo no busco en las personas ni la bondad ni la buena educación siquiera..., aunque creo que esto último es imprescindible para vivir con ellas. Me gustan las gentes que ven la vida con ojos distintos que los demás, que consideran las cosas de otro modo que la mayoría...Quizá me ocurra esto porque he vivido siempre con seres demasiado normales y satisfechos de ellos mismos... "Nada" (1945)

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05. Porque a mí me gusta que los hombres se enamoren, ¿Sabes? Me gusta mirarlos por dentro. Pensar... ¿De qué clase de ideas están compuestos sus pensamientos? ¿Qué sienten ellos al enamorarse de mí? La verdad es que razonándolo resulta un juego un poco aburrido, porque ellos tienen sus añagazas infantiles, siempre las mismas. Sin embargo, para mí es una delicia tenerles entre mis manos, enredarles con sus propias madejas y jugar como los gatos con los ratones...Bueno, el caso es que tengo a menudo ocasiones para divertirme, porque los hombres son idiotas y les gusto yo mucho... "Nada" (1945)

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06. Esos desechos de celuloide, esos sobrantes en la película del recuerdo de mi vida son los que hoy intento proyectar en la pantalla de la memoria, los que hoy me parecen, aun en su confusión, tan vívidos y tan cercanos.

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07. ¿Qué podría decir? "Así ha sido el más hermoso día de mi vida: no comí y me fui en un coche polvoriento a buscar a mi familia a un sitio donde no estaba. Encontré a una persona a quien quiero mucho que estuvo riñéndome de la manera más agria. Dormí en un cuarto horrible lleno de pulgas, y cuando no lo pude resistir más salí a bañarme al mar yo sola, desnuda, en la noche". Y, sin embargo, ésta era la felicidad. Profunda, plena, verdadera. Cada uno tiene una manera distinta de sentir la felicidad, y ella la sentía así. "La isla y los demonios" (1952)

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08. (...) En aquellas heladas horas hubo algunos momentos en que la vida rompió delante de mis ojos todos sus pudores y apareció desnuda, gritando intimidares tristes, que para mí eran sólo espantosas. "Nada" (1945)

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09. El amor recoge en sí todas las armonías, todas las bellezas, todas las aspiraciones, los sollozos, los gritos de júbilo...El amor dispone la inmensidad del Universo, la ordenación de leyes que son matemáticamente las mismas para las estrellas que para los átomos, esas leyes que, en penosos balbuceos, a veces, descubre el hombre. "La mujer nueva" (1955)

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10. Parecéis una bandada de monos. Llegáis, lo tocáis todo y después os quedáis tan tranquilos. No os importa nada de nada. Muchas veces me pregunto si tendréis incluso inteligencia normal. "La insolación" (1963)

+ Frases de Nada + Pensamientos de "La insolación"


11. No cuesta mucho convertir en polvo lo que ya es polvo. Cuesta, sí, donde sólo se ve esta ruina, ayudar a descubrir unos cimientos y echar en ellos algo que dentro de toda su modestia pueda servir junto con otras cosas mucho más importantes a levantar un edificio nuevo...

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12. El sentimiento de ser esperada y querida me hacía despertar mil instintos de mujer; Una emoción como de triunfo, un deseo de ser alabada, admirada, de sentirme como la cenicienta del cuento, princesa por unas horas, después de un largo incógnito. "Nada" (1945)

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Carmen Laforet

Carmen Laforet
  • 6 de septiembre de 1921
  • Barcelona, España
  • 28 de febrero de 2004
  • Majadahonda, Madrid, España

Escritora, novelista, ensayista y cuentista española, autora de "Nada" (1945), "La isla y los demonios" (1952), "La mujer nueva" (1955), "La insolación" (1963) y "Al volver la esquina" (2004).

Sobre Carmen Laforet

Carmen Laforet nace en Barcelona, hija de un arquitecto barcelonés y una profesora toledana y dos años después la familia traslada a la isla de Gran Canaria, donde transcurre su infancia a adolescencia.

Tras fallecer su madre regresa a Barcelona, donde comienza la carrere de Filosofía y tres años después se traslada para estudiar Derecho en la Universidad Central de Madrid.

Entre los numerosos libros de Carmen Laforet, destacan "Nada" (1945), "La isla y los demonios" (1952), "La mujer nueva" (1955) y "La insolación" (1963).

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