01. Yo lucharé para vencer. Lucharé por ti y por mí. Pero tienes que ayudarme, Carmina. Tienes que confiar en mí y en nuestro cariño.
02. Quiere creer...Porque no logra recordar la melodía. En el fondo está desesperado. Y cuando ya no hay nada que esperar..., se espera el milagro.
03. No es menester piedad. Acaso yo la aburría. Tal vez no debí casarme; sacrificar sus veinte inexpertos años a mi tranquila madurez de hombre sencillo...
04. Déjame agradecerte todo lo que te debo...No rechaces mi devoción, la infinita gratitud que te debo por tu bondad, por el aliento que me das...Por tu perdón.
05. No soy débil, sino fuerte. ¡Te quiero, sí! No me importa decirlo, aunque ayer lo negase. Pero no te necesito. Ahogaré mi cariño dentro de mí, cueste lo que cueste. Sin fe, sin alegría, solo y sin prodigios...Resistiré.
06. Tú me estás devolviendo la fe en la vida, que he perdido. Desde que te he conocido, quiero luchar de nuevo. Tú has hecho el milagro, mí dulce, mi triste Irene. ¡Sigue salvándome, tú que puedes hacerlo, Y Sálvate tú! Acéptame.
07. Y ahora viene lo más difícil...Casi me alegro de tu llegada. Yo hago lo posible por conservar el buen sentido, pero en este país de brujas y consejas no es fácil. Porque en la playa hay una gruta que el pueblo entero visita...Dicen que allí oyen voces.
08. Tienes la vanidad de tu talento.
09. (...) Ellos se han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta años subiendo y bajando esta escalera...Haciéndose cada día más mezquinos y más vulgares. Pero nosotros no nos dejaremos vencer por este ambiente. ¡No! Porque nos marcharemos de aquí. Nos apoyaremos el uno en el otro. Me ayudarás a subir, a dejar para siempre esta casa miserable, estas broncas constantes, estas estrecheces. Me ayudarás, ¿Verdad? Dime que sí, por favor. ¡Dímelo!