Frases de Almafuerte

01. Todo lo alcanzarás, solemne loco, siempre que lo permita tu estatura. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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02. La sinfonía sacra de los seres, los vientos, los bosques y las aguas, en el lenguaje mudo de tus ojos que, mirándome, hablan.

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03. Yo tengo, para ti, todo lo noble que cielo, tierra y corazón abarcan; el calor de los soles... ¡De los soles que, como yo, te aman!

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04. Tú tienes, para mí, todo lo bello que cielo, tierra y corazón abarcan. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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05. Las más orgullosas naves temen del mar los furores, los tigres devoradores huyen del simún airado ¡y tú en mi pecho has dejado tan sin recelo tus flores!

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06. Niños: en cada flor hay muchas vidas y las manos que matan no son manos. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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07. ¡Salud, primavera, princesa encantadora! Saludo engrandecido las gasas de tu velo. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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08. Triste como el destello de la luna, solo, como la luna solitaria, es el recuerdo de ese amor maldito, como mi alma.

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09. Aquí vengo, aquí me ves, aquí me postro, aquí estoy,como tu esclavo que soy, abandonado a tus pies.

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10. Padres sin alma, son aquellos que niegan a sus hijos consejo, amor, ejemplo y esperanza. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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11. ¡Todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de su muerte! "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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12. Llénate de ambición, ten el empeño, ten la más loca, la más alta mira. No temas ser espíritu, ser sueño, ser ilusión, ser ángel, ser mentira... la verdad es un molde, es un diseño, que rellena mejor quien más delira. "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos" (1919)

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Autores relacionados

Domingo Faustino Sarmiento Hipólito Yrigoyen Juan Manuel De Rosas

Almafuerte

Almafuerte
  • 13 de mayo de 1854
  • San Justo, Buenos Aires, Argentina
  • 28 de febrero de 1917
  • La Plata, Buenos Aires, Argentina

Escritor, poeta, maestro, bibliotecario y traductor argentino, de nombre Pedro Bonifacio Palacios y autor de "Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve.

Sobre Almafuerte

Almafuerte (Pedro Bonifacio Palacios), nace en el seno de una familia humilde y es abandonado por el padre tras el fallecimiento de su madre, siendo criado y educado por parientes.

En su adolescencia intenta estudiar pintura, pero no logra ser becado para perfeccionarse en Europa, por lo que se vuelca a su otra vocación: la docencia.

Almafuerte dicta clases en Buenos Aires y en Salta, llegando a ser director de una escuela en Chacabuco (Buenos Aires) en 1870.

A principios de la década de 1880 es destituido por no poseer un título habilitante para la enseñanza, aunque muchos afirman que fue por sus críticas hacia el gobierno.

Tras dejar la actividad docente, Almafuerte obtiene un puesto dentro de la Cámara de diputados de la Provincia de Buenos Aires, y más tarde se transforma en bibliotecario y traductor en la Dirección General de Estadística.

En 1887 Pedro Bonifacio Palacios se traslada a la Ciudad de La Plata y comienza a trabajar como periodista en el periódico "El pueblo" y retorna a la docencia en la localidad de Trenque Lauquen en 1894.

Almafuerte es nuevamente retirado de su cargo dos años después por cuestiones políticas, alejándose definitivamente de la docencia y participando muy poco de la vida social de la época.

Llegando al final de su vida, el Congreso Nacional Argentino le otorga una pensión vitalicia.

La nota dominante de la producción de Pedro Bonifacio Palacios, ya sea en verso o en prosa, es la exaltación de las clases humildes de la sociedad, que Almafuerte llamaba "la chusma de mis amores" y que presentaba siempre como oprimida y despreciada por los poderosos, a la espera de transformarse en una raza futura de superhombres.

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