Frases de Aleksandr Pushkin - Página 3

01. Sólo quería informarle -dijo- que la confianza con que me honran los compañeros no me permite jugar con nada que no sea dinero en efectivo. Por mi parte, claro está, estoy seguro de que con su palabra basta, pero, para el buen orden del juego y de las cuentas, le ruego que coloque la suma sobre la carta.

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02. (...) Aprovechaba el momento de emoción y descuido del alma cándida, conquistaba con inteligencia y pasión, sabía esperar una caricia involuntaria, suplicar o exigir una confesión, captar el primer latido del corazón, perseguir el amor, lograr de repente una entrevista secreta y después dar a solas lecciones en silencio.

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03. Sentía que se había producido en mi un gran cambio: mi emoción era mucho menos triste que el abatimiento en que estaba sumido hacía mucho tiempo. La tristeza de la separación se mezclaba con vagas pero dulces esperanzas, con la espera impaciente del peligro y con el sentimiento de una noble ambición. La noche se me hizo corta.

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04. Pero a vosotras, coquetas de profesión, yo os quiero aunque esto sea un pecado. Las sonrisas, las caricias, las prodigáis a todos, en todos fijáis amables miradas, y a quien no crea las palabras le aseguráis un beso; quien os quiere es libre y triunfa. Antes también yo me ponía contento con una mirada de vuestros ojos; ahora os respeto.

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05. - ¡El as ha ganado! -dijo Guermann y descubrió su carta. -Han matado a su dama-dijo cariñoso Chekalinski. Guermann se estremeció: en efecto, en lugar de un as tenía ante sí una dama de picas. No daba crédito a sus ojos, no comprendía cómo había podido confundirse. En aquel instante le pareció que la dama de picas le guiñó un ojo y le sonrió burlona. La inusitada semejanza lo fulminó...- ¡La vieja! -gritó lleno de horror.

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06. Pero he aquí que ya están cerca del término de su ruta. Ya divisan las viejas cúpulas de Moscú la blanca, cuyas cruces de oro echan destellos de fuego. ¡Ay, amigos! ¡Qué contento me puse cuando de repente aparecieron a mi vista las iglesias, los campanarios, los jardines y la hilera de palacios! ¡Cuántas veces pensé en ti, Moscú, en la amarga separación de mi destino errante! Moscú, ¡Cuánto encierra el sonido de estas sílabas para un corazón ruso, y cómo responde el ímpetu del alma!

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07. Era un hombre de fuertes pasiones y con una desbocada imaginación, pero su entereza lo había salvado de los acostumbrados extravíos de la juventud. Así, por ejemplo siendo en el fondo de su alma un jugador, nunca había tocado unas cartas, pues estimaba que su fortuna no le permitía (como solía decir) sacrificar lo imprescindible con la esperanza de salir sobrado, y, entretanto, se pasaba noches enteras en torno a las mesas de juego y seguía con frenesí febril cada una de las evoluciones de la partida.

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08. Antaño la tortura estaba tan arraigada en la práctica judicial, que la ley benefactora que la abolía quedó durante mucho tiempo sin ninguna aplicación. Pensaban que la confesión de la culpabilidad del delincuente era indispensable para su desenmascaramiento total, una idea no sólo infundada, sino completamente contraria al sentido común jurídico; porque, si la negación de culpabilidad del acusado no se admite como prueba de su inocencia, menos aún puede servir la confesión como prueba de su culpabilidad.

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Aleksandr Pushkin

Aleksandr Pushkin
  • 6 de junio de 1799
  • Moscú, Rusia
  • 10 de febrero de 1837
  • San Petersburgo, Rusia

Poeta, dramaturgo y novelista ruso, iniciador de la literatura rusa moderna a través de sus poemas líricos y épicos, obras de teatro, novelas y relatos breves.

Sobre Aleksandr Pushkin

Aleksandr Pushkin nace en el seno de una de las más antiguas familias de la aristocracia rusa y como era tradición en la aristocracia rusa, su familia adoptó la cultura francesa, por lo cual tanto él como sus hermanos recibieron una educación basada en la lengua y la literatura francesa. En 1811 ingresó en el Liceo Imperial de Tsarkoye Selo y demostró estar dotado de un talento poético precoz, por lo que fue alentado a publicar sus primeros poemas en la revista "Vestnik Evropy" y tiempo después en "Le Messager de l'Europe" (1814). En 1820 Aleksandr Pushkin publica "Ruslán y Liudmila", poema que echó por tierra los cánones poéticos del Neoclasicismo, generó controversias debido al tema y al estilo y obtuvo gran aceptación entre los lectores. En 1820 obtuvo un cargo en el ministerio de Asuntos Exteriores y paulatinamente comenzó a involucrarse con movimientos de reforma social y formar parte de un grupo revolucionario sedicioso, por lo que fue desterrado a Yekaterinoslav (actual Dnipropetrovsk, Ucrania). Luego de galantear con la hija del general Voronstov y escribir un magistral epigrama sobre él, Aleksandr Pushkin fue desterrado nuevamente y encarcelado en Pskov (Rusia) entre 1824 y 1826. Al estallar la Revuelta Decembrista en diciembre de 1825, algunos de los insurgentes tenían entre sus papeles sus primeros poemas políticos, por lo que pronto se vio bajo un estricto control por parte de los censores del gobierno y se le impidió viajar y publicar libremente. En 1826, con la muerte del zar Alejandro I, regresó a Moscú y en 1829 fue recibido por su sucesor, el zar Nicolás I, quien decidió personalmente ser el censor de sus obras. En 1829 Aleksandr Pushkin regresó al Cáucaso siendo muy popular y recibiendo honorarios muy sustanciosos por sus obras y escritos. En 1830 conoce a Natalia Goncharova, con quien se casa en 1831, el mismo año en que comienza a trabajar en la Cancillería de Asuntos Exteriores. En enero de 1837, Aleksandr Pushkin es mortalmente herido en un duelo mantenido con el militar francés Georges d'Anthés, a causa de la actitud provocadora de éste para con su esposa.

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