Frases de Luis de Góngora

01. Desnudo el joven, cuanto ya el vestido océano ha bebido restituir le hace a las arenas.

+ Frases de Vestido


02. Las flores a las personas ciertos ejemplos les den; que puede ser yermo hoy el que fue jardín ayer.

+ Frases de Jardín


03. Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues lo buscas, ciego, pues no te ve.

+ Frases de Ciego


04. Si mucho poco mapa le despliega, mucho es más lo que, nieblas desatando, confunde el sol y la distancia niega.

+ Frases de Distancia


05. Pasos de un peregrino son, errante, cuantos me dictó versos dulce musa en soledad confusa, perdidos unos, otros inspirados.

+ Frases de Musa


06. Dame ya, sagrado mar, a mis demandas respuesta, que bien puedes, si es verdad que las aguas tienen lenguas.

+ Frases de Demandas


07. De sitio mejorada, atenta mira en la disposición robusta aquello que, si por lo suave no lo admira, es fuerza que lo admire por lo bello.

+ Frases de Sitio


08. Galatea es su nombre, y dulce en ella el terno Venus de sus gracias suma; son una y otra luminosa estrella lucientes ojos de su blanca pluma, si roca de cristal no es de neptuno, pavón de Venus es, cisne de Juno.

+ Frases de Dulce


09. Vivid felices -dijo- largo curso de edad nunca prolijo; y si prolijo, en nudos amorosos siempre vivid, esposos.

+ Frases de Esposo


10. De este real paraíso verde jaula es un laurel de tres dulces ruiseñores que cantan a dos y a tres.

+ Frases de Jaula


11. Llorando la ausencia del galán traidor la halla la luna y la deja el sol, añadiendo siempre pasión a pasión, memoria a memoria, dolor a dolor.

+ Frases de Traidor


12. Otra con ella montaraz zagala juntaba el cristal líquido al humano por el arcaduz bello de una mano que al uno menosprecia, al otro iguala.

+ Frases de Cristal

Autores relacionados

Dámaso Alonso Félix Lope De Vega Francisco de Quevedo Garcilaso de la Vega Rafael Alberti

Luis de Góngora

Luis de Góngora
  • 10 de julio de 1561
  • Córdoba, España
  • 23 de mayo de 1627
  • Córdoba, España

Poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, máximo exponente del culteranismo y dueño de una obra de belleza original e imperecedera.

Sobre Luis de Góngora

Luis de Góngora nace en el seno de una ilustre familia, de padre Francisco de Argote y madre Leonor de Góngora.

En su ciudad natal estudió humanidades y luego se trasladó a Salamanca, donde estudió Derecho en la Universidad de Salamanca sin finalizar su preparación.

En 1580, Luis de Góngora regresa a Córdoba y cinco años después recibe en herencia un cargo eclesiástico en la catedral cordobesa, que le permitió viajar por toda España a lo largo de su vida.

El carácter zumbón y agudo y chispeante ingenio de Luis de Góngora hicieron que fuera enjuiciado y severamente amonestado por el obispo Pacheco.

A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, en Luis de Góngora, ni la religión ni el amor, pese a algunas aventuras juveniles, ocupan un lugar importante en su vida o en su poesía.

En 1617 su figura se revistió de aun mayor prestigio al ser nombrado capellán de honor de la corte de Felipe III, gracias a su protector, el duque de Lerma.

En 1926, Luis de Góngora sufrió una amnesia total, siendo atendido por el médico de la reina y un año después, murió en su ciudad natal, donde había vuelto en procura de salud.

Luis de Góngora no publicó en vida ningún libro, aunque muchas de sus poesías eran conocidas por haber sido publicadas en "Flores de poetas ilustres de España", de Pedro Espinosa en el Romancero general (1600, 1604 y 1614).

En la obra de Luis de Góngora se observan claramente dos "maneras" o etapas: una fácil y clara, nutrida de elementos tradicionales (romances, letrillas, sonetos) y otra de difícil erudición, de gran ornamentación verbal y utilización de palabras comunes en una acepción latina.

En la actualidad, muchos críticos sostienen que ambos estilos coexisten íntimamente, pudiéndose comprobar en varios romances y sonetos de la primera época, en los que fácilmente se hallan elementos culteranos y con el hecho de que, después de escribir el Polifemo y Galatea (1613) y las Soledades (1613), Luis de Góngora volvió a escribir poesías sencillas, de corte tradicional, aunque embellecidas por atisbos culteranos.

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