28. No es Dios. Es la naturaleza, por llamarlo de algún modo. Corrigiendo un desequilibrio. Nos saca a patadas de nuestra robótica rutina, de lo que decían de mi padre antes de que lo desenchufáramos: estado vegetativo persistente. Nos lo merecemos por tener una cultura de encefalograma plano.
29. Las máscaras estaban fabricadas en Corea y le devolvían a Occidente los rostros que ellos le habían dado al resto del mundo: presidentes, estrellas de la pantalla y asesinos en masa. Con el elástico que se soltaba inevitablemente de la grapa al cabo de cinco minutos. La unión no aguantaba.