Frases de Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta - 2

23. La mayoría de los motoristas saben cómo mantener sus máquinas a punto. Los dueños de un coche por lo general no tocan el motor, pero es que cualquier ciudad, sea cual sea su tamaño, tiene un garaje con costosas grúas, he rramientas especiales y mecánicos que un conductor corriente no podría permitirse. Y el motor de un coche es más com plejo e inaccesible que el de una moto, así que esto tiene más sentido.


24. Hay otras muchas clases de estructuras tales como causas que producen largas estructuras en cadena de la forma: "A causa B que causa C que cauda D" y así sucesivamente. Una descripción funcional de la motocicleta esta estructura. Éstas se encuentran normalmente relacionadas entre sí según pautas y directrices tan complejas que nadie puede entender más de una pequeña parte de ellas en toda su vida. El nombre general de estas estructuras interrelacionadas es sistema. La motocicleta es un sistema. Un verdadero sistema.


25. Hablaba ayer de estos conceptos cuando dije que una motocicleta puede ser dividida según sus componentes y según sus funciones. Y cuando dije que los componentes pueden subdividirse en un conjunto energético y un conjunto de marcha, aparecieron repentinamente nuevos conceptos. Y cada vez que establecía una ulterior división, surgían más conceptos basados en estas divisiones, hasta que tuve una gran pirámide de conceptos. Finalmente, mientras dividía la moto en piezas cada vez más pequeñas, estaba construyendo también una estructura.


26. Hablar de ciertas instituciones del gobierno y del establishment como "el sistema" es hablar correctamente, puesto que tales organizaciones se fundan en las mismas relaciones conceptuales que una motocicleta. Son sustentadas por relaciones estructurales incluso cuando han perdido todo otro significado y propósito. La gente llega a la fábrica y efectúa una tarea totalmente carente de significado desde las ocho hasta las cinco, sin preguntar por qué exige la estructura que las cosas sean así. No hay en ello un villano, no hay "el malo" deseoso de que ellos vivan estas existencias sin significado; se trata, tan sólo, de que el sistema lo exige y nadie quiere asumir la formidable misión de cambiar la estructura sólo porque carece de significado.


27. Pero arrasar una fábrica, rebelarse contra un gobierno o abstenerse de reparar una moto porque es un sistema, es atacar a los efectos más bien que a las causas, y mientras el ataque se realice tan sólo contra los efectos, ningún cambio es posible. El verdadero sistema, el real sistema, es nuestra actual construcción del propio pensamiento sistémico, de la propia racionalidad, y si una fábrica es destruida pero se deja en pie la racionalidad que ella producía, entonces esta racionalidad producirá, simplemente, otra fábrica. Si una revolución destruye un gobierno, pero las pautas sistémicas de pensamiento que producía ese gobierno se dejan intactas, entonces tales pautas se repetirán en el gobierno subsiguiente. Se habla tanto del sistema y se le comprende tan poco...


28. Los instrumentos de precisión están destinados a conseguir una idea, la precisión dimensional, cuya perfección es imposible. No hay parte de la motocicleta cuya forma sea perfecta, y nunca la habrá, pero cuando se llega tan cerca como lo permiten estos instrumentos, ocurren cosas notables, y uno echa a volar a través de la campiña impulsado por una fuerza a la que cabría llamar mágica si no fuese tan completamente racional en todos los aspectos. Lo fundamental es la comprensión de esta idea intelectual racional. John contempla la moto y ve acero en diversas formas, experimenta sentimientos negativos respecto a estas formas del acero, y prescinde de todo el asunto. Yo contemplo ahora las formas del acero y veo ideas. El cree que trabajo sobre partes, pero yo trabajo sobre conceptos.


29. Pasando las vacaciones en moto, se ven cosas de un modo que es totalmente distinto de cualquier otro. En un coche se está siempre en un compartimento, y como estamos acostumbrados a ello no nos damos cuenta de que todo lo que vemos a través de esa ventanilla de coche es tan solo más televisión. Somos observadores pasivos y todo se mueve, monótonamente, junto a nosotros dentro de un marco. En una moto, el marco desaparece. Uno está completamente en contacto con todo. Estamos en el escenario, y no sólo contemplándolo, y la sensación de presencia es abrumadora. Ese hormigón que discurre a unos centímetros por debajo de nuestros pies es lo real, el mismo mate- rial sobre el que caminamos, está ahí, tan borroso que es imposible enfocar la vista en él, y sin embargo podemos bajar el pie y tocarlo en cualquier momento, y todo esto, toda esta experiencia, nunca se aleja de una consciencia inmediata.

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