Frases de Un ejército al amanecer - 3

49. "Si no obtienen el éxito, no quiero verlos con vida", avisaba. "No veo razón alguna para sobrevivir a una derrota y estoy seguro de que si todos ustedes entran en batalla con igual resolución, triunfaremos, tendremos larga vida y hasta ganaremos un poco de gloria".


50. Por lo que podía ver, reinaba el caos en toda la playa. Las lanchas de desembarco llegaban sobre el fuerte oleaje y arrojaban hombres y equipo al agua. Los hombres no sabían adónde ir y gritaban el nombre de sus unidades insultándose entre sí.


51. Como en las primeras batallas de virtualmente todas las guerras estadounidenses, al principio la campaña reveló una nación y un ejército carentes de preparación para luchar e inseguros de su capacidad bélica, pero lo bastante predispuestos e ingeniosos como para prevalecer a la larga.


52. Un artillero confundido y aterrorizado disparó su carga de calibre .50 contra una de sus propias secciones. Poco después los muertos yacían como arenques en una lata. Hubo un solo superviviente. Los Panzers atacaron el flanco derecho aplastando a los soldados en las zanjas e hiriendo mortalmente a un comandante.


53. El norte de África estableció las pautas y el diseño bélico de los dos años siguientes, incluida la tensión entre la unión y la desunión de los aliados. Allí se llevaron a cabo las primeras pruebas sustanciales del poderío militar aliado contra las tropas alemanas.


54. Los artilleros alemanes esperaron a que los Shermans, de cinco en fondo, estuvieran a 500 metros de distancia. Quince minutos más tarde ardían todos los Shermans y la mayoría de los General Lees. "Las bombas atravesaban el trigo a los dos lados", escribió más tarde el teniente Philip G. Walker.


55. La cortina de fuego más intensa jamás vista en África dio comienzo con ráfagas de blancas llamaradas a las tres del 6 de mayo. Más de 400 cañones de la Artillería Real dispararon al unísono contra objetivos en la carretera 5, a ocho kilómetros al sur del río Medjerda.


56. Los marineros franceses reunieron a los supervivientes. Los heridos graves, gimiendo y ensangrentados, fueron trasladados en camiones y ambulancias. Los otros tuvieron que caminar. Descalzos o en zapatillas, sólo en calzoncillos y cubiertos de petróleo, se arrastraron tres kilómetros bajo una llovizna gris por las calles de Orán hasta una prisión militar.


57. La clase de aventurero osado y del buscador de publicidad personal puede lograr los titulares y ser un héroe a los ojos del público, pero simplemente no sirve para el alto mando. Por otro lado, la persona metódica, lenta y ritualista es absolutamente inútil en un cargo clave. Debe haber un delicado equilibrio...


58. Las veintisiete presuntas baterías de artillería enemiga que habían sido localizadas por los fogonazos o por el reconocimiento aéreo recibieron una esmerada atención: cada batería hostil fue batida en tres ocasiones con concentraciones de fuego de al menos 32 cañones. El efecto fue "un tejado de bombas...Destruyendo a todo bicho viviente que se moviera".


59. Eisenhower veía "otras cosas invalorables por las que luchamos". "Me parece a mí [escribió a principios de abril] que en ninguna otra guerra en la historia han estado las cosas tan claras entre las fuerzas de la opresión arbitraria por un lado, y por otro, aquellos conceptos de libertad y dignidad con que hemos levantado nuestra gran Democracia...Tengo la sensación de ser un cruzado en esta guerra".


60. Tales términos se amoldaban a la realidad de esta guerra, dijo Roosevelt. "La eliminación total del poderío bélico japonés y alemán significa la rendición incondicional de Japón y Alemania". Echó una mirada a sus papeles. "No significa la eliminación de las poblaciones de Alemania, Japón e Italia, pero quiere decir la destrucción de las filosofías de dichos países basadas en la conquista y la opresión de otros pueblos".


61. "Cuando llegas a altos cargos en el ejército", había escrito recientemente Eisenhower a su hijo John, un cadete en West Point, "este negocio de la guerra ya no es salir y enseñar a disparar a los soldados o a arrastrarse por un matorral o a cavar una trinchera; es en parte política, en parte hablar en público, en parte escribir y en parte relaciones sociales... Una persona normal sólo desea echarse en una hamaca bajo la sombra de un árbol y leer unas cuantas revistas de aventuras".


62. Los elogios que le habían dedicado Roosevelt y Churchill en Casablanca no habían sido demasiado efusivos, y él se sentía poco apreciado. "Su trabajo y su liderazgo se dan por descontado", escribió Butcher el 17 de enero. La "falta de palabras de agradecimiento del presidente y del primer ministro mostró que los dos prestaban atención a los avatares políticos". Harry Hopkins le dijo a Butcher en Casablanca que la toma de Túnez probaría que Eisenhower "es uno de los mejores generales del mundo", pero sin esa victoria su futuro era incierto. "Así es la vida de los generales", recapacitó Butcher.

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